El presidente de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos (SVIAA), Saúl López, aseguró que para el ciclo de siembra de maíz de este año se requieren 1.300 dólares por hectárea.
«Son 220 mil hectáreas que se tiene previsto sembrar este año y 1.300 dólares por hectárea es el costo promedio que va a tener para este ciclo, es lo que nosotros estimamos», afirmó el representante gremial.
Advirtió que para este año se prevé un «estancamiento o una leve disminución en la superficie de siembra de maíz, debido a múltiples factores», principalmente a la falta de financiamiento por parte del Estado, la disminución del precio de este rubro en el marcado internacional y la reducción en la demanda del maíz en el país.
El ingeniero agrónomo insistió en que «realmente hay un problema complejo» para 2023, empezando por el «menguando» poder adquisitivo de los venezolanos y la poca posibilidad de que se recupere a corto plazo. «Esto hace que sea difícil que la producción de maíz de este año pueda crecer».
Apuestan a la agricultura por contrato
Saúl López aseveró que desde la SVIAA están totalmente de acuerdo con impulsar la agricultura por contrato en Venezuela para mejorar la productividad en el país.
«La agricultura por contrato es una excelente alternativa. No solo es que estamos de acuerdo, sino que nosotros promovimos el acercamiento entre Fenalce (Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya) y Fedeagro», sostuvo el representante gremial.
El sector ha crecido en los últimos tres años
A pesar de las proyecciones que se tienen para este 2023, según los datos de la SVIAA, la producción de maíz en Venezuela ha venido en «franca recuperación» en los últimos tres años.
«Nosotros llegamos a tener una caída muy fuerte, llegando a producir nada más 114 mil hectáreas de superficie de maíz en el año 2018 y, a partir de ahí, fue incrementándose. En el ciclo 2022 llegamos a producir 240 mil hectáreas», agregó López.
Detalló que de estas 240 mil hectáreas de maíz, 70% fue sembrada y cultivada en el estado Portuguesa, el resto fue distribuida entre Guárico, Barinas, Yaracuy y Cojedes.
Asimismo, López explicó que anteriormente 80% de la demanda de la producción del maíz que se procesaba en Venezuela era de maíz precocido -fundamental para la dieta del venezolano- y solo 20% era maíz amarillo, que se usaba para la alimentación balanceada de animales y las industrias avícolas y porcina.
«Actualmente, esa proporción disminuyó. 60% del maíz que se produce en Venezuela es maíz blanco y 40% representa el maíz amarillo. Ahí ha habido un incremento en las industrias, sobre todo en marcas de maíz de harina precocida, con más de 200 en los últimos tres años», afirmó.
El presidente de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos resaltó que las opciones tecnológicas que «hemos promovido con el uso de aplicaciones satélites de teledetección, uso de monitoreos con drones y todas estas herramientas que son útiles y necesarias para lo que nosotros llamamos agricultura 4.0 o agricultura inteligente, pretenden mejorar los rendimientos y mejorar la productividad de maíz en el país».
No obstante, Saúl López destacó que se registró una caída bastante drastica en el consumo de maíz entre el 2015 y 2019, en medio de la crisis económica y la fuerte migración que golpeó a Venezuela.
«Al no haber una planificación en el tema de las exportaciones, el consumo nacional y promover la agricultura por contrato y fondos parafiscales, se impide realmente que pueda haber financiamiento de la banca pública y privada», aseveró el representante de SVIAA
A su juicio, «esto hace que sea muy difícil el crecimiento del sector, considerando también la caída del consumo, la baja de la demanda, que en otros escenarios se pudiera exportar el excedente de lo que no se puede comercializar acá (en Venezuela) porque estamos también con una disminución en la capacidad de almacenamiento de la agroindustria de los silos».