Ramón Jaúregui Atondo, miembro del PSOE y actor activo de la transición española tras la muerte de Franco, dictó una conferencia en el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (CEPyG-UCAB), en el marco del Diplomado en Transiciones Democráticas, que imparte actualmente esa casa de estudios.
Jaúregui Atondo expuso las claves que, a su juicio, explican el éxito del proceso pacífico de la transición española, iniciado en 1975 cuando murió el general Francisco Franco. La cual, sin embargo, solo se concretaría en 1982, cuando se realizaron elecciones verdaderamente democráticas, en las que triunfó el PSOE.
La voluntad de las partes para caminar hacia la democracia fue la pieza esencial que motorizó el cambio, según Jaúregui Atondo.
«El régimen franquista quería transitar a la democracia, incluso lo quería el Rey, que era Rey porque lo había nombrado Franco, pero tenía la convicción de que no podía sostener la monarquía sino era en democracia. Además aspiraba a que un sistema constitucional legitimara su reinado”, dijo el político español.
Una segunda clave fue la unidad de la oposición, apuntó el también abogado al explicar que durante ese proceso en su país se procuró que todos los partidos estuvieran legalizados, cualquiera fuera su naturaleza ideológica, porque todos tenían derecho a participar en las primeras elecciones que ocurrieron en el año 1977.
«Las elecciones del 77 fueron el comienzo de todo, determinaron quién ganó, quién perdió, y qué cuota de presentación tenía cada uno”, aseguró.
La redacción de una «Constitución de todos», que fuera consensuada fue el tercer punto importante recordado por el expositor para ese proceso político que cambió la vida de España para siempre. Lo que no significa que no hubiera conflictos entre las partes.
De hecho, justo después de la conformación de las cortes en junio de 1977 la pregunta pertinente de aquel momento era: ¿De qué manera se transformaba el sistema?, «porque los franquistas querían una democracia plena, pero sin rupturas, y la exigencia de la oposición era que las cortes constituyentes elaboraran el nuevo texto constitucional, que luego sería ratificado por los españoles».
Finalmente -contó-, se llegó a un consenso de elaboración constitucional sobre la base de un consenso permanente. “La ruptura fue la elaboración de una nueva Constitución”, aseguró.
Jáuregui Atondo cree que, en gran medida, el éxito de la transición fue la aceptación del otro: “Aceptar que junto a nosotros viven personas que piensan distinto, pero tienen igualmente derecho a defender otro proyecto político».
El perdón del pasado, mas no el olvido, que derivó en una Ley de Amnistía, que permitió la liberación de todos los presos antifranquistas, fue otro de los caminos que tuvieron que andar para construir un futuro junto a quienes antes adversaban.
«Hubo que liberarlos de cualquier responsabilidad. ¿Es justo? No». «¿Las paces son justas? No, nunca”, añadió.
Para Jáuregui Atondo resulta fundamental para toda transición hacia la democracia, un pacto socioeconómico para abordar el futuro.
«Eran los años de la crisis del petróleo, teníamos una inflación altísima, había que modernizar la industria. Hoy le llamaríamos un pacto de rentas, para evitar que el elemento que motiva la inflación, (precios energéticos, de alimentos o transporte) no se propague a un segundo ciclo de los salarios. Es un pacto de sacrificios en beneficios empresariales y emolumentos salariales, con promesas de recuperación», concluyó.