El indefinible barrio de Tepito es el corazón del comercio informal en la Ciudad de México, así como de la mercancía pirata, ya sea ropa, artículos electrónicos de marcas apócrifas o música y películas. En la cale de Jesús Carranza, dónde los puestos de películas se suceden por varias cuadras, hay uno en particular que sorprende por su oferta, ópera, jazz y cine de arte.
«Francisco», declarado admirador de Francois Truffaut, comenzó a vender cine de arte hace varios años, hoy sus competidores han seguido su ejemplo y añadieron la cultura a su catálogo, del mismo modo trajo la ópera de su colección privada al mercado de piratería más importante de la ciudad.
La intención del comerciante es que cada vez más gente se acerca a «la música que te hace pensar», y cuando un cliente no está convencido siempre lo insta a que se lleve la obra: «¿cómo sabes que no te va a gustar si no la has escuchado? a lo mejor no te gusta a ti, pero le gusta a tus hijos…». Al caminar entre los toldos de Tepito basta con preguntar «¿El puesto de la ópera?» para encontrar una de las iniciativas de difusión cultural más originales de la ciudad
