Aspiran que reapertura de Puente Internacional Tienditas en frontera colombo-venezolana mejore calidad de vida de los tachirenses

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El pasado jueves 15 de diciembre, el gobierno colombiano de Gustavo Petro, anunció la reapertura del Puente Internacional de Tienditas, el cual comunica al país neogranadino con el estado Táchira, en la frontera colombo-venezolana. El mismo estuvo clausurado desde el año 2015, dados los problemas bilaterales entre los gobiernos de Colombia y Venezuela, no obstante, dada a las intenciones de reconstruir las relaciones entre ambos mandatarios la frontera se ha reabierto paulatinamente.

Desde la Casa de Nariño, se informó que la decisión responde a la intención de “reactivar” el comercio entre ambos países, ya que, de momento solo se permitirá el paso a transporte de carga. Este puente se encontraba bloqueado por contenedores gigantes, que fueron colocados por militares en 2019, cuando el llamado ‘gobierno interino’ solicitó el ingreso de la ayuda humanitaria al país.

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La expectación por parte de los habitantes de la zona, así como, de quienes ven en esta arteria vial una oportunidad para mejorar su calidad de vida, en especial los que viven del lado de Venezuela, crece y se fortalece en la esperanza de que 2023 será un año para la reactivación laboral, comercial y social.

Así lo aseveró Daniel Aguilar, ex presidente de Fedecámaras Táchira, quien dijo que “la situación actual de los comercios tachirenses con el cierre de los puentes, se ha venido manejando de forma irreal, porque al pasar los productos que se expenden en los diferentes comercios por las trochas, los beneficiados son otras personas; en este caso, los funcionarios que cobran la comisión, no el Estado venezolano”.

Aunque cree que podrán deshacerse de los pagos de “comisiones”, les teme a los impuestos: “Esto lo que viene creando es una inestabilidad y afecta la producción nacional, porque si nosotros sembramos y producimos papas en el Táchira, pero la traen de Colombia con precios más bajos, porque no pagan impuestos ni el paso de aduanas, es una competencia desleal al momento de la comercialización”.

Aguilar, reiteró que lo que sucede principalmente con los comerciantes, especialmente, los venezolanos, que deben hacer uso de la frontera para ofertar sus productos, es que, muchas veces, se consumen las ganancias pagando a terceros para que se les autorice el paso: “Entonces, aquí fluctúan los precios de un sitio a otro, porque los comerciantes tienen que complacer y otorgar las comisiones que exigen algunos funcionarios”.

Pago de impuestos

Asimismo, aunque ve con buenos ojos esta reapertura, no deja de temerle a la competencia que puede ingresar a través de esta vía, ahora de forma legal: “El beneficio, hay que analizarlo de diferentes formas, por ejemplo, para la producción nacional sería que muchos productos ingresan a través de Colombia y pasan por las aduanas para la industria y la producción nacional; ese sería un beneficio”.

Aguilar, añadió: “Eso se venía haciendo y que, lamentablemente, con esa decisión que tomaron el 19 de agosto de 2015, el gobierno de Miraflores paró el paso de lo que se venía haciendo legalmente por los puentes y a través de las aduanas, donde se pagaban los impuestos, ingresaban estos productos que eran comercializados, traídos de cualquier parte del mundo y entraban por Colombia, porque el tránsito es mucho más económico y seguro. Esto se hacía a través de las tractomulas y aquí las gandolas”.

Insistió en el posible aumento que podrían generar los impuestos: “Al entrar en funcionamiento los puentes Libertador o Simón Bolívar de Cúcuta, San Antonio, Francisco de Paula, Santander, Ureña y el puente Unión entre Boca de Grita y Santander, al entrar los productos de forma legal sí tienen un costo; se elevan los costos porque hay que pagar los impuestos reglamentarios y todo viene a subir en el país”.

Considera que deben adaptarse al pago de impuestos: “En este momento no se están pagando impuesto, pero sí, se están pagando comisiones. La única forma que el comerciante se vea beneficiado es que algunos productos que se comercializan en Colombia y más allá de ese país, se puedan traer a Venezuela, pero que no vengan a competir con la producción nacional”.

Producción sin competencia

Insistió en que esta decisión debe ser tomada con la intención de mejorar y fortalecer la producción nacional: “Que sean productos que nosotros no tenemos, porque si regresamos hace siete años y medio atrás, los productos venezolanos eran muy apetecidos en Colombia y en los países suramericanos, mayormente, por las alcabalas y trochas, en orden inversa, salían de Venezuela gran cantidad de productos que eran consumidos por los habitantes de esos países”.

De tal forma que el Estado ayude a los comerciantes y productores: “Al normalizarse el ingreso de los productos por las aduanas, se va a beneficiar el Estado venezolano a través de los impuestos. Se beneficia el sector de transporte de carga, algunas empresas que necesitan algunas materias primas importadas, para poder producir y los comerciantes se benefician porque van a tener una gran variedad de productos que no son producidos en el país y que vienen de diferentes partes del mundo, pero que tienen su ingreso por Colombia. Otro beneficiado sería el pueblo venezolano porque tendría una gran variedad de productos para comercializar y comprar acá en Venezuela”.

El expresidente de Fedecámaras Táchira, dijo que por los momentos no poseen una data oficial de los comerciantes en la zona fronteriza, pero que espera esta información se normalice cuando se normalice el paso por las vías legales: “Exactamente, no tenemos una data. Pueden ser 6.000 u 8.000, no hay una data real de cuántos comerciantes hay en la zona de frontera, circunscribiéndonos a San Antonio, Rubio, Ureña, La Fría, Boca de Grita, esos serían los municipios fronterizos, pero es que, Táchira tiene 29 municipios”.

En el pasado una de las preocupaciones fue la pérdida de trabajo y mano de obra, hoy la esperanza es que todo esto vuelva: “Cuando se cierra la frontera, que no es que se cierra la frontera, sino que se cierran los puentes, ese 19 de agosto de 2015, comienzan a perderse muchas plazas de empleo. Comienzan a cerrarse empresas en San Antonio y Ureña, a cerrarse restaurantes, importadoras, comercializadoras, agencias de viajes y esas empresas fueron saliendo paulatinamente de Venezuela y se instalaron, algunas, en el norte de Santander, es decir, en Cúcuta. Se estima que se perdieron más de 70.000 plazas de empleo”.

El panorama, a su juicio, era desalentador: “Unos pueblos que para uno moverse de un lado al otro, pasa uno hasta una hora y media en cola o para pasar Cúcuta, muchas veces, uno gastaba hasta una hora y media para poder pasar por las colas de San Antonio o para retornar a San Cristóbal, eso beneficiaría mucho a la zona fronteriza. Recuperar todas esas empresas, porque se estima que se cerró más de 80% de las empresas que había, entre ellos, un aeropuerto nacional, pero que tenía importancia internacional porque de ahí salían vuelos que iban hasta Panamá, por ejemplo”.

Y, aunque, dijo que ha mejorado, aspira a que estas mejoras se dupliquen: “También, se perdió mucha mano de obra calificada que se fue yendo hacia Colombia y otros países, no era raro y todavía se puede observar que esos pueblos pareciera que pasó una epidemia y todo está cerrado. En estos momentos, se han recuperado algunos negocios, se ve un poquito más de movimiento, pero hace falta todavía que se recupere por lo menos un 50 o 60% para que se vea más movimiento”.

Calidad de vida para el pueblo

Aunque no puede hacer estimaciones económicas, se anima a hablar de lo que espera sea beneficios sociales para los habitantes de la zona: “El beneficio no lo vemos en este momento, porque tendríamos que estar sobre el camino para ver cuál es el beneficio. Lo importante es que se abran de una vez por todos los puentes para que haya un libre acceso de venezolanos hacia Colombia y de colombianos hacia Venezuela; y se cumplan todos los requisitos como dictan las normas internacionales, que no se nos vaya a seguir muriendo gente porque no los dejan pasar en los puentes”.

Haciendo alusión, sin mencionarlo directamente, Aguilar habló del caso de la niña que murió en la frontera porque no dejaron pasar la ambulancia en la que la trasladaban: “Que cuando uno viene enfermo hacia Venezuela, lo dejen pasar y si alguien enfermo va hacia Colombia, lo dejen pasar. Los jóvenes que estudian en Colombia, tengan acceso fácil para seguir estudiando allá, al igual que muchas personas vienen a estudiar y formarse acá en nuestras universidades del Táchira, que son muy buenas”.

Dijo que como todo venezolano tiene grandes aspiraciones de cara a 2023: “Todo el sector productivo del estado Táchira, tiene algunos anhelos con el nuevo año. Tenemos ganas de ir hacia adelante como siempre lo hemos hecho, porque el estado Táchira ha sido un estado pionero y piloto para apoyar al resto de los estados de Venezuela, de aquí sale mucha comida para todo el país. Aquí estamos llenos de expectativas y con ganas de que las cosas funcionen para bien, la situación que nos preocupa es la del manejo de la economía por parte del Ejecutivo nacional”

Por lo que, Aguilar, se mostró esperanzado en que el manejo socio-político y económico del país, mejore en próximo año: “Es decir, hay unos desatinos que no nos convencen y eso sí nos preocupa, porque avanzamos unos cuatro o cinco meses y luego con el movimiento de la parte bursátil y de los sueldos y salarios, todo se vuelve un arroz con mango y no puede ser. A este país hay que inyectarle educación, rescatar los valores, pero, sobre todo, tenemos que inyectarle mucha confianza, y los diálogos tienen que ser reales, efectivos y sinceros para que sean verdaderos diálogos”.

Agregó para finalizar, Aguilar: “Esperamos que se solucionen estos problemas fronterizos, que se pueda exportar e importar. Que nosotros podamos vender lo poco o mucho que se pueda producir aquí en Venezuela, para la exportación y de que importemos lo necesario para que nuestras empresas funcionen. Ese sería un logro muy importante para el comercio, la industria y la sociedad tachirense y venezolana”.

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Keissy Bracho
Keissy Bracho
Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo Audiovisual Especializada en Comunicación Política, Opinión Pública, Marketing Político, Gestión de Políticas Públicas. Aprendiendo de Género

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