Sobrevivir en tiempos de cuarentena en El Junquito

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Escrito por: Marvin Mijares

En tiempos de cuaresma es donde el viento más ventea, el frío es intenso y los ventarrones huracanados levantan los techos de algunos ranchos que dan miedo; algunas calles están desiertas y otras no, las alcabalas custodiadas por funcionarios policiales y militares; las noticias van y vienen sobre el coronavirus en China, en Europa, en Estados Unidos, en Brasil y en Colombia.

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Amigos en plena esquina haciendo tertulias si llegará el virus a Venezuela y otros diciendo: “Ni Dios lo quiera, se imaginan ese virus en Venezuela, arrasa con todos porque los hospitales no están en condiciones para atender a la gente en ese tipo de emergencia”. Los escuché y los ignoré. Luego, al siguiente día, fui a cumplir mis labores de trabajo como siempre y una amiga me envía un mensaje: “Chamo, llegó el coronavirus a Venezuela”. No le hice caso y le dije: “Eso es mentira”. No saliera nadie de oposición y chavismo a marchar el 10 de marzo, ella insistió, sí, el virus está en el país, la ignoré.

A los dos días viendo junto con mis amigos por la tarde la TV, los voceros del gobierno nacional mandaron a todos a cumplir cuarentena preventiva, porque ya se habían reportados varios casos de personas que presentaban síntomas similares al coronavirus. Días más tarde resultaron positivos; mi amiga tenía razón.

Transcurrieron tres días, salí a la calle en la mañana para comprar pan en la panadería del km 7 de la vía El Junquito. La gente un poco nerviosa, alterada, desesperada hablando del coronavirus y sin tapabocas, tosían y estornudaban de una manera irresponsable. Yo los observaba y los miraba de reojo para evitar conversar con esa gente inconsciente. Asimismo, a todo riesgo compré mis panes y regresé a mi casa y me mojé las manos con alcohol para prevenir y evitar males mayores en mi hogar.

Luego, a la siguiente semana, la carencia de los servicios se hizo notar en la cuarentena social por el fallo de comunicación ante la falta de suministro de gasolina y gasoil, la falta de agua y gas en la mayoría de las comunidades de Caracas, en especial en El Junquito y la falta de las cajas CLAP. No explican que sucede y menos asumen su responsabilidad en su labor como gobierno.

La gente en la calle dice: “No sabemos cómo vamos aguantar esta cuarentena, estamos abandonados en medio de una pandemia”. Solo pensé, es verdad lo que dicen. Hoy tengo un mes y diez días sin agua, me toca subir al tanque de Canaima del km 8 de El Junquito, ese tanque solo le surte a la gente de las zonas altas del km 7 hasta el km 10.

Los demás ciudadanos están fregados porque reciben agua del sistema de bombeo de Vista Alegre y, al parecer, está dañado o el responsable no quiere garantizarle el vital líquido a los junquiteños. Hoy vemos mujeres embarazadas, adultos mayores y niños cargando agua en tiempos de cuarentena. Eso no puede ser, corremos el riesgo de contraer el COVID-19 por la falta de agua, el agua es la punta de lanza para contrarrestar el coronavirus.

Le digo a mi mamá que difícil es vivir en esta parroquia y ella me responde: “La parroquia no es la culpable y menos hijo. Los responsables son la misma gente que no se esfuerzan para unirse y denunciar los problemas de nuestra comunidad, lo difícil es sobrevivir y enfrentar la falta de agua, gas y transporte en esta Venezuela de hoy”.

Tiene toda la razón mi madre. Estamos en medio de una pandemia y lo más peligroso es la irresponsabilidad y la ignorancia de algunas personas que dicen que “eso del coronavirus es mentira, los políticos están usando ese pretexto para manipular a la población”. Esa gente que emite esos comentarios está equivocada y está a riesgo de contraer el virus, gracias a su ignorancia. Lo mejor es quedarse en casa como lo dicen los voceros gubernamentales y los médicos.

Sí, quedarnos en casa. Cada tres días salgo de mi casa con mi respectivo tapaboca y mis dos tobos para cargar agua desde mi comunidad al km 8, o voy para comprar comida para sobrevivir en está cuarentena que parece eterna. Muchas personas no hacen caso a las medidas preventivas, van a los grandes mercados de Catia, Petare y Carapita, y corren el riesgo de contraer el virus. Hay un caso que causa mucho terror, el taxista de Antímano. El señor nunca informó y menos se censó en la página gubernamental de Patria sobre los síntomas del coronavirus y en la madrugada del día 29 de marzo del presente año, falleció. La población y los voceros del gobierno están preocupados porque no saben cuántas personas podrían estar contagiadas. Que difícil sobrevivir en tiempos de cuarentena, el terror se hace notar en cualquier persona que estornude o tose sin tapabocas.

En estos días de cuarentena lo mejor es cumplir con el protocolo de prevención. Si tienes síntomas de gripe, usa el tapaboca, es lo mejor para preservar tú vida y de todo aquel que te rodea.  

Twitter: @MarvinBeisbol

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