«La inhabilitación mía es una inhabilitación política (…) y aquí hay dos caminos: o tiramos la toalla o luchamos. Yo no voy a pedirle permiso a Maduro o a alguien en el gobierno para luchar por la recuperación de mis derechos y el de los venezolanos», dijo Henrique Capriles este sábado, al momento de inscribir su candidatura ante la Comisión Nacional de Primaria.
«Yo no soy ni nunca he sido una persona de estar escondiendo cosas (…) Este gobierno ha inhabilitado a gran parte de la dirigencia política. Yo no estoy inhabilitado por corrupción, porque haya cometido algún delito, o tenga algún juicio o alguna sentencia penal»; explicó el candidato del partido Primero Justicia en la sede de la Comisión, en la Torre Letonia de Chacao, cuando fue abordado por periodistas que le preguntaron sobre sus posibilidades reales en la contienda, prevista para octubre de este año.
«Seguro eso es lo que ellos quieren. Ahora, yo tomé una decisión. ¿Quién defiende a los venezolanos, quién defiende a ese ciudadano que tiene que pasar tres días para echar gasolina?», se preguntó a sí mismo.
Para responder enseguida: «Nos tenemos que defender nosotros. Esto va mucho más allá de escoger una candidatura. Es la organización de todos los que queremos que este país eche para adelante».
Capriles añadió que él representa una candidatura que, además de tener vocación social, cuenta con experiencia; rasgo indispensable, a su juicio, para poder vencerle a Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del año próximo.
«Tenemos que ganarle por nocaut, sino no habrá cambio político. Y, sacando cuentas, para poder ganar por nocaut se necesita sumar a quienes, en el pasado, votaban por Hugo Chávez. No todos en la oposición tenemos la capacidad, ni el discurso, ni la posibilidad de sumar a quienes seguían al expresidente Chávez», agregó.
Capriles llegó a acompañado por decenas de militantes de la tolda aurinegra quienes entre gritos y consignas apoyaron su postulación.
El proceso de primaria, a su parecer, debe resultar en una oposición fortalecida, pero advirtió que si se convierte en un torneo de división para debilitar a los que todavía creen en el país, no van a contar con él.