A los 94 años de edad murió el arquitecto venezolano Fruto Vivas, considerado como el más importante de la historia contemporánea del país. Con obras como el Club Táchira, Árbol para vivir, La flor de Venezuela y el nuevo Mausoleo, Vivas se formó un nombre tanto dentro como fuera de Venezuela.
José Fructoso Vivas Vivas nació en La Grita, estado Táchira, en 1928. Siendo un niño ayudó en la construcción de su casa en el poblado de Cordero; mientras que a los 16 años dio sus primeros pasos en el mundo de la arquitectura, convirtiéndose en dibujante.
Se mudó a Caracas y mientras atendía el llamado de avisos de prensa para diseño arquitectónico, entró a la Universidad Central de Venezuela para estudiar arquitectura. Ya con alguna experiencia en la Constructora Branger como proyectista, Vivas atendió otro llamado de la prensa y mandó su diseño para un concurso.
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En el mismo buscaban ideas para construir, en 1955, el Club Táchira en Bello Monte. Y él lo ganó al presentar un diseño funcional con su obsesión por hacer construcciones con mínimo peso. Esto se convirtió en su marca personal.
El reconocimiento para Fruto Vivas
Poco a poco, el joven arquitecto fue trabajando con figuras como Oscar Niemeyer, Aquiles Nazoa u Oscar Sandoz, pero sin apartar sus propios ideales. Tanto en el diseño arquitectónico, como en lo político. Una faceta por la que tuvo que vivir un tiempo en Cuba.
Ya de regreso a Venezuela, Fruto Vivas vivió otro momento crucial en su carrera. En un viaje sin posada a Canaima a principios de los años 70, tuvo la oportunidad de idearse cómo vivir en un árbol. De su experiencia en la selva venezolana surgió la serie Árboles para vivir, siendo el que construyó en Lechería, estado Anzoátegui, el más famoso.
A partir de ahí, su nombre fue tomando lugar también fuera de su país. Una de sus obras cumbres fue la de 1999, La flor de Hannover. Se trató de una obra inspirada en la flor nacional, la orquídea sobre un tepuy, la cual destaca por tener una estructura automática que abre y cierra según el estado del tiempo. Desde 2008, está en Barquisimeto, rebautizada como La Flor de Venezuela, y en 2013 fue declarada Patrimonio Cultural de Venezuela.
El Mausoleo donde reposa el cuerpo de Hugo Chávez en el Cuartel de la Montaña también lleva su firma, al igual que el proyecto del parque Simón Bolívar que aun se le da forma en La Carlota.
Además de su obra, Fruto Vivas fue distinguido, en 1987, con el Premio Nacional de Arquitectura de Venezuela. En 2009, la UCV le dio el título de Doctor Honoris Causa de la Facultad de Arquitectura, similar al que la Universidad Nacional Experimental del Táchira le otorgó en 2011.
Las reacciones
El deceso de Fruto Vivas fue lamentado desde muy temprano este martes 23 de agosto en las redes sociales.
La politóloga Maruja Tarre fue de las primeras al recordar que ella vivió en dos casas diseñadas por él. “Tuve la suerte de vivir en dos casas diseñadas por Fruto Vivas (una de ellas está en venta en este momento), Siendo construcciones de gran belleza, permitían al mismo tiempo estar en perfecta sintonía con la naturaleza. QEPD Maestro Fruto Vivas”, escribió en su cuenta en Twitter.
“Me informa mi amiga Zulay Coraspe, que murió hoy mi amigo FRUTO VIVAS. Un joven de 94 años en un país donde hay tantos viejos de 20 años. Vaya mi abrazo para todos sus familiares, en especial para Soraya”, expresó el periodista Manuel Malaver.
El cantante Gerardo Valentín fue otro que expresó su pesar. “Adiós al maravilloso Fruto Vivas, que por fortuna nos deja hermosas obras que serán semilla para el futuro del arte nacional”.
El nuevo embajador venezolano en Colombia, Félix Plasencia, también despidió a Fruto Vivas. “Querido maestro, Fruto Vivas, tu creatividad traspasó nuestras fronteras, nos enseñaste que aún existen Árboles para Vivir, y nos regalaste la Flor más grande de Venezuela. Te agradecemos tanto, te recordamos siempre, vuela alto maestro”.