La promesa de Hugo Chávez de que con la nacionalización de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) beneficiaría a los trabajadores y la actividad productiva de la empresa se volvió sal y agua, aseguraron fuentes técnicas y sindicales del sector.
Los consultados, que solicitaron guardar sus nombres en reserva, recordaron que las operaciones del complejo Alfredo Maneiro de Sidor -filial de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) estatizada en mayo de 2008- se fueron a pique por la mala gestión de las directivas del chavismo-madurismo y la falta de inversión y mantenimiento a las plantas e instalaciones de la acería localizada en Matanzas, Puerto Ordaz, estado Bolívar.
«Desde la estatización, Sidor -cuya capacidad instalada de manufactura es de 5,2 millones de toneladas/año- ha registrado momentos de producción cero, como el actual, desde hace tres meses», destacó un consultado.
Agregó que esta situación afecta el valor de los títulos de los accionistas clase B de Sidor, pues cuando una empresa registra pérdidas o quiebra ello incide en los dividendos.
Las fuentes aclararon que los accionistas B -conformados por trabajadores activos y jubilados y sobrevivientes de Sidor- no tienen la culpa del mal manejo de la acería durante los últimos 15 años.
Alertaron que, con base en los resultados operativos y financieros de Sidor, el Ejecutivo pretende pagar las acciones a precio «de gallina flaca».
El precio correcto
Con el objetivo de ser escuchados en su demanda de un precio correcto por sus acciones, accionistas B se sumaron a la huelga de hambre de jubilados del holding de la CVG que durante una semana se apostaron en las puertas del edificio sede de la Corporación en Puerto Ordaz.
En la noche del 21 de agosto, fue levantada la acción con la firma de un acuerdo entre las partes.
En el caso de los accionistas B, se instaló una comisión que se está reuniendo con la consultoría jurídica de la CVG.
No obstante, las fuentes revelaron que las negociaciones avanzan lentamente para desespero de los afectados.
Los accionistas B plantean negociar con el precio base de 104,73 dólares por acción conforme a los resultados de Sidor registrados en 2008, cuando Chavez la estatizo.
«En su concepción comunista de acuerdo con el régimen de Cuba, el chavismo se aferró a que los trabajadores solo tienen derecho a un salario fijado por el Estado, lo cual excluye que sean accionistas capitalistas de la empresa», explicó un consultado.
Cuando Sidor fue privatizado y entregado a Ternium de Argentina, se decidió en el acuerdo que 20% de la participación accionaria corresponde a los trabajadores.
El retardo en las respuestas del Ejecutivo en cuanto a pagar dividendos por esa participación accionaria llevó a muchos accionistas B a vender sus títulos a terceros o a tirar la toalla.
Otros trabajadores activos y jubilados y sobrevivientes han optado por mantenerse firmes en la defensa de sus derechos.
Actualmente, este grupo posee 6,88% de participación accionaria con 2.188.175 títulos.
Las fuentes señalaron que en la supuesta negociación del traspaso de Sidor a Jindal Steel & Power de la India, esta transaccional privada sostiene la posición de no heredar pasivos laborales, por lo que el gobierno de Maduro debe asumir esas obligaciones, incluyendo a los accionistas B.