Nadie estaba preparado para la pandemia, pero llegó y el panorama es que aún se tiene que vivir con ella; además de cuidar de una de sus principales consecuencias: la salud mental. También llamada por la psicóloga clínica, Meury José Rivero, como “la pandemia detrás de esta pandemia”, debido al alto impacto que ha tenido.
Este mes, la científica en jefe de la Organización Mundial de la Salud, Soumya Swaminathan, dijo que “no se va a lograr ningún nivel de inmunidad colectiva en 2021″. La razón que dio fue que la vacunación “toma tiempo”, palabras que significan que este año tendremos que continuar la vida en pandemia.
El psicólogo social Leoncio Barrios explica que hay que estar conscientes de que “es muy probable que 2021 sea más parecido al 2020 de lo que quisiéramos”.
Mientras que Marisabel Parada, fundadora de Psicólogos Sin Fronteras de Venezuela, señala que los venezolanos “deben fortalecerse para poder soportar un año más de mucho autocuidado”. Además, considera necesario «aprender a vivir en pandemia”. Por ello, los tres especialistas explican en HispanoPost cómo se puede cuidar su salud mental ante esta realidad sumada al día a día en Venezuela.
Los principales problemas en la salud mental del venezolano
Parada indica que en 2020 la salud mental tanto en Venezuela, como en el mundo, “se vio muy mal atendida. El teletrabajo y el estudio de los niños en casa han sido una travesía interminable que nos ha afectado de varias maneras”, afirma.
Destaca que en ese primer año de restricciones aumentó la ansiedad, la depresión y síntomas físicos. Entre estos señala los temblores, la falta o aumento del apetito, incluso diarrea y fatiga. También hubo cambios emocionales que afectaron la salud mental como la preocupación excesiva, las obsesiones en el cuidado ante el contagio y hasta el querer tener la enfermedad para asegurar que fue superada.
Además, surgió la “dificultad para tomar decisiones, disminución de la memoria, lentitud de pensamiento y cambios constantes de humor”, dice la psicóloga.
Parada expresa que los principales diagnósticos que hubo entre marzo y septiembre de 2020, basados en resultados obtenidos por Psicólogos sin Fronteras, la Federación de Psicólogos de Venezuela, Cecodap y el Observatorio Venezolano de la Violencia, reflejan trastornos mixtos de ansiedad y depresión, en primer lugar; violencia intrafamiliar y conflictos entre pareja e inclusive de género, en segundo lugar; y trastornos de adaptación a la crisis, en tercer lugar”.
Las poblaciones entre los 12 y 17 años de edad; y entre los 30 y 65 años, “han sido los más vulnerables de una crisis socioeconómica. Esto ha conducido a que muchas personas sientan trastornos afectivos, se consideren aislados y sin apoyo”, afirma.
Para Barrios, “una economía y un ánimo golpeado hacen que la población sea más afectada a la crisis del coronavirus que una nación con buena calidad de vida. Sin embargo, es posible que esas mismas condiciones críticas nos enseñaran a responder a las adversidades”, advierte.
El psicólogo social añade que “a lo mejor, al tocar fondo, en muchos aspectos, aprendimos a generar estrategias de sobrevivencia”.
Manejar las expectativas
Rivero recalca que la pandemia afectó emocionalmente a todos los seres humanos, o por lo menos a la mayoría. Destaca que de ahora en adelante “lo que se debe trabajar internamente son las expectativas”.
“Hay que comprender que vacunar a todas las personas implica tiempo. La situación nos exige ser objetivos y saber que lo que está pasando no afecta a una sola persona, sino al planeta entero”, dice.
Barrios enfatiza que una de las maneras para controlar la angustia que puede generar la pandemia es tener información veraz. “Hay que evitar los rumores y todo lo que genere falsas expectativas”.
El venezolano enfrenta un mayor estrés
En muy poco tiempo todas las personas cambiaron la manera de vivir ante la presencia del virus que produce la COVID-19. Sin embargo, los expertos en psicología afirman que el estrés que esto causó es mayor en los venezolanos.
“El impacto de la salud mental no solo afecta al venezolano que está en Venezuela. También al que está fuera del país y cuya mente permanece en la crisis humanitaria que enfrentan sus familiares”, afirma Rivero.
“Los cinco millones de venezolanos que cruzaron fronteras dejaron personas aquí, muchas de la tercera edad, y no han podido enviar remesas”, señala Parada.
La pandemia ha afectado la economía y los puestos de trabajo, en especial de migrantes, quienes en la mayoría de los casos tenían empleos informales. Y el venezolano que está en su país vive falta de servicios, hiperinflación y encara el no contar con el dinero que le enviaban.
El teletrabajo, lo mejor para algunos y lo peor para otros
Para algunos laborar desde sus hogares ha sido muy positivo, pero para otros un aumento del estrés, ansiedad, problemas físicos y emocionales.
Barrios, indica que “el teletrabajo y la teleenseñanza han generado más estrés en la población en general. Pero aún más en quienes no disponen de espacio, mobiliario confortable, una quietud alrededor, recursos tecnológicos, acceso a servicios básicos como luz, agua e Internet. Y eso hace desesperante las condiciones de trabajo o aprendizaje”.
Rivero explica que con el teletrabajo las personas no sienten que se cumplen los horarios y en consecuencia están las 24 horas del día accesibles.
“He visto un incremento del estrés causado por laborar a distancia. Y no solo en mis pacientes, sino también de personas que mediante las redes sociales me han dicho que se sienten desbordados por la sobredemanda. Tanto del teletrabajo, como de la educación en casa y el tener que llevar la economía del hogar. Todo esto puede terminar en ataques de pánico o ansiedad, o molestias físicas, como dolores de cabeza o estómago, incluso cardíacos”, expresa la psicóloga clínica.
Parada añade que esta modalidad “también ha hecho que los niños se sienten más encarcelados que nunca. Ante eso, ellos viven nerviosismo, aislamiento y hasta depresión”, agrega.
Destinar tiempo para ti, para tu familia y para tus amigos
Aunque hace casi un año para los venezolanos el ritmo de vida cambió, aún la manera de encararlo no ha sido totalmente asumida. El quedarse en casa no significa romper con las relaciones sociales ni familiares, ambas deben ser adaptadas y en especial dedicar tiempo a cada una.
Las recomendaciones de Parada son: hacer ejercicio, mantener horarios para despertarse, comer y acostarse, evitar las discusiones a últimas horas del día. Además de hacer actividades relajantes como escuchar música o meditar, e intentar trazarse metas.
Para Rivero las acciones se centran en mantener espacios de convivencia familiar, acudir a prácticas espirituales o religiosas y dedicar tiempo a actividades físicas. Recalca evitar el distanciamiento emocional y mantener, así sea mediante celulares, los vínculos afectivos; y en el caso de estar sintiendo que estamos teniendo cambios rápidos en nuestras emociones, buscar la ayuda de especialistas. Entre las cuales destaca las líneas de ayuda gratuita de la Federación de Psicólogos de Venezuela.
Barrios enfatiza la importancia de salir a ventilarse, que es por una razón psicológica. Las personas de cualquier edad, pero en especial los adolescentes, niños y niñas necesitan salir de casa. “Si no salen, aumenta la angustia, la ansiedad y más aún si en el hogar hay relaciones tensas entre miembros de la familia”.
A pesar que la pandemia ha impactado la salud mental, Rivero asegura que “hay que ir aceptando que el virus que produce la COVID-19 se quedará entre nosotros como ocurrió en su momento con otros y a la tiempo las personas llevaron su vida con normalidad, pero para llegar a ese punto se requiere la primera vacuna, la que más cuesta: la paciencia”.
Parada destaca que en 2020 “el venezolano demostró mantener un sentido de la vida y tratar de recrear internamente. Eso es fundamental”.
Si necesita hablar con un especialista comuníquese con la Federación de Psicólogos de Venezuela al (0212)416-3116 o con Psicólogos sin Fronteras de Venezuela al (0424)292-5604 y de requerir servicio de psicología infantil contacte a Cecodap al (0212)952-6269.
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