Somos adictos al control y además estamos convencidos de que todo lo podemos resolver. No es verdad. Hay un gran porcentaje de situaciones de la vida que se escapan de nuestras manos y que además son tan turbias que cuesta trabajo entenderlas en su totalidad.
Misterios sin resolver se enfoca en esa idea. Cuenta historias reales (o al menos eso es lo que te dicen) que se escaparon del control de sus protagonistas. Circunstancias sin explicación. Sucesos que simplemente ocurrieron y de los que no se sabe exactamente las causas que los motivaron. Son historias reales incompletas.
La serie documental de Netflix cuenta en seis capítulos historias dramáticas, extrañas y tristes, pero sobre todo desconcertantes porque no hay una conclusión que consuele a los familiares de los protagonistas. La duda, no saber que pasó, puede ser, a veces, más insoportable que la tragedia en sí.
Esto se muestra en cada capítulo donde se narran situaciones trágicas sin apenas hacer énfasis en ningún aspecto que pueda generar el morbo de la audiencia. Se cuenta lo ocurrido sin amarillismo.
Al estilo de los documentales de Investigación Discovery, Misterios sin resolver, presenta las pistas y los hechos, además de los testimonios de los involucrados desde una perspectiva objetiva.
Uno de los aspectos que más genera impacto de Misterios sin resolver es la posibilidad que brinda de oír a casi todos los implicados. Consigue las distintas voces de una historia aunque se contradigan entre sí.
Misterio en el tejado, Sin viaje de vuelta a casa, El OVNI de Berkshire, 13 minutes, Casa de terror, Testigo desaparecido son los títulos de los capítulos que cuentan situaciones peculiares que han dejado gran cantidad de cabos sueltos y dudas con el paso de los años.
Los detalles de las investigaciones, los retazos de verdad que pueden obtener los interesados nos permiten asistir a hechos que como espectadores vamos a querer resolver. Frecuentemente te vas a plantear diversas teorías sobre lo que ocurrió. El documental nos hace querer entender y darle un cierre a cada una de las historias que lamentablemente no la tienen.
Esta serie documental muestra el modo en que las autoridades en países como Estados Unidos le hacen seguimiento durante años a sus casos. Aunque muchas veces no se llegue a ninguna conclusión el interés por investigar no se diluye con el paso del tiempo. En América Latina esto es casi impensable. Crímenes, estafas y otros son cometidos sin que generen consecuencias negativas para quienes las llevaron a cabo. Tampoco se realiza una investigación sobre lo que sucedió, al menos en la mayoría de los casos.
Particularmente, esta me pareció una razón más para ver la serie, es un gusto tener noticia de un sistema al que le interesa llegar a la verdad para conseguir justicia o que al menos lo intenta.
Luisa Ugueto Liendo
@luisauguetol