El médico Mauricio Krivoy es un reconocido neurocirujano venezolano que por su pasión por la botánica asumió la responsabilidad de dirigir el Jardín Botánico de Caracas, y no en vano más de uno lo considera también como el doctor de las plantas por una pasión que le viene de familia: su padre Abraham Krivoy, también profesional de la medicina, fue un apasionado de la disciplina dedicada a la vegetación.
El reto asumido no ha sido fácil porque por un lado tuvo que afrontar actos vandálicos y robos que se dieron en 2017 en ese lugar adscrito a la Universidad Central de Venezuela debido a la falta de personal de seguridad, pero también a la falta de recursos financieros.
El prepuesto anual del Jardín Botánico de Caracas es de 6 dólares, eso fue lo que asignaron el año pasado y este año llevamos alrededor de 1 millón de bolívares, advierte Krivoy.
No obstante, asume su labor con optimismo. Estamos haciendo una refundación del jardín y es importante que su rescate esté al margen de la política, enfatiza.
Indica que su prioridad está en tres puntos: seguridad, luz y agua. Hay que tomar en cuenta que estuvo sin suministro del líquido durante 11 meses.
Ha emprendido una campaña para recaudar fondos y obtener asesoría de jardines botánicos en Estados Unidos y España, y agiliza las gestiones para recibir financiamiento de la Unesco, tomando en cuenta que el Jardín Botánico de Caracas es patrimonio de la humanidad junto a la UCV.
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