Con fuertes medidas de seguridad que incluyen más de medio millar de agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos, agentes del FBI y de la Policía local se realizará la 55 edición del Super Bowl de la NFL el domingo en Tampa, costa oeste de Florida.
La información fue confirmada por Michael McPherson, jefe del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Tampa, quien indicó que aunque hasta ahora no se han recibido amenazas por parte de extremistas locales o grupos terroristas “nuestra prioridad es la seguridad” de los asistentes al gran evento.
Con un evento de tal magnitud en medio de la pandemia del coronavirus, se requiere de muchas medidas tanto de seguridad como de distanciamiento, por lo que no extraña que se despliegue todo un gran equipo.
En este sentido, se espera la asistencia de 25.000 aficionados quienes recibirán un paquete de protección contra la COVID-19.
Todo un despliegue de seguridad
Más de 70 agencias se encuentran desde hace días en el Raymond James Stadium de Tampa realizando tareas de seguridad con calles transformadas por los numerosos conos de señalización, vallas de obras y señales.
Incluso efectivos de la Policía patrullarán las calles a caballo, y quien no tenga entrada para asistir al partido no podrá acercarse al estadio.