En horas del medio día de este martes, el expresidente de Bolivia, Evo Morales, llegó a Ciudad de México, junto a su vicepresidente Álvaro García Linera, concretando así el ofrecimiento de asilo político ofrecido por el presidente de la referida nación, Andrés Manuel López Obrador.
Morales en sus primeras declaraciones, rechazó los actos de violencia que hoy en día se viven en Bolivia y criticó la arremetida de presuntos partidarios opositores, contra miembros de su familia.
Ayer saquearon la casa de mi hermana, mi casa en Cochabamba también la destruyeron, es por ello que rechazamos esa política de intimidación de algunos sectores de Bolivia. Quiero denunciar además que dos alcaldes y un gobernador de ciudades importantes del país, no renunciaron por cobardes, sino por tantas represalias contra la familia, contra los niños. Secuestros, amenazas de quemar a personas y esto es toda una política de escarmiento a dirigentes y autoridades de nuestro movimiento político de liberación, aseguró.
Insistió que su renuncia se dio, única y exclusivamente, para evitar más derramamiento de sangre y violencia en Bolivia.
Agradeció al gobierno mexicano por salvarle la vida y aseguró que se mantendrá en política y luchando por su país.
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