A través de una exhortación pastoral con motivo de la CXX Asamblea Plenaria Ordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana, los altos prelados expresaron su preocupación sobre la pobreza generalizada y la crisis política y social que actualmente atraviesa nuestro país.
El encargado de leer el documento fue el actual presidente del organismo religioso, monseñor Jesús González de Zarate, quien explicó que luego de varios días de reflexión, la iglesia católica hace un llamado para trabajar por el bien de la nación.
“Nos preocupa la pobreza generalizada; las fracturas de las familias producto de la migración forzada de millones de venezolanos; el creciente número de niños, adolescentes y adultos mayores desnutridos, con sus irreversibles secuelas para su vida; la inequidad social y económica; el deterioro de los servicios públicos y de salud; el desmantelamiento de las industrias básicas; la falta de seguridad jurídica, la corrupción administrativa e impunidad generalizada; las limitaciones para la movilización por la falta de combustible y de transporte, el deterioro ecológico de extensas áreas, que afecta principalmente a los pueblos indígenas; el control que en algunas zonas ejercen diversos grupos irregulares armados. Así mismo, la violación de los derechos humanos y políticos que lleva consigo persecución, inhabilitación, represión, torturas y supresión de las libertades”, indicó.
Advierte que desde el encuentro cotidiano con la gente, constatan con preocupación, la sordera y desatención de muchos sectores, especialmente de quienes tienen la responsabilidad de dirigir los destinos económicos, políticos y sociales del país para resolver los múltiples problemas que padecemos, impidiéndonos vivir con dignidad y para una mayoría en condiciones inhumanas.
“Existen muchos análisis sobre la realidad nacional, pero si queremos avanzar en la solución de los problemas, debemos ir a sus causas. En Venezuela estamos viviendo desde hace muchos años una “crisis de responsabilidad”, que se manifiesta tanto en lo personal como en lo institucional: ante las dificultades y carencias que padecemos, pareciera que nadie es responsable y todo se atribuye a causas ajenas o a terceras personas o naciones”, expresó monseñor.
Igualmente la CEV lamenta la gravísima crisis educativa que se manifiesta, entre otras cosas, en la deserción escolar y docente, los bajos salarios de los maestros y profesores, el deterioro de las infraestructuras escolares. “Todo esto viola el derecho universal a la educación que consagra nuestra Constitución”.
“Venezuela luce hoy el rostro de un país fracturado, a pesar de la gran capacidad de superación que ha mostrado nuestro pueblo, por la que muchos conciudadanos en toda la geografía nacional han buscado y siguen buscando caminos para resolver pequeños y grandes problemas en sus familias y comunidades”, expresó.
Ante esta realidad, los obispos y arzobispos del país consideran que un futuro mejor para nuestro país pasa, en primer lugar, por el reencuentro de todos los venezolanos. Esto requiere apertura, valentía, disponibilidad de todos.
“Todos somos necesarios. La transformación de un país no es tarea exclusiva de un líder mesiánico, ni de un grupo de especialistas, ni de un partido o parcialidad política, por muy capaz y carismático que sea. Por eso, ningún sector de la sociedad puede pretender excluir a otros en la reconstrucción del país”, sentenció González de Zarate en nombre de la CEV.
Añaden que debemos escucharnos unos a otros. “Los grandes problemas que nos aquejan solo encontrarán adecuada respuesta si somos capaces de reconocernos, con espíritu abierto y sincero, sin prejuicios, en clima fraterno y solidario, favoreciendo la dignidad de las personas por encima de los intereses particulares e ideologías. Esto se realiza no sólo con los oídos sino también con el corazón. Sin estas actitudes, las soluciones que puedan ofrecerse a los problemas antes mencionados serán artificiales, prefabricadas y sin incidencia real en la vida concreta de las personas y comunidades”.
La jerarquía de la iglesia católica venezolana aprovechó la oportunidad para exhortar a todos los actores educativos (familia, escuela, comunidad, iglesias, Estado) a prestar una especial atención a los desafíos que hoy se presentan en este campo, asumiendo el Pacto Educativo Global propuesto por el Papa Francisco. “Aplaudimos el esfuerzo de los miles de maestros que, con competencia y sacrificio, se dedican a construir el futuro de nuestra patria a través de la educación”.
Además Instaron a las organizaciones de la sociedad civil a asumir mayor protagonismo en la reconstrucción institucional plural del país, así como a las universidades, los empresarios y en general todos los gremios.
Nuevas autoridades electorales
Los obispos pidieron con urgencia la pronta conformación del Consejo Nacional Electoral (CNE) conforme al ordenamiento constitucional.
“Para que los resultados de las elecciones del año 2024 sean reconocidos nacional e internacionalmente, son necesarios la apertura y actualización del Registro Electoral Permanente (REP), el reconocimiento de la legítima dirigencia de los partidos políticos, la habilitación de todos los aspirantes, la garantía del voto de los venezolanos en el exterior y la observación internacional imparcial. Hacemos un llamado a la población a participar responsable y conscientemente en los próximos eventos electorales”, expresó la exhortación pastoral.
Reclamaron, en función de un proyecto común de país, el total ejercicio de las libertades personales y sociales, “en particular la libertad de expresión y la liberación de los presos políticos”.
“Como Iglesia Católica, hemos tratado de dar nuestro aporte a la construcción del bien común, con la acción evangelizadora, educativa y caritativa que se desarrollan a través de nuestras diócesis, parroquias, instituciones y movimientos apostólicos. Como Conferencia Episcopal, queremos seguir acompañando a nuestro pueblo con el Plan Trienal “Vayan y anuncien la paz”. Allí se explicitan nuestros principales compromisos y proyectos”.