El Instituto Nacional de Capacitación Educativa (INCE) colocó a Venezuela entre los primeros países con mejor mano de obra calificada. Sin embargo, eso se vino abajo durante las administraciones de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, aseguraron fuentes del sector laboral.
«El instituto llegó a formar hasta 500.000 personas al año, número que cayó a 20.000 antes de la pandemia de la COVID-19», precisó Carmelo Sánchez, directivo del Sindicato de Nacional de Trabajadores del INCE.
El representante de Sintraince alertó: «Las instalaciones y talleres donde se dicta la formación para el trabajo productivo y decente están en el suelo. Muchas de ellas han sido vandalizadas y se han llevado hasta los techos de los centros».
El domingo, la institución cumplió 62 años de fundada -un 22 de agosto de 1959- por el educador Luis Beltrán Prieto y el dirigente obrero Pedro Bernardo Pérez durante la presidencia de Romulo Betancourt.
Por más de 40 años, los certificados de INCE eran altamente reconocidos a nivel internacional como ejemplo de excelencia en prácticamente todas las especialidades técnicas y profesionales requeridas por el sector industrial y de los servicios.
El instituto tambien dictaba talleres para la promoción y emprendimiento de las amas de casa y, sobre todo, de los jóvenes en edad de incorporarse al mercado de trabajo formal.
El decreto 38.958 -publicado en Gaceta Oficial el 23 de junio de 2008- agregó la palabra “socialista” al nombre de la institución, cambiando las siglas a INCES.
«Con esta medida, la visión y misión del INCE original fue totalmente trastocada, pues el organismo se convirtió en un instrumento político e ideológico del chavismo», alertó Sánchez.
Recordó que en 2011 el oficialismo sacó a Venezuela del Cinterfor -Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional- adscrito a la Organización Internacional del Trabajo.
El sindicalista señaló que desde marzo de 2020, cuando inició la cuarentena por el coronavirus, no hay clases presenciales en el INCE. «Hace unos meses arrancó la educación a distancia a través de Internet, pero eso apenas atiende unos 2.000 estudiantes»,dijo.
Pérdida patrimonial
Sánchez destacó que el instituto se vino al suelo por la desidia de las autoridades y la falta de mantenimiento.
«Los centros del país están cerrados y sin vigilancia, donde son frecuentes los robos de inmobiliario y equipos. Algunos tan pesados como los tornos que requieren ser movilizados con grúas y, sin embargo, en el centro del 23 de Enero en Caracas fueron sustraídos 12 de 20 tornos», denunció.
Otro robo escandaloso ocurrió en el centro de mecánica automotriz de Maracay, estado Aragua, de donde se llevaron el puerto de alineación. Los doce centros de educación agrícola del INCE también están abandonados.
«Estas situaciones se han presentado fundamentalmente durante la administración de Maduro, causando al INCE una pérdida patrimonial incalculable», sostuvo el dirigente de Sintraince.
Fuentes empresariales que solicitaron guardar sus nombres en reserva, indicaron que el INCE ya no proporciona el recurso humano capacitado requerido para cubrir las necesidades del sector productivo.
«Uno emplea a estos aprendices porque la ley obliga, pero al final es la compañía la que forma a los muchachos que nos refieren», señaló un consultado.
«Los jóvenes vienen con muchas carencias, por lo que preferimos formarlos en las fundaciones privadas que se dedican a la educación para el trabajo», expresó una fuente.
Asimismo, los recursos económicos del instituto provienen de los aportes (cotizaciones) de las empresas y los trabajadores.
Sánchez reveló que los bajos sueldos -en la actualidad 5 dólares al mes- la falta de motivación y la persecución política han ocasionado el éxodo de 60% de la nómina del INCE en los últimos años.
Agregó que los intentos de negociar un nuevo contrato colectivo -el vigente venció hace cuatro años- no se han concretado porque la directiva del organismo no acude a las citaciones del Ministerio del Trabajo.