La negativa del Gobierno de Gustavo Petro de aceptar que Conviasa pueda cubrir la ruta Caracas-Bogotá propició que el restablecimiento de vuelos comerciales entre Colombia y Venezuela quedara supeditado a un vínculo militar y no civil, señala el semanario Exclusivas Económicas.
En tal sentido, agrega la publicación, el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil de Venezuela (INAC) solo aceptó que la compañía Turpial, cuyos propietarios son militares retirados vinculados al oficialismo, y la compañía Satena, perteneciente a la Fuerza Armada Colombiana, sean las que cubran con dos frecuencias diarias cada una la ruta entre las capitales de los dos países.
Eventualmente podría entrar la operación de Turpial desde Valencia hacia Bogotá, tomando en cuenta que su sede está en la capital del estado Carabobo; y Satena podría tener como contraparte un vuelo desde Barranquilla a Caracas, señala el semanario.
Las aerolíneas privadas deberán esperar que avancen las negociaciones entre los gobiernos de ambos países y, mientras tanto, continuará el predominio de la panameña Copa en la conexión, puntualiza Exclusivas Económicas.