A mediados de agosto las redes sociales venezolanas estallaron como consecuencia de la polémica que se desarrollaba en varios países de la región, luego que la plataforma de películas y series por suscripción, Netflix, estrenara la película Cutie. Un filme donde una niña de 12 años de edad hace uso y explota su expresión sexual para delimitar su lugar, a su juicio, en una sociedad tradicionalmente machista.
Para Fernando Pereira, educador y fundador de Cecodap, en una sociedad como la venezolana, las limitaciones, pobreza, exclusión y falta de recursos se convierten en un caldo de cultivo para una adolescente que aspire a tener de manera inmediata todos esos recursos de los que no dispone en su comunidad o familia, para que las niñas se reflejen en esas personalidades que hacen uso de su imagen para viralizarse en las redes sociales y obtener lo que buscan, reconocimiento.
Explicó que muchas veces el reconocimiento es asociado con oportunidades, pues mayor sea la cantidad de likes o seguidores en las redes sociales es más probable que el material que publica esta persona se viralice. Ese es el riesgo de la hipersexualización. Es increíble la cantidad de pedófilos que consumen este tipo de material, dijo el educador.
Para la maestra de primaria Rina Hernández, la moda de hipersexualizar a las niñas y adolescentes viene desde el entorno que las rodea. Obviamente siento que la sociedad ha empujado a que las niñas cada vez más quieran saltarse sus etapas y llegar a la adultez. Siento que las redes sociales han sabido vender bien su contenido, el cual ha distorsionado lo que debería ser una infancia infanti».
Pereira detalló que la sexualización de las niñas a través de las redes sociales es considerada una forma de maltrato o agresión a su condición. Irrespeta el proceso de desarrollo que tiene toda niña, que constituye un derecho fundamental que es la capacidad progresiva de ir apropiándose del mundo y de ir desarrollando sus condiciones a su propio ritmo.
Insistió en que este fenómeno es causado por la necesidad que tiene la niña de calar y esto se genera desde su propio entorno. La sociedad venezolana no está preparada para abordar este fenómeno porque está muy ocupada en gestionar el día a día, en la sobrevivencia. Ni las familias ni las propias instituciones están prestándole atención a estos fenómenos para prevenir que ocurran y atender cuando están presentes.
Hace falta más atención
Los educadores coinciden en la importancia de prestar mayor atención a lo que rodea a los niños y adolescentes, especialmente a las niñas que expresan la necesidad de lograr metas que no están acordes a su edad. Indicaron que es importante responsabilizarse por la protección y los derechos de estas menores de edad.
Solamente hay reacciones cuando hay alguna denuncia de un caso puntual de explotación sexual, de promover la pornografía infantil, en el día a día no hay maneras para prevenir estos fenómenos. El Estado venezolano no tiene programas efectivos para prevenir los peligros que puede haber, simplemente están los enunciados en la Ley Orgánica de Protección del Niño, Niña y Adolescentes y otra serie de normativas, como en otros países, para prevenir toda forma de explotación comercial o sexual, señaló el representante de Cecodap.
Reiteró que es fundamental contar con programas de formación y que los chicos puedan ir participando en espacios que le sean propios sin la necesidad de tener que ser alguien que no es. En muchos casos, las familias hacen que las niñas sean mercadeadas como objetos con su forma de vestir, de cantar o de bailar, afirmó.
Pereira aseguró que la protección de una niña tiene que ver con que su entorno pueda reconocerla tal como es, valorarla por lo que es, por su forma de ser, de vestirse o actuar y no necesariamente viendo el proyecto de ser famosa y obtener recursos. También es fundamental la educación sexual desde los primeros años, para que las niñas conozcan su cuerpo, los peligros que hay en su entorno, las personas que puedan tratar de sacar provecho de ellas con el fin de generar la excitación o la erotización.