Las mujeres suelen sufrir de infecciones urinarias con cierta frecuencia, motivado a varios factores, lo cual puede convertirse en un mal recurrente e incluso provocar una lesión renal progresiva o irreversible. Por eso acá te dejamos unos consejos para prevenirlas.
Cerca de 40% de las mujeres presentarán una infección del tracto urinario (ITU) a lo largo de su vida. También las embarazadas tienen una prevalencia de bacteriuria de 4% a 10%, y 60% de ellas desarrollan una infección si no son tratadas. En el posparto también es frecuente la ITU.
Lo primero que hay que saber es que hay distintos tipos de infecciones urinarias y debes diferenciarlas para poder aplicar el mejor y más acertado tratamiento:
-Bacteriuria: bacterias en la orina, que puede ser asintomática
-Infecciones del tracto urinario (ITU) inferior: asociada a la cistitis, que es una infección de la vejiga; la uretritis, que es una infección de la uretra; la prostatitis, que es una infección de la próstata y la orquiepididimitis, que es una infección de los conductos encargados de la formación y excreción del semen.
-Infecciones del tracto urinario superior: puede ocasionar, entre otras afecciones, la pielonefritis aguda, la cual puede perjudicar uno o ambos riñones.
-Infecciones urinarias no complicadas: en pacientes con una vía urinaria estructural y funcionalmente normal.
-Infecciones urinarias complicadas: sobre vías urinarias con alteraciones anatómicas o en su funcionamiento, individuos con alteraciones metabólicas, inmunodepresión o con la participación de patógenos inusuales o resistentes.
-Infecciones urinarias recurrentes: puede tratarse de recidivas o de reinfecciones.
-Infección urinaria crónica: persistencia del mismo microorganismo durante meses o años, con recidivas tras los tratamientos.
Síntomas de las infecciones urinarias:
-Cistitis: sensación repentina de tener que orinar urgentemente. Hay dolor-escozor al orinar, incontinencia y dolor en la zona del pubis. No es frecuente que haya fiebre. La orina pierde su color claro y se puede volver maloliente y sanguinolenta.
– Uretritis: es cuando un paciente joven presenta dolor al orinar de más de una semana de duración. Puede ocurrir tras el cambio reciente de una pareja sexual que haya tenido una uretritis o si se trata de una persona promiscua. En las mujeres cursa con flujo vaginal aumentado y en los hombres con secreción exudativa uretral.
-Vaginitis: se caracteriza por flujo vaginal de características anormales, dolor en las relaciones sexuales y picor genital. No se presentan bacterias en la orina.
-Prostatitis aguda bacteriana: presenta fiebre elevada, escalofríos y afectación del estado general. En el tacto rectal la próstata está aumentada de tamaño y es dolorosa.
-Prostatitis crónica bacteriana: es recurrente por el mismo microorganismo. No suelen tener episodios previos de prostatitis aguda y el tacto rectal es normal.
-Prostatodinia: causa dolor pélvico crónico. También puede presentar dolor al orinar, necesidad de orinar frecuentemente y en ocasiones de forma urgente, disminución del flujo de la orina, o la salida de sangre junto con el semen.
-Pielonefritis: desarrolla fiebre, dolor lumbar y síntomas de infección urinaria aguda se presenta en 60% de los casos. También puede acompañarse de náuseas, vómitos o diarrea.
Consejos para prevenirlas:
-Mantener una adecuada higiene íntima. Al lavar o limpiar los genitales, es recomendable que se haga de adelante hacia atrás para no arrastrar bacterias desde la zona rectal a la uretra.
-Es importante beber suficiente líquido para favorecer la diuresis y así limitar la proliferación de bacterias.
-Miccionar u orinar con frecuencia para vaciar completamente la vejiga.
-Orinar antes y después del coito.
-Evitar el uso de espermicidas, ya que influyen en la concentración de lactobacilus en la vagina que alteran el pH.
-Tomar productos ricos en vitamina C que mantengan el pH ácido en la orina, así se dificulta que las bacterias se adhieran a las paredes de la vejiga.
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