El incumplimiento de las medidas de bioseguridad y la demora en la implementación de un programa eficaz de vacunación han provocado, tras un año de pandemia por la COVID-19, el repunte de los casos de contagio en Venezuela, lo que ha obligado a los ciudadanos a someterse a un nuevo período de confinamiento radical y continuar desarrollando sus actividades desde el hogar, bien sea a través del teletrabajo o la educación virtual. Esto exige a los prestadores de servicios de telecomunicaciones e Internet en el país mayor eficacia para dar respuestas a las demandas de los usuarios.
El asesor de la Cámara de Operadores de Telecomunicaciones (Casetel), Frank Di Paolo, indicó que la pandemia interrumpió el despliegue de la infraestructura en las telecomunicaciones. “Se han visto afectados muchísimos de los proyectos en todos los países de América Latina. La brecha digital en la región es muy grande, así que el reto es conectar a los no conectados. Sin embargo, esta situación que podría verse como muy negativa, también tiene cosas positivas. El trabajo remoto, la telemedicina, las videoconferencias van a aumentar por la pandemia. En consecuencia, el despliegue de las redes de telecomunicaciones se va a profundizar”.
Di Paolo, sobre la situación nacional, afirmó: “En el caso de Venezuela es insuficiente la inversión en modernización, mantenimiento y expansión de las áreas e infraestructura de telecomunicaciones. Tenemos una infraestructura instalada relativamente obsoleta. La pandemia lo que hizo fue agudizar problemas estructurales de nuestra situación. Hay un rezago en los precios de los servicios de telecomunicaciones, y si los precios no permiten un desarrollo sustentable, pues el servicio no se puede ofrecer. Además, ha habido una reducción progresiva en la penetración de los servicios en todo el país”.
Explicó que, según cifras oficiales, en los últimos 10 años se han perdido más de 10.000.000 usuarios de telefonía móvil. “Entre 40% y 60% de la población venezolana no tiene acceso o su acceso es muy escaso a los servicios de Internet, particularmente en los sectores populares o comunidades muy deprimidas”.
De acuerdo con el más reciente estudio del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP), presentado en febrero, 54,8% de la población encuestada en 12 ciudades del país reportó fallas diarias en la navegación. “Este índice aumentó unos 2,3 puntos porcentuales según los datos obtenidos en la medición anterior, realizada en los meses de octubre y noviembre de 2020”, detalla el estudio. También revela que solo “34,2% de los encuestados tiene acceso al servicio de Internet en sus hogares”.
Radiofrecuencia y fibra óptica, otras opciones
El periodista especializado en telecomunicaciones, Arnaldo Espinoza, dijo que las demandas impuestas por la cuarentena tomaron por sorpresa a muchas teleoperadoras. Sin embargo, durante el período de confinamiento han tenido la oportunidad de mejorar su oferta. “Para marzo de 2021 se podría decir que las prestadoras de servicios de Internet en el país sí están preparadas, en algunos casos, para responder a las demandas de la cuarentena. En lo que se refiere al Internet por radiofrecuencia, se han comprado routers nuevos. Antes eran más potentes y se han cambiado protocolos, pero sí aguantan”, explicó.
No obstante, detalló que el retraso en este avance se debe en gran medida a la empresa estatal Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela. “En el caso de la fibra que está recién desplegada, el problema es Cantv, que está empezando a desplegar fibra en dos modalidades y va muy lento. El grueso del programa de sustitución de conexiones, como depende de Cantv, va muy lento”.
Razón por la cual muchos usuarios han decidido migrar a empresas privadas, como es el caso de Gerardo González. “El cambio ha sido satisfactorio, aunque la instalación del servicio fue costosa, pero no me puedo quejar porque ahora sí tengo Internet siempre. Antes con ABA pasaba hasta un mes sin servicio”.
Por su parte, Lorena prefirió la conexión satelital: “Yo me la paso conectada, descargando material y necesito Internet hasta cuando estoy durmiendo. Así que decidí invertir en Internet satelital. Fue un dineral, pero satisfactoriamente ya no dependo de Cantv y siempre cuento con el servicio”.
Espinoza agregó que en Venezuela el servicio más usado es ABA de Cantv, “pero es una infraestructura que está muy deteriorada por el robo a centrales, del cableado y por la falta de mantenimiento”.
Planteamiento que es complementado por Di Paolo: “A pesar de tratarse de una infraestructura obsoleta, aún así las redes en Venezuela han soportado el uso”. Recordó que Venezuela tiene la velocidad de Internet y la penetración de telefonía móvil más baja de América Latina. “La cobertura 4G es la más baja de la región”, aseguró.
Sin embargo, pese a esa realidad, la oferta se ha ampliado según Espinoza. “También se dispone de Internet por radiofrecuencia, mal llamado acá Internet satelital, y está comenzando a entrar en el mercado el Internet por fibra óptica directo al hogar o más coaxial”, agregó.
Explicó que en el caso de fibra óptica su gran atractivo es que ofrece buena velocidad de Internet con precios relativamente bajos. “En Caracas, que es una ciudad topográficamente demandante porque tiene muchas montañas, un Internet de 50 megas por fibra te puede costar 50 dólares. En cambio, en Maracaibo, que es una ciudad plana, un Internet de fibra de 300 megas está en 35 dólares”.
También está la opción de la radiofrecuencia que es una alternativa, de acuerdo con el periodista, donde no hay fibra y los precios son más caros. “Puedes tener 20 megas asimétricos por 100 dólares, porque las antenas son más caras que la fibra. Además, se están usando fibras aéreas chinas y no subterráneas para abaratar los costos”.
Espinoza también explicó que varias de las empresas que están prestando servicio son regionales porque “han entendido que el negocio es regional. “Por ejemplo, Maracaibo tiene unas necesidades distintas a San Cristóbal, que tiene unas necesidades de Internet diferentes a la Gran Caracas”, señaló.
Sin embargo, la expansión de estas compañías, afirmó, va a depender de Conatel y de las reglas que ponga en el juego. “El gran problema de los prestadores de servicios, en la mayoría de los casos, es la mora administrativa de Conatel con ellos. Muchos no están registrados porque Conatel no les ha devuelto una respuesta”, dijo.
Descontento generalizado
Espinoza reiteró que, en lo que respecta a banda móvil, Venezuela sigue siendo el penúltimo país del mundo porque “la capacidad de reinversión de las operadoras móviles, donde todavía hay un control más estricto de parte de Conatel, ha sido más difícil”.
Es el caso de Daniel Paredes, quien migró de una operadora a otra buscando una mejor oferta, pero no se siente satisfecho: “Me cambié porque los precios de la compañía que me prestaba servicio son muy costosos y los megas no me duraban nada. Me pasé a otra por su oferta 4G y lo irónico es que me la paso sin señal o en EDGE. Cuando falla ABA me comparto el Internet del celular, pero igual es súper lento”.
Di Polo reiteró que muchos de los problemas de conexión ya existían en el pasado y la pandemia los ha agudizado. “Las redes son capaces de soportar muchos de los servicios y está demostrado porque no han colapsado. También hay que reconocer que la velocidad promedio no permite que muchas de las necesidades de los usuarios sean satisfechas en el tiempo que ellos desean. Es difícil reponer la infraestructura que fue vandalizada o robada, hay muchas condiciones que afectan la prestación del servicio”.
Espinoza advirtió que en cuanto a los móviles confluyen muchas cosas. Las operadoras “no han tenido la velocidad de reposición de radiobase, que además algunos ya cumplieron su ciclo de vida, no tienen la velocidad de inversión nueva y tienen la sensibilidad de que las radiobases están siendo robadas de nuevo”.
“El problema es que el ancho de banda móvil de Venezuela es el segundo peor del mundo, porque no hay suficientes compañías y si no hay inversión, no es suficiente”, puntualizó.