En pleno desierto de Tabernas en Almería se levanta una auténtica ciudad de película. Un poblado del Oeste que entre los años 60 y 70 pisaban casi a a diario actores como Clint Eastwood o Lee van Cleef. Aquí se rodaron centenares de westerns, algunos tan importantes como «El bueno, el feo y el malo» o «La muerte tenía un precio» de Sergio Leone.
Pero el género fue cayendo en el olvido y sin películas. Lejos de desaparecer como ocurrió en otros estudios, los de Almería resurgieron con ayuda del turismo. Los decorados atraían a amantes del western y también a curiosos que paseando por estas calles rememoraban una época lejana. Los especialistas que ya no trabajaban en películas empezaban a realizar espectáculos para los turistas y así, el conocido como «Minihollywood» se resistió a morir.
Hoy estos decorados vuelven a acoger rodajes de películas como «800 balas» o series como «Doctor Who» y sigue siendo uno de los rincones preferidos por quienes visitan Almería.
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