Raúl Amundaray: una vida envidiable

- Publicidad -

En la entrevista que le hizo Nelson Hippolyte Ortega a Raúl Amundaray en Feriado (El Nacional, 21 de julio de 1985) publicada en el libro Entrevistas malandras (2010)  el actor hace revelaciones que a cualquiera de los que hemos vivido en Venezuela los últimos veinte años nos pueden parecer insólitas.

El popular galán de telenovelas se revela en esta entrevista como un hombre de una rica vida interior y gran determinación. Además refiere detalles de lo que fue el mundo de la televisión en Venezuela, cuando existía una industria del entretenimiento.

- Publicidad -

En aquella conversación, el primer actor de la televisión venezolana le presume a Hippolyte Ortega algunas de sus posesiones más preciadas: una moneda antigua, la primera morocota que mandó a acuñar Antonio Guzmán Blanco, el yesquero de Rodolfo Valentino, entre otros objetos que guardaba celosamente en su residencia caraqueña de aquella época.

Amundaray, que tuvo una carrera llena de éxitos y encabezó elencos de altos puntos de rating junto a Doris Wells, Marina Baura y Mayra Alejandra, afirmó durante esa charla que la fama adquirida gracias a sus más de veinte años en televisión le abrumaba. En 1985 se definió como un «preso de la fama» y recalcó que prefería quedarse en casa que salir para evitar el asedio del público. «Para mí ha sido saludable vivir retraído. La gente te intoxica» dijo.

Según esta entrevista de Hippolyte Ortega, en el punto más alto de su carrera, Amundaray, tuvo por camerino un motor-home  equipado con exquisiteces y bebidas de todo tipo. Además debió asegurar su rostro, ya que era el actor mejor pagado de la televisión venezolana en los años sesenta y setenta.

«De niño siempre me gustaron los castillos, los palacios, los fuertes. Soñaba con un Lincoln Continental dorado y lo conseguí. Pero tuve que andar mucho en alpargatas» contó.

Amundaray era amante del buen gusto, de la ropa linda. Se vestía con prendas a la medida, de diseñador. En Roma llegó a coserse trajes con Angelo Litrico el modisto de Tyrone Power. Sus zapatos también eran hechos especialmente para él. Procuraba elegir aquellos que combinaban con sus trajes.

Como esas estrellas acostumbradas a la buena vida y veneradas por su porte, Amundaray solía tomarse muy en serio su rol de figura pública y galán de televisión. Por esa razón y tratando de mantener  su imagen -confesó a Hippolyte Ortega- se había hecho años atrás un injerto de cabello en un instituto donde se trató Sean Conery, Ricardo Montalbán y Burt Reynolds.

A Raúl Amundaray le importaba su aspecto. Mantuvo una imagen impecable a lo largo de su vida.

 «La felicidad es un bombillito intermitente. Sería muy aburrido serlo todo el tiempo. No se goza bien de lo gozado sino después de haberlo padecido» afirmó cuando fue cuestionado sobre su estado de ánimo.

El primer actor en 1985 disfrutaba de su prestigio y reconocimiento. El galán venezolano lo tuvo todo y vivió incontables aventuras debido su fama: en Maracay lo sacaron en hombros, en Margarita escapó de una turba, en Caracas le huía a sus admiradoras que siempre lo esperaban en la puerta del canal donde trabajaba.

Hace unos días falleció Raúl Amundaray, de inmediato recordé esta entrevista y lo bien que me sentí al leerla. Fue muy  bueno descubrir, una vez más, que la vida de algunas personas puede ser tan fabulosa que incluso supera sus expectativas.  

Luisa Ugueto Liendo

@luisauguetol ?

- Publicidad -

Más del autor

Artículos relacionados

Lo más reciente

Gama presentó su concepto 360 que combina bienestar, salud, compras y entretenimiento en un solo lugar

Con 1500 metros cuadrados de piso de venta, dispone de una amplia oferta de productos y servicios para satisfacer todas las necesidades de sus clientes.

“Alguien va a venir”, un thriller de suspenso sicológico se apodera del Trasnocho Cultural desde el 3 de mayo

“Alguien va a venir” es el más reciente montaje de talla internacional que el Grupo Actoral 80, en sus 41 años de actividades artísticas,...

Los argentinos Maxi Arce y Franco Dal Bianco ganadores del Padel Fest Venezuela

Con la participación de 1.516 jugadores en las diferentes categorías y la asistencia de un total 30 mil espectadores concluyó la segunda edición del evento.

¿Quieres recibir las notas de mayor interés en tu email?

Comparte con nosotros tu email y te haremos llegar las noticias de mayor relevancia directo a tu correo