Sin tapabocas pero a distancia:“Santa Mónica era mi Caracas”

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Santa Mónica es una urbanización al sureste de Caracas, cuya construcción data de principios de la década de los 50 del siglo pasado, y comenzó a habitarse en 1953 -justo cuando se consolidó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez- principalmente por parte de matrimonios jóvenes de origen italiano, español y portugués, pero también de una emergente clase media venezolana, que buscaba alejarse de las congestionadas El Paraíso y San Bernardino. Formaba parte de la expansión e impulso urbanístico de la capital venezolana de esos años, propia de un país petrolero pujante.

Es en esa urbanización donde se desarrolla la parte inicial de la novela “Liubliana”, de Eduardo Sánchez Rugeles, quien forma parte de la nueva generación de escritores venezolanos. Esta obra le valió el primer lugar en la mención Novela del Certamen Internacional de Literatura Letras del Bicentenario Sor Juana Inés de la Cruz 2011 en México.

En su momento de presentación -año 2012- llegó a hablarse de generación “Liubliana” porque en la obra varios de sus personajes, comenzando por su protagonista Gabriel Guerrero, manifestaba su deseo de irse de Venezuela, un deseo que precede todo el fenómeno de la diáspora que se intensificará a partir del año 2016. Eran los años cuando surgió la frase “me iría demasiado”.

Gabriel, al igual que Sánchez Rugeles, hace su vida de niño, adolescente y joven en Santa Mónica. Estudia también en el Colegio Agustiniano Cristo Rey, quizás el principal centro educativo de esa zona perteneciente a la congregación de sacerdotes agustinianos recoletos; y prácticamente recorre los mismos sitios de su autor.

“Santa Mónica, junto a Los Chaguaramos y Bello Monte, era mi Caracas”, comenta Sánchez Rugeles, quien desde hace 13 años reside en Madrid. “Quizás Gabriel Guerrero viva con Santa Mónica en su memoria porque no logra desterritorilizarse”, agrega cuando se le pregunta dónde piensa que estaría su personaje en la actualidad.

“Liubliana” tiene la particularidad que cuenta con una banda sonora compuesta por el músico Álvaro Paiva del Ensamble Kapicua, quien también estuvo en el Cristo Rey. Una de las piezas de este trabajo discográfico se llama “Calles de Santa Mónica”, que justamente evoca la nostalgia de un lugar que marcó la vida de un personaje.

El año pasado, el escritor presentó su más reciente obra -se llama “Síndrome de Lisboa”- y así como “Liubliana” combina la urbanización Santa Mónica con la capital de Eslovenia, esta otra combina la capital portuguesa con Bello Monte.

La última vez que Sánchez Rugeles estuvo en Caracas fue en 2015. Visitó a su familia, estuvo con amigos, hizo trámites administrativos y, por supuesto, caminó por su Santa Mónica natal. Asegura que poco queda de la urbanización que lo vio nacer y crecer. “El chavismo nos envileció como sociedad”, puntualiza.