El triunfo de Jair Bolsonaro en la presidencia de Brasil deja muchas lecturas. La más importante de ellas es evidenciar la polarización que afecta al país y, por tal razón, pareciera ser un hecho que no será tiempo para moderados, ni para quienes opten por el centro.
Los terceros espacios están siendo abolidos, aseguró el analista Julio Ligorría durante su columna para HispanoPost, en la que ratificó la división socio-política que se evidenció en octubre pasado durante la segunda vuelta presidencial.
Analistas consideran que la victoria del exmilitar brasileño obedece a que cambió de valores y optó por recuperar el orden moral. Algunos piensan que la corrupción y la seguridad, temas que Bolsonaro quiere atacar con vehemencia, no tendrán impacto en la región, cada vez más afectada por el desempleo, el narcotráfico, los bajos salarios y los temas de migración; mientras que otros analistas sí creen que pudieran existir puntos en común, dijo Ligorría.
Apuntó que las venideras campañas electorales de la región, lejos de copiar las estrategias de Bolsonaro o el presidente de EEUU, Donald Trump, debe pensar, recuperar y hacer autocrítica necesaria para llegar al triunfo.
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