La desaceleración de la actividad económica en Venezuela, que se comenzó a registrar en los dos últimos meses de 2022 y se ha acelerado en los dos primeros de 2023, ha repercutido sobre la demanda del servicio de taxi o uso de transporte a través de la plataforma Ridery, considerada como la Uber vernácula y ajustada a la idiosincrasia nacional, señala el semanario Exclusivas Económicas.
La publicación agrega que en ciudades como Caracas se ha reducido la utilización de Uber para carreras cortas como una manera de ahorro frente a otras opciones. A eso se suma la competencia en precios que tiene Yummy Rides o líneas tradicionales en la capital, como es el caso del circuito que forman los conductores de Tele Taxi.
A lo anterior se agrega lo poco rentable que resulta para los conductores ofrecer el servicio en zonas como el centro o el oeste de Caracas; sobre todo, de lunes a viernes y en horas pico, en las que se intensifica el congestionamiento de tránsito.
Otro aspecto que afronta Ridery -de acuerdo con el semanario- es la sobreoferta de vehículos y conductores en la zona del este de Caracas, básicamente en las urbanizaciones Las Mercedes, Altamira, Los Palos Grandes, El Rosal y Sabana Grande, al punto que resulta usual ver una hilera de vehículos en determinadas calles o avenidas a la espera que alguna persona solicite el servicio de traslado a través de la plataforma de su celular.
Varios de los conductores han señalado que de ingresos semanales por encima de 250 dólares que pudieron percibir durante 2022, se ha pasado a menos de 100 dólares y se ha incentivado una especie de “canibalismo” en zonas aledañas a centros comerciales o edificios de oficina con el fin de ofrecer el servicio de traslado, agrega Exclusivas Económicas.
Por si fuera poca la sobreoferta de conductores que viven en Caracas, hay afiliados que residen en Los Teques, Valles del Tuy o el eje Guatire-Guarenas que les resulta conveniente también operar en el perímetro de la capital y no en sus zonas por la escasa demanda, señala el semanario.