MinTurismo recordó a empresarios las limitaciones que tienen sus licencias ante lo ocurrido por la fiesta privada en Canaima

- Publicidad -

El caso de la fiesta del empresario Rafael Oliveros en el Campamento Canaima ha generado una cantidad de discusiones más allá de las que se dieron en redes sociales, que sentenciaron que el festín ocurrió en el tepuy Kusari. En verdad, allí lo que hubo fue una excursión con pernocta como suele hacer cualquier grupo de viajeros, señala el semanario Exclusivas Económicas.

La publicación agrega que la particularidad, en este caso, fue que los asistentes no se fueron caminando, no sudaron ni vestían ropas propias para este tipo de recorridos, sino que viajaron en helicóptero con trajes más cónsonos con una fiesta en un salón de festejo en Caracas. La celebración propiamente dicha se dio en los espacios del campamento.

- Publicidad -

Una primera discusión se ha dado dentro del propio gobierno del presidente Nicolás Maduro sobre la modalidad, temporalidad, alcance y restricciones que tienen las concesiones, advierte el semanario. De allí que la viceministra de Turismo, en su condición de presidenta de la empresa estatal Venezolana de Turismo (Venetur), Leticia Gómez, haya tenido que llamar la atención a los representantes a quienes se les han adjudicado las concesiones recordándoles las limitaciones que tienen los contratos.

“En el Kusari lo que hubo fue una excursión similar a otras que se hacen a ese tepuy, pero se hizo viral por la excentricidad de algunas personas que tienen notoriedad o son famosas. Toda la celebración ocurrió en los salones del campamento”, dijo una fuente que labora en el Campamento Canaima. “En Twitter llegaron a poner que en el tepuy había un bar y eso es falso. Parte de la fiesta ocurrió en el bar Jimmy Ángel, que está dentro de las instalaciones del hotel y en el que se le rinde homenaje al descubridor del Salto Ángel”, añadió.

Sin embargo, en Venetur se señala que hubo “uso indebido” y hasta “abuso de poder” por parte de Oliveros al organizar un acto personal, como fue su cumpleaños, en una instalación de la que no es propietario, sino que está a cargo de una licencia o concesión que le concedió esta empresa del Estado, añade Exclusivas Económicas.

Este campamento fue construido a principios de los años 70, durante el primer gobierno de Rafael Caldera dentro de lo que se llamó el proyecto “La Conquista del Sur”. Por más de 35 años estuvo a cargo de la empresa Horturvensa, filial de la desaparecida aerolínea Avensa propiedad de la familia Boulton, aunque el Estado tuvo una participación minoritaria a través de la Corporación Venezolana de Guayana, la cual se vio obligada a auxiliar financieramente los déficits de esta compañía hotelera.

En 2007, luego de tres años de la quiebra de Avensa, el gobierno del presidente Hugo Chávez asumió el control del campamento y su gerencia pasó a estar bajo el control de Venetur, que directamente estuvo a cargo de la operación, aunque con un mal manejo gerencial que aceleró el deterioro de las instalaciones. “El Campamento Canaima fue las primeras concesiones a privados que dio Venetur cuando no era una práctica usual en el gobierno del presidente Nicolás Maduro y eso ocurrió a finales de 2016, cuando al frente del Ministerio de Turismo estaba la esposa de Diosdado Cabello, Marleny Contreras. En cambio, las concesiones de Hotel Humboldt y Mare Mare en Puerto La Cruz son de fecha más reciente”, recuerda la fuente.

De acuerdo con el semanario, una segunda discusión del caso Kusari se ha dado entre comunicadores corporativos vinculados al mundo académico o estudiosos de ejemplos de mala reputación, contingencia o crisis, porque se parte del hecho de que Oliveros es el típico empresario venezolano de estos tiempos de revolución bolivariana que le disgusta la notoriedad o la declaración a los medios, pero se da a conocer sin que sea su intención por una celebración personal.

Algunos de sus allegados coinciden en que Oliveros desestima el papel de la comunicación institucional y su esfuerzo en este ambiente solo se centra en el mercadeo. Comentan también que el empresario está negado a aceptar la recomendación de difundir el apoyo que, desde que asumió la operación del campamento, está dando a la comunidad pemón que vive en Canaima o su contribución a los niños y adolescentes que forman parte del núcleo del sistema de orquestas sinfónicas que está en ese lugar.

“Después de lo que paso con la fiesta, Rafael se mantiene firme en su decisión de que no se dé a conocer todo lo que hace como responsabilidad social empresarial porque no quiere que se diga lo hace como control de daños a la fiesta”, dijo una persona vinculada con el campamento.

- Publicidad -

Más del autor

Artículos relacionados

Lo más reciente

MSF denuncia la falta de tratamiento a los migrantes con enfermedades crónicas

Los migrantes con enfermedades crónicas como diabetes o VIH sufren graves complicaciones en su camino a Estados Unidos por falta de medicinas, que incluso...

Aroldis Chapman recibe suspensión de dos juegos por conducta inapropiada

El relevista de los Piratas, el cubano Aroldis Chapman, ha recibido una suspensión de dos juegos y una multa económica no especificada por sus...

Luego de 12 años Canidra realiza una exposición “hecha por repuesteros para repuesteros”

Este jueves fue inaugurada en el centro comercial Líder, en la ciudad de Caracas, una nueva edición de ExpoCanidra, la cual tiene como objetivo...

¿Quieres recibir las notas de mayor interés en tu email?

Comparte con nosotros tu email y te haremos llegar las noticias de mayor relevancia directo a tu correo