La actriz Daniela Alvarado nos cuenta cómo la autocensura ha destruido la televisión

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    La actriz venezolana Daniela Alvarado ha pasado a convertirse en referencia en su país luego que la directiva de la Asamblea Nacional –el Poder Legislativo en esa nación- la invitara como oradora de orden para el acto que realizó con motivo del Día de la Juventud, celebrado el pasado 12 de febrero.

    Sin ocultar su postura contra el chavismo, el discurso de Alvarado fue un llamado a conciliar posiciones sin eludir críticas duras tanto a la oposición venezolano como a  lo que ha sido la revolución bolivariana liderada por Hugo Chávez desde 1999 y por el presidente Nicolás Maduro desde finales de 2012.

    Desde niña piso un canal de televisión y corrió por las escenografías de telenovelas porque sus padres tienen una trayectoria destacada en series dramáticas: su madre es la actriz Carmen Julia Álvarez, quien a principios de los años 70 fue protagonista de la telenovela “Simplemente María”, y su padre el actor y cantante Daniel Alvarado, famoso como protagonista de “La Dueña” y por ser el que popularizó una de las canciones emblemáticas del folclor venezolano: “El Negrito Fullero”, propia del ritmo de gaita que se escucha en la época de Navidad.

    Daniela protagonizó la telenovela “Mariú” en 2000, producida y transmitida por Radio Caracas Televisión, pero fue “Juana La Virgen” en 2002 –también de RCTV- la que la permitió pasar a ser una de las actrices más queridas. A partir de entonces ha encabezado el elenco de dramáticos como “Se solicita príncipe azul”, “Voltea pa’ que te enamores”, “Un esposo para Estela”, “Mi ex me tiene ganas”, y “A puro corazón”, entre otras.  

    Ha participado en varias películas venezolanas, entre las que se encuentran “Azul y no tan Rosa” de Miguel Ferrari, ganadora del Goya como Mejor Película Iberoamericana en 2014; “Taita Boves” de Luis Alberto Lamata; y “Esclavo de Dios” de Joel Novoa.

    La propia crisis de la televisión venezolana ocasionado por el cierre de RCTV y una ley de contenidos que impone una especie de censura a la telenovela, la obligó a reinventarse optando por el teatro, que se ha convertido en su pasión no sólo por la actuación sino porque ha emprendido la dirección  de pequeñas obras durante las temporadas de microteatros que en los tres últimos años se vienen realizando en Caracas.

    Se confiesa una adicta a las teleseries, admira el trabajo que realiza la actriz de estadounidense de origen hispano Gina Rodríguez en “Jane The Virgin, que es el mismo papel que tuvo que hacer 14 años para la telenovela que la lanzó al estrellato.