La actividad trasladar pasajeros a través de motos y carros taxis ha caído significativamente. La crisis económica de los últimos años, agravada por la pandemia de la COVID-19, y los problemas de abastecimiento de gasolina son las causas de esta situación, aseguraron fuentes del sector que solicitaron guardar sus nombres en reserva.
Según los consultados, 50% de los trabajadores por cuenta propia que se dedicaban a prestar ese servicio han emigrado a otras actividades.
«Las carreras ya no proporcionan los ingresos suficientes para cubrir los gastos de mantenimiento del vehículo ni la garantía de contar con gasolina, lo cual resta mucha rentabilidad al negocio», contó un taxista.
Desde hace meses, en Caracas prácticamente no se ven los automóviles con el cartel de «Libre» recorriendo las calles y avenidas para recoger pasajeros en la vía debido a que esto implica gastar más gasolina.
«Se pierde un día de trabajo para abastecerse de combustible en las bombas que lo venden a precio subsidiado y llenar el tanque con gasolina dolarizada es una ruina», precisó otro conductor.
Agregó que la frecuencia de las carreras también se ha reducido bastante y los traslados al aeropuerto de Maiquetía -los más lucrativos, ya que cuestan entre 40 y 50 dólares cada carrera- se han especiado porque ya no hay tanta gente viajando. La consecuencia es que los choferes enfrentan muchas horas de inactividad.
Por ello, en las puertas de los edificios y locales comerciales cercanos a las residencias de Candelaria, San José, Chacao, Los Palos Grandes, San Bernardino y las avenidas Panteón y Fuerzas Armadas, entre otras zonas caraqueñas, estos trabajadores por cuenta propia ofrecen directamente el servicio a vecinos y transeúntes.
«La falta de bolívares en efectivo es un obstáculo y la opción del pago móvil o la transferencia no siempre resulta», refirió un taxista.
Reveló que como el trato sobre el costo de la carrera es verbal y se paga al llegar al punto de destino, algunos pasajeros se bajan del carro sin cancelar el monto.
Sobre el pago en dólares, los consultados explicaron que no siempre cuentan con billetes suficientes de la divisa estadounidense para dar el vuelto, sobre todo, si el cliente paga con billetes de 20 o 50 dólares.
«Hace dos años combinaba mi empleo formal con el oficio de taxista que realizaba ruleteando a partir de la hora de salida de la oficina, pero eso quedo atrás con el problema de la gasolina. Además, la gente ya no tiene dinero para agarrar una carrera», sostuvo un conductor.
Los mototaxistas atraviesan las mismas dificultades; sin embargo, han encontrado una alternativa económica rentable a través de las compañías que contratan delivery.
Muchas paradas de mototaxi en las esquinas de Caracas han desaparecido y en las que quedan hay pocas unidades a la espera de clientes.
«Las carreras aumentan cuando el Metro se accidenta o se va la luz», ironizó un motorizado.
La carrera mínima en moto actualmente cuesta dos dólares.
Varios taxistas reconocieron que los grupos vecinales de WhatsApp han sido de mucha ayuda para captar y conservar una buena clientela, especialmente en los traslados al aeropuerto en la madrugada o de emergencia sanitaria a altas horas de la noche.
«La ventaja es la confianza del pasajero que conoce al conductor porque es su vecino; sin embargo, las carreras se deben a situaciones de extrema necesidad», narró un taxista.
Otras opciones de contratar una carrera son las tradicionales líneas comerciales que prestan el servicio mediante llamada telefónica o a través de aquellas empresas que han entrado recientemente al mercado y que se pueden contactar a través de aplicaciones.