En Venezuela todos los poderes públicos, con excepción de la Asamblea Nacional (AN), se encuentran conectados directamente con el régimen de Nicolás Maduro. Sin embargo, con las cuestionadas elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre, evento electoral donde arraso el oficialismo, en la práctica controla todo el poder público nacional. Ante esta realidad, refundar al país es un imperativo, y hasta cierto punto un desafío político urgente. Pero, es una propuesta condenada al fracaso sino existe una disposición sincera a negociar entre Maduro y la oposición. Este país tiene que salir de este abismo… cada minuto, hora, día, mes, cuenta en las reconfiguraciones y posturas que pueda tomar un pueblo abrumado por una situación política y económica que perturba su paz y equilibrio emocional. Solo un gran compromiso ciudadano que impulse una verdadera la voluntad política, permitirá que cerremos los ciclos aberrantes del pasado y presente y podamos comenzar a construir un nuevo camino democrático y de justicia social.

En este momento vivimos una complejidad dentro de un Estado fallido, sin derecho. Solo se impone el poder desde Miraflores, que representa el atropello y voluntad del más fuerte. En este proyecto político Chavista / Madurista el derecho fue instrumentalizado de manera estratégica como medio para la dominación política. Únicamente, un cambio de régimen político permitirá la reinstitucionalización del Estado de derecho, el regreso de la esencia de la democracia y la justicia en materia de los derechos humanos. Todos estos procesos deben transitar por una transición política, con elecciones libres, cristalinas, competitivas, justas y auditables por las partes involucradas. Esta es la verdadera sustancia ineludible para refundar el país. Basta de las ideas de una constituyente …por ahora.

No obstante, la lucha interna que existe en la oposición nacional, donde muchos dirigentes califican de “traidor” al ciudadano que decida participar en elecciones, parece una narrativa contradictoria la única forma de dirimir la coyuntura actual que enfrenta el país es a través del voto.  Después de vivir algunos fracasados intentos para lograr el cambio político en Venezuela, la solución del país debe moverse por la vía democrática, constitucional y electoral.

La naturaleza de la crisis política, económica y social convoca cualquier escenario electoral, no se puede descartar con garantía del voto y elecciones competitivas: comicios generales. En el país se observa el agotamiento de su clase política / dirigentes. El ciudadano en un 70,2 se identifica más con un escenario de cambio del gobierno, por la vía democrática y constitucional, es una vertiente para encauzar la solución a la problemática política inmediatas.

En síntesis, construyendo una caracterización a la crisis venezolana, la gobernabilidad democrática, se revela que tiene muchos entramados y potenciados por la ausencia de decisiones de las instituciones para solucionar los conflictos visualizados y que ponen en evidencia las tensiones existentes entre los requisitos de la democracia y los de la gobernabilidad.

 La grave el futuro Venezuela está en nivel abstracto. Ahora, estamos frente a la obligación de refundar el país, y reconstruir la democracia, lo cual nos obliga a enfrentar la verdad, admitir que no hemos equivocado. Pero, también nos han engañado de lado y lado. Maduro no se le puede dejar que continúe aprovechándose de la ignorancia política que tienen muchos venezolanos para eternizar el totalitarismo “constitucional”. En su estrategia Nicolas Maduro opta por seguir siendo interpelado negativamente por la mayoría del pueblo, pareciera algo irrelevante, no se perturba, mantiene la anti postura de todo líder antidemocrático en vez de hacer una lógica comprensiva sobre la naturaleza de la magnitud de la crisis convoca la urgencia de elecciones, como alternativa inmediata para refundar el país.

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