Pablo Quintero: “La oposición y EE.UU. han subestimado la capacidad operativa de Maduro”

- Publicidad -

No entender el terreno de juego complejo, hostil y de incertidumbre ha sido uno de los errores del bloque opositor venezolano y del Gobierno de Joe Biden. Una estrategia débil comunicacionalmente y creer que el espejo de país son las redes sociales han distanciado al ciudadano de estos dos actores fundamentales para un proceso negociador que ha sido condenado al limbo; tal y como lo explica el politólogo y experto en comunicaciones estratégicas Pablo Quintero.

Egresado de las aulas de la Universidad Central de Venezuela, este joven venezolano expresa su preocupación de que se produzca una nueva ola abstencionista para las elecciones presidenciales de 2024, para lo que Nicolás Maduro trabajará sin descanso y así desincentivar y crear la desesperanza en las filas opositoras.

- Publicidad -

Asegura que el voto en el exterior cuenta, pero se debe organizar el esfuerzo. Ve a Gustavo Petro, Luiz Inácio Lula da Silva y Andrés Manuel López Obrador en una carrera por el liderazgo latinoamericano, y afirma que la simpatía hacia el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, tiene que ver con haber roto el arquetipo de hostilidad y el conciliar valores como la alegría y la juventud.

Las negociaciones «están en un limbo por el nivel de desconfianza entre la oposición y el chavismo» / Foto: Raúl Romero

-La situación económica ha empeorado producto de la inflación y la devaluación, dos elementos básicos que marcan la percepción de bienestar. ¿Qué estado de ánimo percibe en la opinión pública en este momento?

-La opinión pública refleja un cambio dentro del estado de ánimo. En los últimos años estuvo inducido por la narrativa que se puso en marcha en 2019, donde se hablaba de reactivación económica, prosperidad, alegría y renacer. El discurso de Nicolás Maduro, como el de la Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional de este año, iba en esta línea y eso lo reflejaban las redes sociales. Pero esas redes no son el espejo del estado de ánimo de la gente en las regiones como Táchira, Zulia y Delta Amacuro, que viven una crisis profunda que crea estados de ánimo negativos que se relacionan con la ira, la depresión, la tristeza y la ansiedad. Lo que hemos visto en las redes sociales no es la realidad de las grandes mayorías.

-Las negociaciones entre la administración de Maduro y Estados Unidos parecen estar en un limbo, ¿por qué?

-Están en un limbo por el nivel de desconfianza entre ambos sectores, es decir, la oposición y el chavismo. No existen tantos puntos en común. El encuadre económico del oficialismo es distinto al de la oposición. Hay mucho daño y resentimiento dentro de las filas chavistas y opositoras. Todas las mesas de negociación se centran en la confianza y eso no existe. Hay una multiplicidad de intereses distintos. A esto se añade el hecho de que la oposición está muy debilitada desde el punto de vista mediático e internacional.

-Hay quienes explican que el acuerdo social que implicaba el desembolso de recursos para la ayuda humanitaria en proyectos específicos trancó el juego. No parece haber preocupación por parte de la administración de Maduro ni de Estados Unidos en reanudar el acuerdo. ¿Es una falla de los negociadores que no tienen temple o qué está pasando?

-Lo que está pasando es que Estados Unidos está atendiendo sus problemas de política interior. El presidente Joe Biden está en campaña y centra su atención en esto. Por otro lado, hay muchas contradicciones entre los negociadores. Además, hay variables desde el punto de vista económico y de geopolítica que entorpecen la negociación y eso genera desconfianza.

Hay que tomar en consideración la variable de la guerra entre Rusia y Ucrania porque esto tiene impacto en los asuntos económicos y de diálogo en la negociación. El problema venezolano sigue siendo un problema geopolítico y no sólo regional. Hay variables internacionales que afectan y que se deben tomar en consideración. En una mesa de negociación todo cuenta: las comunicaciones, el lenguaje, las personas con las que te has reunido. Todo.

-Estados Unidos está negado a levantar sanciones económicas, pues sabe que es su único leverage; mientras tanto Maduro recibe en Miraflores al secretario del Consejo de Seguridad ruso. ¿Quién gana en este juego de poder?

-Uno de los principales players es el gobierno chino; sobre todo, porque no sólo está de alguna manera comprando petróleo ruso, sino que sirve de mediador. Desde el punto de vista interno, el Gobierno de Maduro es el que está siendo contradictorio, el que confunde a la comunidad internacional. En la medida en que la negociación se sigue estancando o requiere más tiempo, le da la oportunidad a Maduro de replantear la estrategia. Mientras más tiempo demore la negociación, el Gobierno se replantea la estrategia y avanza. Hay que entender que cada jugada debe medirse, no se puede apelar a la improvisación.

-¿Cree que el Gobierno de Estados Unidos ha sido coherente en la política desarrollada hacia Venezuela? 

-Creo que ha cometido algunas fallas. No ha entendido la naturaleza, la capacidad de autogestión y de organización del Gobierno de Maduro. Hay una errónea comprensión del terreno político venezolano. Parte de la oposición ha cometido el grave error de construir unos escenarios irrealizables. La oposición y el Gobierno de Estados Unidos han caído en cuatro errores básicos: 1) Subestimar permanentemente la capacidad operativa de Maduro, 2) No entender el terreno de juego complejo, hostil y de incertidumbre, 3) Ha habido problemas de comunicación entre los actores y 4) No han comprendido el estado de ánimo actual de los venezolanos desde el punto de vista electoral, es decir, que el clima de opinión que hay en Venezuela no es el que está en las redes sociales.

-¿Cómo ve el rol del presidente de Colombia, Gustavo Petro, con relación a la reactivación de las relaciones con Venezuela? 

-Petro está buscando construir un liderazgo en la región al igual que Lula Da Silva y Andrés Manuel López Obrador, y esto se pudo reflejar en la VII Cumbre de presidentes de la Celac. Dentro de los objetivos estratégicos de Petro está reactivar la actividad económica con Venezuela por la importancia de ese comercio bilateral. También quiere incorporar a su gestión la imagen de constructor de la paz y mediador. Su propuesta es de conciliación. Sin embargo, se enfrenta a los dilemas ideológicos y es obvia la simpatía ideológica con Maduro, por eso trata con pinza lo de defender los derechos humanos para así no perjudicar su relación con Maduro.

-Henríque Capriles fue elegido por Primero Justicia como candidato a las primarias, pero él está inhabilitado. Por otro lado, crece en las encuestas el apoyo a María Corina Machado, quien condiciona tanto su candidatura al CNE que pareciera que al final no va a lanzarse. ¿Podría repetirse de nuevo una ola abstencionista?

-Pudiera repetirse. El Gobierno siempre estimula la abstención de alguna manera, ya sea introduciendo apatía y confrontación. Por otro lado, hay una estrategia de desmoralización permanente y se intenta relacionar con aspectos negativos a toda la oposición. La abstención siempre va a ser parte de la estrategia del Gobierno. Se debe tomar en cuenta que en el chavismo son disciplinados con su maquinaria electoral y han tratado de mantener sus porcentajes de votos estables. Es muy probable que la oposición se vea afectada por el nivel de abstención. Pero quizá el error más grande es que subestima y no incorpora dentro del debate público la desinformación que existe en el país. Ese es el enemigo más grande.

-¿Qué opina de la tesis que señala que con los votos de los venezolanos que viven en el exterior se ganan las elecciones? 

-Hay que tomarlos en cuenta porque es un derecho contemplado y lo más importante es que en un proceso presidencial cada voto cuenta. Ahora bien, hay muchas dificultades técnicas para que -al menos en las primarias- voten todos los venezolanos. Parte de lo que debería hacer la oposición es trabajar en construir una organización internacional de personas que vayan a votar.

Hay que enfrentar esos nudos gordianos que son el voto en el extranjero, la censura y la desinformación. Los climas electores no son amables. En Venezuela están marcadas por emociones efusivas. El clima electoral en 2024 no será igual al de hoy en día. Maduro va a sacar su artillería pesada en estrategias, que son efectivas para quebrar el voto y para construir matrices de opinión negativas y así confundir a la comunidad internacional. La oposición tiene que tomar en cuenta todo esto y no quedarse en la discusión de quién es el candidato.

Desgraciadamente los consumidores de información en las redes son una minoría, las noticias políticas las leen pocas personas. La oposición debe considerar que el terreno político no es normal desde el punto de vista mediático por la censura y porque lo poco que se informa es por redes sociales. Los medios tradicionales han sido víctimas de la censura.

-La elección de un nuevo presidente no resuelve el gran problema de reinstitucionalización del país, mucho menos el de los mandos militares, un mundo poco comprendido. ¿Cómo ve este desafío?

-Para la oposición es un gran desafío comunicarse con el ala militar porque no ha terminado de romper con el relato que se ha instalado de que todas las filas militares son chavistas revolucionarias leales al régimen. Considero que deben enviar mensajes a la Fuerza Armada de rescate del hilo constitucional.

La oposición tiene que perder el miedo a comunicarse con los sectores militares porque cualquier cambio tiene que contar con el respaldo de la FANB y así ha sido en América Latina y en muchos otros países del mundo. Los militares siempre han sido un factor fundamental en nuestra historia y ahora más. Se debe construir una propuesta comunicacional clara y concisa que genere credibilidad y que los observe más como aliados y no como adversarios. No podemos verlos como adversarios, eso es un error estratégico.

-En un estudio de opinión internacional reciente el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, resultó ser el líder con la mayor aceptación en Venezuela. ¿Puede explicar por qué?

-Considero que Rafael Lacava es un actor político con un comportamiento distinto al oficialismo. Tiene un mindset diferente y la gente se siente representada con valores como la alegría, la juventud. Ven en él a un político cercano, que se sabe comunicar con los millennials. Los estudios de opinión arrojan que es un político popular, pero no se está hablando de capacidad de gestión. Lacava es un político que no es dogmático ni ortodoxo y ha sabido conciliar con los valores del capitalismo y esto termina por conquistar a las audiencias más jóvenes. Se ha hecho muy viral y esto hace que la percepción hacia él sea distinta porque rompe con el arquetipo de hostilidad. A él lo ven moderado, cercano, chévere.

-¿Cómo describe a un venezolano de hoy en día?

-Con una alta capacidad de resiliencia, mucha paciencia y tolerancia, pero también con una profunda desilusión porque se ha dado cuenta de que las élites políticas no han mejorado su calidad de vida sino todo lo contrario, lo han perjudicado. El venezolano se siente como que ha perdido su tiempo y el de su familia en asuntos políticos que no han tenido impacto positivo en su vida cotidiana.

Yo siento que el venezolano de hoy está enfocado en su propia dinámica de supervivencia, sigue los asuntos públicos pero decepcionado de lo político. También siento que conserva su alegría, cuida su venezolanidad. Siente que el político ha valorado muy poco esa venezolanidad que no la entiende, que tampoco entiende su ciudadanía ni sus valores.

Por otra parte, el chavismo sí conoce más el arraigo venezolano. Yo creo que si los políticos de oposición le hablan a la gente con sinceridad y espontaneidad y les muestran una propuesta de futuro, el venezolano podría movilizarse y ayudar a esos políticos a cambiar a Venezuela en 2024.

Hay que entender que hoy en día el ciudadano se siente desilusionado porque ha atravesado muchas etapas desde el punto de vista psicológico, desde la ira, pasando por la incertidumbre, la profunda tristeza y el duelo. A pesar de todo esto, los venezolanos son optimistas hacia el futuro.

- Publicidad -

Más del autor

Artículos relacionados

Lo más reciente

Amemos a la tierra, es nuestro hogar universal

Cada año se dedica un día para celebrar el cumpleaños de nuestro planeta Tierra, "el gran hogar de la humanidad" y de otros seres...

¿Cómo pensó Satoshi Nakamoto en Bitcoin?

Bitcoin se compara a menudo con Internet en la década de 1990, pero creo que la mejor analogía es con el telégrafo en la...

Israel ataca objetivos en Irán, según reportes

Israel lanzó en la mañana de este viernes (hora local) un ataque contra objetivos en Irán, aseguran medios y autoridades de Estados Unidos. El canal...

¿Quieres recibir las notas de mayor interés en tu email?

Comparte con nosotros tu email y te haremos llegar las noticias de mayor relevancia directo a tu correo