El presidente de Kazajistán, Kassim-Jomart Tokayev, ordenó disparar a matar para tratar de hacer frente a los disturbios organizados por unos manifestantes que considera «bandidos y terroristas». Aquellos que no se rindan serán «destruidos», amenazó.
Hasta 20.000 «bandidos» han atacado la ciudad más grande, Almaty y asaltado edificios estatales, denunció Tokayev en su discurso televisado cuando se cumple una semana del inicio de las protestas. Todo empezó con movilizaciones pacíficas por los precios del combustible, pero a pesar de las rectificaciones y concesiones del gobierno, pronto se produjo una ola de disturbios en distintas partes del país.
Tokayev asegura que no dialogará con lo que considera «bandidos armados» y afirma que algunos han sido traídos desde otros países. «Desde el extranjero instan a la negociación entre los bandos, para resolver los problemas políticamente. ¡Menuda estupidez! ¿Acaso es posible negociar con criminales y asesinos?», dijo.
Durante su discurso, el líder kazajo expresó «un agradecimiento especial» al presidente ruso, Vladimir Putin, por la celeridad y el espíritu de camaradería con que respondió a su petición de asistencia. Tokayev solicitó esta semana a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) que enviase fuerzas de paz para hacer frente a «la amenaza terrorista» y a los intentos de socavar la integridad del Estado kazajo. Putin ha contribuido con más de 3.500 paracaidistas que llegaron ayer mismo.
Las autoridades kazajas decretaron el estado de emergencia hasta el 19 de enero y el toque de queda que rige de las 11 de la noche hasta las 7 de mañana. Internet no funciona y se ha vetado el acceso a extranjeros.
Fuente: El Mundo