Robert Vogu busca el renacer de la espiritualidad de los venezolanos y la luz para su país

De la música saltó a lo que algunos llaman “gurú espiritual”, de la ‘oscuridad más densa’, como él mismo lo califica, surgió este nuevo hombre. Un ser de luz que recorre Venezuela, fomentando la reconciliación, el reconocimiento, el respeto y el amor entre cada uno de los venezolanos. Se trata de Robert Vogu, un venezolano y valenciano, “enamorado de Venezuela” y creador del movimiento ‘Yo elijo la luz’, como dijo en su presentación: “que es lo que me tiene ahorita el alma dedicada y envuelta en algo”. 

Así inició la entrevista con Vogu quien llegó vestido como hippie, resaltando sus lentes oscuros y de espejos súper brillantes, ocultando completamente sus ojos y dejando la duda de si los oculta por alguna razón en especial; pues dicen que los ojos son el reflejo del alma.

Cuando se le pregunta por su misión como guía espiritual, él lo resume de una forma bastante sencilla, si se quiere: “Yo quiero abrir las puertas de la espiritualidad, que la gente entienda que todos somos espirituales. Tú no eres más espiritual que yo, todos somos alma. Yo lo que quiero es que la gente entienda que la espiritualidad puede ser algo del día a día”. 

Por tanto, explicó qué significa el movimiento que dirige a lo largo y ancho de su país natal: “‘Yo elijo la luz’, es un movimiento que es un bebé. Acaba de nacer, no tiene ni siquiera un año y viene basado en mi propia experiencia personal. Yo atravesé un momento muy oscuro en mi vida, por la pérdida de papá y mamá, muy jóvenes ellos dos y yo soy el menor de tres hermanos, entré en un momento de depresión muy densa, que prácticamente había perdido, si te soy sincero, hasta las ganas de seguir existiendo”.

Un viaje a su interior 

Vogu descubrió en la meditación una herramienta para cambiar su vida, pero este momento, como contó a HispanoPost, no fue algo consciente ni premeditado: “Cuando la oscuridad estaba en su momento más denso, recuerdo en un sitio muy importante para mí, cerré los ojos y me rendí a la oscuridad. Dije ‘no puedo más’, en ese momento ocurrió algo muy poderoso en mí, que a veces nuestro vocabulario se queda un poco limitado, para poder explicar todas estas cosas, pero ocurrió algo muy bello”.

Detalló lo que fue su renacimiento espiritual: “Una luz que explotó dentro de mí, yo solo recuerdo que cuando abrí los ojos, te puedo asegurar que no era la misma persona que había cerrado los ojos. Entendí que mi vida había cambiado en ese segundo. Empecé a llorar y a conectarme con la muerte de mi papá y mi mamá, pero de una manera muy diferente. Desde el amor, desde el agradecimiento. Desde lo afortunado que había sido de tener un papá y una mamá tan hermosos, y entendí que ahora mi vida iba a estar enfocada a otra cosa. Que cada vez más personas entiendan, que desde la oscuridad más densa puede salir la luz más brillante”. 

Este renacer lo hizo traspasar sus fronteras, no solo espirituales sino también terrenales y decidió emigrar a México, para fortalecer esa luz que había descubierto dentro de él: “Así que me fui a vivir a Tulum, a la selva adentro, con los chamanes. A ver qué carrizo era lo que me había sucedido. Ellos fueron los que me bautizaron ‘hijo de la luz’, según ellos y su experiencia, a mí me había sucedido algo sumamente poderoso. Empezó a crearse alrededor de mí, una comunidad que se llama ‘Yo elijo la luz’, ahí nació, en Tulum, Riviera Maya. Empezó a venir gente de partes de México, de Centro América. A hacer encuentros de sanación y meditación conmigo que eran muy hermosos”. 

“Venezuela es mi madre”

Vogu, no obstante, confiesa que a pesar de lo que había logrado fuera de Venezuela, estaba negado a volver a su país, el temor de enfrentarse a los recuerdos de sus difuntos padres lo mantenían alejado; pero una vez más, el poder de la meditación lo hizo despertar y entender que su misión, como él mismo lo califica, era acá en Venezuela y con sus hermanos. 

“Yo no quería volver a Venezuela porque no me quería reencontrar con las cosas de mi papá y mi mamá, me daba como pánico entrar a mi casa y ver todas sus cosas; hasta que un día en una meditación muy profunda frente a la playa, en la Riviera Maya, tuve como un llamado. Como Venezuela diciéndome ‘Qué hermoso esto que estás haciendo aquí, pero nadie lo necesita más que yo y tus hermanos venezolanos; así que es hora de regresar’ y a los tres días regresé y cuando pisé suelo venezolano, entendí que había vuelto con una misión que se llama ‘Yo elijo la luz, Venezuela’”, narró.  

Dijo que comenzó a entender que esa luz en la que se había convertido su madre, Sonia, ahora era algo más grande. Ahora, su madre es Venezuela: “Para mí, Venezuela no es mi tierra. Venezuela es mi mamá. Yo entendí que cuando mi mamá trascendió y se convirtió en luz, es como que toda esa necesidad de apego de tener a mi mamá Sonia, ahora la había traspasado hacia una madre que está tan viva como siempre que es Venezuela; y entendí que ahora era el momento de sanar y entendí que el momento era desde la sanación de cada uno de los venezolanos. Entendí que para que nosotros podamos ver una tierra llena de luz, debemos ser más los venezolanos vibrando en esa frecuencia”. 

Reconocernos para brillar 

Insistió en que su misión está muy alejada de los tecnicismos. No quiere verse influenciado por la política, no quiere que su movimiento sea encajonado en una única forma de vivir la espiritualidad y amar a Venezuela, por eso motiva a sus seguidores a tomar el control: “Cuando nosotros tomamos el control, que a veces es un poco complicado de entender, estamos manifestando todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor; ahí empezamos a tomar riendas, porque empezamos a enfocar nuestros pensamientos y energías hacia lo que realmente queremos ver, que es una tierra llena de luz, amor y paz”. 

Vogu mantuvo que, a su juicio, la única forma de ver brillar la luz de Venezuela, es si nos reconocemos entre nosotros: “Creo que para que realmente la luz brille en Venezuela, el paso número uno es la reconciliación. Es vernos a la cara como hermanos, porque al final, tú puedes tener un punto de vista y yo otro, pero somos hermanos y tenemos en común una sola cosa que es nuestra madre Venezuela”. 

Por eso, rechaza todo aquello que pueda sonar a un cánon social restrictivo: “Una de las cosas que quiero hacer con ‘Yo elijo la luz’ es quitarle ese velo de misticismo y misterio a la espiritualidad, como yo no quiero que la gente aprenda técnicas ni de meditación ni de espiritualidad, sí he tenido mis detractores que a lo mejor tienen mucho tiempo estudiando técnicas de muchas cosas, pero es que yo tengo un punto de vista y es que mientras más técnicas le quieras dar a las personas, más frustradas se ponen las personas”. 

Robert: el hombre  

Vogu como es conocido en sus redes sociales ha logrado motivar e inspirar a grandes masas de venezolanos en los distintos estados del país, dijo que con la ayuda tanto de la administración pública como la privada se ha acercado a ellos: “Lo que estoy tratando de hacer, es algo que llamo: ‘Una tarde de luz’, que lo hago en alianza con alcaldías, gobernaciones, entes públicos y privados, donde vamos a las zonas, a las ciudades, a las plazas, reunimos a la gente. Gratuito para las personas”. 

Añadió que todos los venezolanos y quienes aman a este país, están convocados a formar parte de ‘Yo elijo la luz’: “Vienen desde la ama de casa hasta el conductor, hasta los niños y todos en un sitio en común, simplemente allí, amándonos. Diciendo cuántas ganas tenemos de ver al país lleno de luz, meditando. La gente llega al sitio diciendo que nunca ha meditado y al final se van felices porque meditaron y jamás pensaron que iban a poder hacer algo así y después nos vamos todos cargados de amor”. 

Pero quién es Robert Vogu, el hombre. Al apagar las cámaras nos comentó que se trata de un hombre de 35 años de edad, soltero y que cuida mucho de su paz mental y emocional. Tras una relación que duró casi la mitad de su vida, el camino hacia la espiritualidad lo alejó de su antigua pareja y lo mantiene en la búsqueda de su nuevo amor. No está desesperado pero tampoco cerrado, como señaló. Por lo momentos su corazón es ocupado por ‘Yo elijo la luz, Venezuela’ y su reconciliación con la música. 

“Por un momento pensé que tendría que hacerlo (abandonar la música), hasta que me di cuenta que era un saboteo de mi propia mente, porque la espiritualidad es demasiado amplia y te permite seguir viviendo lo que tú quieras. Yo amo la música, amo los medios, amo todo lo que tiene que ver con el mundo del entretenimiento y más bien me di cuenta que era una fortaleza, tengo toda esta capacidad de poder usar los medios ahora para poder llevar este mensaje de luz”, concluyó con una sonrisa de oreja a oreja, plena de paz y sencillez.