Veinte años. Ese es el tiempo que tiene la vigencia del acuerdo de cooperación que suscribieron los gobiernos de Venezuela e Irán a propósito de la visita que hizo Nicolás Maduro a Teherán a principios de junio. Por si fuera poco, en múltiples sectores que, por supuesto, incluye al petrolero, señala el semanario Exclusivas Económicas.
La razón de tanto tiempo? Sencillamente el escenario de que las sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos contra Petróleos de Venezuela (Pdvsa) no se flexibilizarán o levantarán en el corto plazo, advierte la publicación.
Las gestiones que se han hecho prácticamente han fracasado y nada mejor para los planificadores de políticas públicas de Maduro -que rinden cuenta a la vicepresidenta Delcy Rodríguez- que plantearse un contexto de largo plazo que, en este caso, llega hasta el año 2042, agrega el semanario.
Irán ha sido clave, de acuerdo con Exclusivas Económicas, para lograr la estabilidad en la producción y las exportaciones, pese a la tasa de descuento en la venta de crudo de 20% y 30%. Ha sido la alternativa frente a todas las opciones de comercialización que se han intentado con el crudo venezolano. Le entrega de diluyentes a cambio de crudo a Pdvsa y más recientemente productos semiterminados para alimentar los procesos de las refinerías venezolanas.
Por lo pronto, concluye el semanario, las recientes autorizaciones que el Departamento del Tesoro otorgó a las compañías europeas Repsol (España) y ENI (Italia) pueden ayudar en tres sentidos a Pdvsa: en primer lugar, reducir la deuda que acumula la estatal venezolana con ambas compañías; segundo, ayuda a disminuir los inventarios de crudos; y tercero, abre la posibilidad de intercambios por diluyentes o combustibles que sí podrían convertirse en un mecanismo comercial alterno al que tiene Pdvsa con la Empresa Nacional Petrolera de Irán.