La empresa Agropecuaria Superplantulas, líder en producción de plántulas, realiza los primeros ensayos en Venezuela para controlar la enfermedad Huanglongbing, conocida como HLB o dragón amarillo, que ha afectado considerablemente la producción de críticos en el país, como el limón, la naranja o la mandaría.
El ingeniero agrónomo Aurelio Sánchez, gerente de investigación y desarrollo de la Agropecuaria Superplantulas, detalló que en estos momentos se están realizando planes pilotos en el eje crítico nacional: Bejuma y Nirgua, ubicado entre los estados Yaracuy y Carabobo.
Este proyecto se lleva a cabo «con la idea de ver el comportamiento de varios patrones injertados con naranja Valencia. Son unidades pilotos de una hectárea en tres zonas. Hablamos de 560 plantas aproximadamente por unidad», sostuvo Sánchez.
El también director de la distribuidora Magna, empresa dedicada a la producción y distribución de insumos agrícolas, dejó claro que este proyecto «lo estamos haciendo a pulmón propio con nuestra propia inversión, con el apoyo de las instalaciones del Estado y entes fiscalizadores del proceso».
Superplantulas es la primera empresa en Venezuela que obtuvo el certificado de planta sana hasta el momento, después de varios años de investigación y trabajo.
«Nuestra empresa tiene ya más de 8 años trabajando en este proyecto o programa de producción. Nuestra meta es producir plantas sanas. Es por ellos que solicitamos a los entes del Estado u organizaciones sanitarias los certificados y evaluaciones de nuestros materiales; pruebas que nos garantizan la sanidad y calidad de nuestras plantas», aseveró el especialista en biotecnología y nuevas tecnologías agrícolas.
Asimismo, explicó que las plantas producidas por la Agropecuaria Superplantulas se hacen bajo los programas de certificación internacionales de las universidades de Florida y California.
«De estos centros hemos obtenido los materiales o patrones que tienen tolerancia a HLB, y demás virus: tristeza, exocirtis, cachexias, xanthomonas, candidatus, xylella. Estos patrones son de porte bajo, lo que permite sembrar más plantas por hectárea. Esto mejoraría los rendimientos y calidad por hectárea y hacer que las plantas puedan sobrevivir o soportar la presión de la bacteria candidatus liberibacter», agregó Sánchez.
Aclaró que, hasta los momentos, no es posible controlar en su totalidad la enfermedad producida por la bacteria del dragón amarillo en Venezuela.
Sin embargo, «sí es posible hoy día convivir con el problema. Sólo nos queda hacer los cambios necesarios para lograr las mejoras y adaptarnos a las nuevas tecnologías para poder producir con calidad y productividad», comentó.
Los retos que quedan para combatir el dragón amarillo
El ingeniero agrónomo precisó que son muchos los retos que aún quedan para combatir la bacteria HLB o dragón amarillo en las tierras venezolanas, principalmente en las que se producen los frutos críticos en el país.
«Los retos son muchos: cambiar el modelo de producción, crear una nueva forma para lograr implementar las nuevas tecnologías. Hay mucho que aprender para lograr una citricultura venezolana competitiva. Esperamos que dentro de tres años podamos tener suficiente información de los cambios que debemos realizar para ser competitivo», sostuvo Sánchez.
Señaló que lo importante es que «el primer pasó ya lo dimos para tener plantas sanas y certificadas. Lo demás está por verse. Somos muy optimistas y creemos que vamos a lograr grandes cambios».
Puntualizó que para producir plantas con genética que garanticen el efecto de combatir el dragón amarillo «es algo que se está desarrollando y haciendo en varios países».
De hecho, según el gerente de Agropecuaria Superplantulas, Estados Unidos es uno de los países que más ha invertido y está desarrollando un programa de investigación de híbridos, que «se estima que para los próximos años vamos a ver los resultados de plantas con alta capacidad de tolerancia o resistencia al HLB. Para el 2025 tendremos algunos ejemplos de ellos».