José Raúl Mulino, el presidente electo de Panamá, prometió deportar a los migrantes que ingresen al país a través de la selva del Darién. “Para terminar la Odisea del Darién, que no tiene razón de ser (…), iniciaremos con ayuda internacional un proceso de repatriación con todo apego a los derechos humanos de todas las personas que están allí», dijo.
Más de 520.000 personas, en su mayoría venezolanos, cruzaron en 2023 la inhóspita selva del Darién de 266 km de longitud y 575.000 hectáreas de superficie, lo que ha obligado al gobierno panameño a destinar recursos para asistirlos. En el primer trimestre del año hicieron la travesía más de 110.000 personas, según cifras oficiales.
El 16 de abril, durante su campaña, había anunciado su intención de “cerrar” el Darién, la frontera selvática que se ha convertido en los últimos años en un corredor para los migrantes que desde Sudamérica tratan de llegar a Estados Unidos.
“Para que sepan los de allá [en naciones de Sudamérica] y los que quisieran venir, que aquí el que llega se va a devolver a su país de origen… Nuestro Darién no es una ruta de tránsito, no señor, esa es nuestra frontera”, apuntó Mulino durante un discurso en el acto en que la Junta Nacional de Escrutinio lo proclamó formalmente como próximo presidente para el periodo 2024-2029, el pasado 9 de mayo.
Con información de RFI/AFP