El escenario político en Venezuela vive un momento de efervescencia que no se veía desde hace algunos años. El oficialismo impulsa las elecciones parlamentarias con gran ahínco y ha decidido ceder en algunas de sus posiciones, al ofrecer la posibilidad de que exista observación internacional en los comicios del 6 de diciembre.
Por su parte, la oposición se debate entre el abstencionismo promovido por el gobierno interino de Juan Guaidó y la propuesta de Henrique Capriles Radonski de que miembros de la sociedad civil aprovechen la oportunidad electoral y presenten sus candidaturas para no dejar perder la Asamblea Nacional.
Ante este panorama, el politólogo y profesor universitario, Daniel Varnagy, aseguró que el gobierno de Nicolás Maduro ya no considera relevante el liderazgo de Guaidó entre quienes lo adversan y muchos menos el gobierno interino.
Juan Guaidó salta a la palestra pública hace dos años, cuando se supo que iba a ser el nuevo presidente de la Asamblea Nacional. El 23 de enero de 2019 logró aglutinar un importante apoyo a su persona y a su propuesta, ya que estaba concebida en el ámbito disruptivo, es decir, el cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres. Buscaban crear una disrupción dentro del sistema político venezolano y así sacar del poder a Nicolás Maduro, indicó
Sin embargo, de acuerdo con Varnagy, el 30 de abril del año pasado la gente se dio cuenta y entendió que Juan Guaidó había abandonado y no iba a insistir en un camino disruptivo, sino más bien cambiaba de estrategia hacia un esquema de negociación. Esto lo hacer perder un gran capital social, la confianza de una gran cantidad de personas que lo acompañaba, pero también generó que la comunidad internacional que lo apoyaba y que digamos diplomáticamente lo sigue apoyando, desde el punto de vista factico y realista, disminuyera el apoyo real hacía él, explicó.
Afirmó que como analista político no puede poner en duda las buenas intenciones originales que haya podido tener Guaidó al principio de su mandato como presidente de la Asamblea Nacional. Pero los distintos cambios de estrategia que ha tenido el gobierno interino en los últimos meses y la asociación con aliados que no quisieron rendir una serie de cuentas y que no han tenido una gestión transparente, hacen que crezca la desconfianza en su persona y en sus propuestas.
Por ejemplo, quedan muchas dudas en el tintero con el tema de la ayuda humanitaria, y otros aspectos que son públicos hicieron que su autoritas, y no su autoridad, es decir, su capacidad, su reputación, su verdadera investidura, quedaran en entredicho hasta la fecha. Ya queda un poco menos de 120 días en los cuales formalmente seguirá siendo presidente de la Asamblea Nacional y donde yo auguro poca capacidad para lograr grandes cambios en el escenario político venezolano, advirtió.
Indicó que el desplome de Guaidó en los últimos meses es lamentable, porque él sigue representando la esperanza de un grupo importante de la sociedad civil venezolana; sin embargo, los factores que mencionamos anteriormente no permiten que se frene el descontento hacia su persona y, sobre todo, hacia su propuesta después del 6 de enero, la cual todavía no conocemos porque no se ha presentado.
En cuanto a la propuesta realizada por Henrique Capriles Radonski, el politólogo señaló que el excandidato presidencial parece proponer otra vía, la cual se diferencia con respecto a la propuesta de abstención aprobada por un número importante de partidos políticos de oposición.
Henrique Capriles está regresando al juego político de dos manos y no de una sola. Él no solamente está regresando de la mano de un grupo importante de otros líderes de la oposición y de una parte de la sociedad civil que ha tenido fe en él, sino que también regresa agarrando la otra mano que es la del chavismo, donde él se ha mostrado siempre muy proclive a esa estrategia de cohabitación y negociación. Eso, en sí mismo, no es ni bueno ni malo, esa es su estrategia y cada quien hace un juicio de valor sobre lo piensa de eso. Pero, sin duda alguna, el ocaso del liderazgo de Guaidó hace necesario el surgimiento de otros líderes, explicó
Varnagy señaló que las negociaciones de Capriles no necesariamente reflejarán una mejoría en la calidad de vida del venezolano, y afirmó que la liberación de algunos presos políticos es solamente la punta del iceberg y que se debe esperar y estar muy atentos a lo que pasará en los próximos meses en el ámbito político venezolano.
La unidad es fundamental para cualquier vía
Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, aseguró que debido a lo que atraviesa la oposición venezolana en la actualidad, el gran ganador no es Guaidó ni Capriles, sino Nicolás Maduro.
La evaluación en este momento es que el gran ganador de este conflicto es el gobierno de Nicolás Maduro. El gobierno buscaba dividir a la oposición y lo está logrando. Hoy en día tenemos una oposición más dividida que nunca, justamente porque el gobierno ha utilizado un mecanismo que no es inédito, que no es nuevo, que no es original, que lo utilizan, en principio, todas las autocracias electorales, que es lo que se llama el clientelismo competitivo electoral. Ellos han colocado en frente de la oposición la piñata de las elecciones parlamentarias e inclusive, para hacer la piñata más provocadora, aumenta el número de diputados a elegir y ahora no hay un consenso y mucho menos una estrategia para confrontar estas elecciones. Sin duda alguna, el chavismo se prepara para ser el gran ganador de esta contienda, precisó.
Dijo que las condiciones en las que está la oposición de cara a las parlamentarias no tienen nada que ver con una transición electoral, ni de otro tipo en el país.
Sugirió tomar los ejemplos de países como Bolivia, Serbia, Georgia, entre otros, donde hay transiciones electorales que no tienen completas garantías. Sin embargo, están preparados para un fraude o, de lo contrario, negociar para que el gobierno cumpla con elecciones limpias y democráticas.
Rechazó la creencia de que la negociación sea una debilidad del gobierno de Maduro. Acá confundimos la negociación con debilidad y creemos que cuando el gobierno lo hace es porque está débil. No lo ha hecho porque ellos están débiles, sino para debilitar a la oposición.
Destacó que la negociación es una herramienta importantísima en cualquier transición, pero remarcó que hay que tener claros los objetivos que se tienen para esa negociación.
Hay que pensar qué se quiere conseguir a través de ella. No se puede pensar que cuando el gobierno se sienta es porque está debilitado, porque está en su peor momento. Eso no es verdad, apuntó.
Afirmó que el gobierno está negociando condiciones electorales no porque tenga miedo de perder la elección, no porque está en su peor momento, sino porque a falta de un gobierno y una presidencia que no goza de reconocimiento internacional, quiere una Asamblea que sea reconocida para poder hacer cosas apoyado en ella.
Alarcón insistió en que, de no lograrse una verdadera unidad de la oposición, ni el gobierno interino, ni la propuesta de Capriles Radonski, podrá lograr sacar al gobierno de Maduro del poder.
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