La fiesta en la cima del Kusari: ¿una prueba más del ecocidio que vive el sur de Venezuela?

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Unas imágenes de Osmel Sousa, conocido como el ‘Zar de la belleza’, elegantemente vestido con un Dolce Gabbana verde sobre la cúspide del Kusari, uno de tepuyes que imponen su grandeza dentro del Parque Nacional Canaima, dieron la vuelta al mundo y no precisamente por lo costoso de su traje, sino por el ecocidio, como ha sido calificado por varias ONG, cometido.

Sousa y otro puñado de personalidades celebraban el 50 cumpleaños del empresario Rafael Oliveros, presidente del Grupo La Marea y operador turístico de Canaima, conocido después de esto, como uno de los beneficiarios de la administración de Nicolás Maduro.

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Cristina Vollmer de Burelli, fundadora de SOSOrinoco, aseguró  esta no es la primera vez que ocurre una festividad en la cima de un tepuy, por lo que la organización se tomó la licencia de emitir un pronunciamiento para alertar a la sociedad: “Un Parque Nacional es un espacio natural superlativo, excepcional, que pertenece a todos los venezolanos, que por su inmenso valor no sólo ecológico sino simbólico, debe ser tratado como un TEMPLO SAGRADO de la naturaleza, y por tanto con veneración y respeto. Los tepuyes son sagrados y muy respetados por el Pueblo Pemón, habitantes ancestrales”.

Se puede leer en el inicio del pronunciamiento que puede ser revisado en el siguiente enlace de la organización:

https://sosorinoco.org/es/hechos/degradacion-de-ecosistemas/sosorinoco-se-pronuncia-en-contra-de-fiestas-en-la-cima-de-tepuyes/

Asimismo, Vollmer de Burelli destacó la necesidad de que la sociedad venezolana esté al tanto de lo que ocurre en este tipo de territorios. “Lo que nos resulta interesante es que una fiesta de mal gusto haya logrado la atención de los venezolanos y que por fin haya movilizado a la sociedad civil a fijarse y repudiar los abusos al ambiente tan delicado y biodiverso que los que hacen únicos, como la Guayana y Amazonia venezolana. Pero por qué no han sentido la misma indignación por el ecocidio por minería ilegal que está ocurriendo al lado de estos tepuyes y en la cima de un tepuy, como Yapacana en Amazonas”.

Invitó a la sociedad a asumir con la misma firmeza otras denuncias: “Por qué no se han viralizado los videos, fotos y mapas de las 90.000 hectáreas de minas ilegales al sur del Orinoco. Minería ilegal que ha sido impulsada por la política de Estado minera, llamada Arco Minero, del régimen de Nicolás Maduro. Son muchas las implicaciones ambientales y sociales de todos los abusos que el régimen, Inparques, Minec y el Ministerio de Turismo y sus empresarios asociados están permitiendo con un turismo no sostenible e ilegal en una región considerada única en el planeta por la antigüedad del Escudo Guayanés y por su biodiversidad”.

Explicó que Canaima se ubica entre los 10 lugares más biodiversos del planeta, además de ser un Patrimonio Mundial, reconocido por la Unesco, donde también se ha registrado minería ilegal de oro. “Es una creación de la naturaleza que se considera de las más extraordinarias y valiosas de todo el planeta y, por tanto, el país que lo posee le debe garantizar a la humanidad que esa condición de grandiosidad se mantendrá inalterada para siempre”.

Sobre las actividades permitidas

Luego que la noticia se convirtiera en un escándalo que incluso despertó el interés de la Fiscalía General de la República de Maduro, el mismo Osmel, entre las muchas otras personalidades señaladas, se defendió acusando a quienes los criticaban de “envidiosos” y de haber “rayado” su traje de alta costura, el cual no podrá usar de nuevo en público. A su juicio, muchas personas hacen vida deportiva y turística en los tepuyes y su único error fue hacer turismo en traje de gala.

Por su parte, la fundadora de SOSOrinoco dijo que el Canaima se encuentra regido por el Reglamento Parcial de la Ley Orgánica para la Ordenación del Territorio sobre Administración y Manejo de Parques Nacionales y Monumentos Naturales, Decreto N° 276, publicado en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 4.016 extraordinario de fecha 09/06/89.

Y es por ello que las actividades permitidas en este territorio patrimonial “están totalmente reglamentados desde hace décadas e Inparques lo debería de exigir. Por ejemplo, el artículo 19 de las ‘Actividades Prohibidas’ dentro de los parques nacionales señala que por ser totalmente incompatibles con los fines de su creación, se consideran, entre otras, las aglomeraciones de personas y cualquier actividad en densidades de más de una persona por cada 30metros cuadrados, así como el aterrizaje de aeronaves civiles en áreas no autorizadas para ello”.

Aagregó que en el artículo 20 de las ‘Actividades Restringidas’ se señala que “aquellas que pueden ser autorizadas siempre que no deterioren el paisaje o los recursos naturales y que deban estar sujetas a las limitaciones y condiciones que para cada caso concreto imponga Inparques, a fin de garantizar que no ocurra tal deterioro. Incluso, tal autorización podría estar condicionada a la realización de un estudio previo de impacto ambiental. En este artículo expresamente se consideran ‘restringidos’ las siguientes actividades, entre otras: el uso de vehículos aéreos; el campamento con pernocta (siempre que sea en forma individual o en bajas densidades de personas) cuando ello se realice fuera de los sitios acondicionados para tal fin”.

El artículo 20, mencionado anteriormente, también prohíbe “la producción de sonidos o ruidos por parte de los visitantes (especialmente fuera de sitios expresamente zonificados como Zona de Recreación o Zona de Servicio) y que no podrá exceder los 57 decibeles (dBA) a 2 metros de distancia de la fuente sonora (salvo de 9:30 pm hasta las 5 am, lapso durante el cual estarán totalmente prohibidos el uso de cualquier fuente que genere tales ruidos o sonidos y deberá hablarse solamente en voz baja); actividades recreativas (siempre y cuando no se exceda, en un mismo momento y lugar, de la relación de una persona por cada 30 metros cuadrados); el expendio, tenencia y consumo de bebidas alcohólicas; el vuelo de aeronaves a una altura inferior a los 1.000 pies (305 metros)”.

Los anteriores artículos evidencian que, la fiesta de cumpleaños realizada en el Kusari iba en contra de todo lo estipulado en el reglamento. Por esto, ante la excusa de Osmel la especialista dijo: “Cuando Osmel se defiende con estos argumentos, creo que no entendió todos los reglamentos que se violaron en esa fiesta: múltiples aterrizajes de helicópteros en un mismo lugar y muy seguido, aglomeración de personas, limpieza de un espacio en la cima de un tepuy para los efectos de la fiesta. No es la ropa, es la violación de reglamentos que están muy claramente estipulados. Además, esta no fue la única fiesta que ha ocurrido en este tepuy. Estos reglamentos se vienen violando desde hace un tiempo y sabemos que se estaban planificando otras fiestas, incluso una boda, en el Auyantepuy”.

Sobre los temporadistas y visitantes

Una vez más haciendo alusión a la defensa de Osmel, la fundadora de SOSOrinoco indicó: “Desde un punto de vista moral, es muy distinto subir a un tepuy con todos los debidos permisos y en plan de excursionista que hacer una fiesta que es una falta de respeto al pueblo Pemón que considera sagrados estos tepuyes. Como dijo la capitana Lisa Henrito, es como que si un grupo pemón fuera a hacer una fiesta en el Cuartel de la Montaña, donde está enterrado Hugo Chávez o como que un grupo de personas organizara una fiesta en una iglesia gótica. Esta dimensión, por lo visto, es lo que Osmel no entiende”.

Insistió que la fiesta en el Kusari no es el único problema por el que traviesa Canaima. “Lo más importante es que esta fiesta, que palidece en gravedad comparado a las 1.500 hectáreas de minería ilegal en el Parque Nacional Canaima, como que hizo despertar del letargo a muchos venezolanos. Cada uno de nosotros es responsable de velar por el comportamiento responsable y la protección de nuestro medioambiente. Ojalá haya esta misma reacción en contra de las construcciones ilegales en Los Roques, los derramos petroleros en la costa del Caribe y la minería ilegal en todo el sur venezolano”.

Insistió en que los responsables de la minería ilegal deben recibir un castigo: “Si el Ministerio Publico va a averiguar sobre los daños ecológicos y castigar a los responsables de la fiesta, deberían de investigar con igual diligencia los estragos de la minería ilegal, algunos a escasos kilómetros del tepuy Kusari y Auyan (Salto Ángel) y no solo castigar a los responsables, sino detener toda la minería ilegal que está ocurriendo en áreas protegidas al sur de Venezuela”.

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Keissy Bracho
Keissy Bracho
Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo Audiovisual Especializada en Comunicación Política, Opinión Pública, Marketing Político, Gestión de Políticas Públicas. Aprendiendo de Género

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