Hoy inicia el nuevo año escolar en Venezuela, pero las condiciones actuales no son distintas a las de los años anteriores y el panorama no es nada alentador, expresa Carlos Cedeño, integrante de la Red de Padres, Madres y Representantes ante los problemas a los que se enfrentarán los niños desde ese día.
Los problemas en las infraestructuras de las escuelas, sumado a la falta de transporte, de alimento, de docentes y las irregularidades en los servicios públicos hacen que el inicio del año escolar no esté garantizado, afirma la profesora y miembro de la Asamblea de Educación, Olga Ramos.
Si ya el año pasado fue desastroso, si no se toman las medidas correctas, este año va a ser peor, enfatiza la profesional de la educación. Explica que los meses en los que el gobierno debió dedicarse a tomar medidas para un mejor año escolar se esfumaron. Entregar tabletas y bolsos a semanas de terminar el curso no ayuda a los pequeños que estuvieron la mayor parte de los lapsos sin contar con los materiales.
Las dificultades del sistema educativo se dividen en dos grupos: las condiciones de las escuelas y las realidades familiares, detalla Ramos, estas últimas son más precarias que las del año pasado debido a que incluye los constantes problemas de agua, luz y alimentación, que incidan de manera directa en la ausencia de niños a clases. Si entre 7 a 15 niños faltan un día, la maestra debe repetir la clase al día siguiente y eso hace que disminuya el contenido del programa que se debe dar y con ello el conocimiento que deben adquirir.
Cedeño recalca que cada vez son más los casos de padres que mandan a sus hijos a la escuela solamente dos veces a la semana, debido a que no cuentan con dinero para costear el transporte y enfrentan la escasez de comida.
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Los precios del transporte, la disminución de rutas de autobús y la falta de unidades hacen cuesta arriba la asistencia de niños y profesores a las instituciones educativas y han tenido que optar por caminar, señala Ramos.
Con respecto a la alimentación, el pasado martes el viceministro de Instalaciones y Logística del Ministerio para la Educación, Eduardo Hurtado, afirmó que se distribuirán 603 mil toneladas de alimentos a 24 mil centros educativos del país con el Programa de Alimentación Escolar (PAE). Sin embargo, se desconoce cuáles son los productos que formarán parte de la nutrición de los alumnos.
Uno de los problemas más graves para la educación, según Ramos, es que no hay suficientes docentes en las escuelas debido a que ganan sueldo mínimo, es decir 40.000 bolívares, lo que equivale, por ejemplo, a un kilo de arroz. Ante ello, los profesionales de la docencia han decidido migrar del país o de labor porque lo que obtienen por ser maestros no les alcanza para pagar el transporte, expresa Cedeño.
Los puestos vacantes han sido ocupados por docente de misiones y no por egresados universitarios, afirma Ramos. Reitera que es de gran importancia que estos realicen un examen que constate que poseen los conocimientos que deben impartir.
El integrante de la Red de Padres, Madres y Representantes asegura que los servicios están colapsados y tienen un impacto directo con las clases, sin embargo, muchos centros educativos en Venezuela funcionan a pesar de la falta de luz y agua.
Cedeño explica que frente a estos problemas los padres de colegios privados han aceptado incrementos en las matrículas para que las instituciones puedan ser competitivos con los salarios de las maestras y asegurarle una educación de calidad a sus hijos.
La infraestructura de las unidades educativas, en especial las que son responsabilidad del Estado, están deterioradas. El día del inicio de clases se encontrarán escuelas en peor estado en el que las dejamos, detalla Cedeño, mientras se conoce que el Estado desplegará materiales para el mantenimiento de 209 planteles de Venezuela, cantidad que para Ramos es insuficiente.
Tanto en el sector público como en el privado las escuelas no cierren sino que se mueran abiertas, es decir, siguen funcionando pero no ejerciendo el rol de educar en los tiempos en los que se exige, enfatiza Cedeño
Tanto para Cedeño como Ramos las fallas en el sistema educativo condenan a las nuevas generaciones a una vida de fracaso porque la educación no es una prioridad para el gobierno en este momento.
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