Tamara’s Bistro sazona con maestría Miami Spice

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    Los amantes de la buena mesa que conocen el programa Miami Spice tienen este verano la ocasión de dar asalto al menú irresistible que propone Tamara’s Bistro, ubicado en el bellísimo National Hotel de Miami Beach, de traza art déco y, sin duda, parada obligada para disfrutar de la mejor cocina estival a precios asequibles.

    Los restaurante seleccionados este año en Miami Spice (más de 200) ofertan un menú a precio fijo: dos platos y postre, al almuerzo, por 23 dólares y, a la hora de la cena, la misma fórmula y distinto menú por 39 dólares.

    Cumple esta iniciativa su décimo sexta edición ya consolidada como la más atractiva del verano, si no del año, por su calidad y el imperativo culinario de ofertar un menú que no castigue el bolsillo del comensal. Una oportunidad de saborear la mejor cocina de Miami a precios moderados.

    Miami Spice ha cuajado con enorme éxito gracias, en primer lugar, a la variada, sugestiva y seductora oferta que proponen chefs de la talla de Matthew McDonald, quien comanda la cocina de Tamara’s Bistro, con un menú de verano que exhala los aromas de platos de exquisita elaboración, presentación, sabor y frescura.

    «El menú que hice para Miami Spice quería que intrigara a los comensales, teniendo en cuenta que era un desafío para los todos los chefs de Miami por el precio obligado del menú», nos explica McDonald, oriundo de Michigan, pero instalado en Miami desde hace una veintena de años.

    El menú de Tamara’s Bistro para Miami Spice ahonda en los sabores clásicos de la cocina francesa y estadounidense, limpios y despojados de toda pirotecnia, pero sin desdeñar un toque innovador en algunas preparaciones y guiños incluso a la despensa latinoamericana o española.

    Así, como preámbulo de la cena, un crudo de atún fresquísimo sobre una base de sandía y unas arenas de queso feta; o las ostras a la plancha cubiertas de una suave bechamel de queso gruyere y espinacas y tiritas de jamón crujiente. Deliciosas.

    McDonald es un cocinero siempre a la busca del mejor producto local, del proveedor que ofrece un producto consistente, ya sea en carnes, frutas o verduras.

    En verano, claro, «con este calor sofocante en el sur de Florida, busco ofrecer ingredientes refrescantes como la sandía, o salsas ligeras tipo vinagreta, cosas que no sean pesadas», nos comenta mientras paseamos junto a la piscina (fue en su tiempo la más larga de Florida), entre palmeras, buganvillas y plantas tropicales.

    Entre los platos de fondo que probamos, el lomo de res con hongos Portabella, espárragos, tomate confitado y parpadelle a la pimienta adquiere carta de plato patrimonio de la humanidad.

    Otra opción, esta de impronta española, que merece la atención y se prevé un gran acierto es la paella de marisco que, con respeto por el hallazgo antiguo, presenta el menú de Tamara’s Bistro. El grano suelto, jugoso, entero, en su punto, sacramentado con el toque justo de azafrán español y un sofrito de pollo y buen fondo de pescado al jerez.

    O un plato de aparente modestia que aún sorprende más por la calidad de la carne, tierna y sabrosa, y el milagro de las salsas: las chuletas de cerdo de Vermont con queso cheddar. Las mejores de la ciudad, acompañadas de una guarnición de aros de cebolla frita y una delicada salsa de chimichurri de cereza.

    Igual de grato resulta el ambiente del comedor, su hermosa decoración y altos techos, con mobiliario y objetos originales art déco que invitan a regresar a este único hotel construido en 1939 y remodelado por completo en el año 2014.

    Hoy, el National Hotel Miami Beach forma parte de la exclusiva lista de «Hoteles Históricos de América» y atrae a una numerosa clientela extranjera y local que valora la clase y calidad de su oferta.