La oposición no tiene una estrategia definida ni a mediano, ni a largo plazo, pero ya decidieron qué hacer en lo inmediato, y en este momento lo que están buscando es legitimidad. Por tal motivo, se plantea dentro del G4 y la Asamblea Nacional realizar una consulta popular digital el mismo 6 de diciembre, con el fin de buscar la relegitimación del gobierno interino de Juan Guaidó y, por supuesto, de los diputados de la Asamblea Nacional que hoy en día se encuentran en funciones, reveló el periodista y analista político, Eugenio Martínez, en un conversatorio realizado por la firma Carpe Diem Comunicaciones.
En el evento, realizado de manera digital, también participaron el economista Leonardo Vera y el periodista Alonso Moleiro, quienes junto con Martínez elaboran periódicamente el informe Coyuntura Venezuela, en el cual se analizan los distintos escenarios que se manejan en el país, tanto en el ámbito político como en el económico.
Martínez, también experto en materia electoral, indicó que las condiciones de los comicios parlamentarios son las más restrictivas en términos de competitividad y representación política en los últimos 20 años.
La decisión de participar o no en estas elecciones debe ser parte de una estrategia más amplia, el debate no debe circunscribirse hacia votar o no. El debate tiene que ser para qué se participa o para qué se boicotea la elección. El comunicado del gobierno interino, respaldado por 27 organizaciones políticas, diciendo que no se va a avalar la elección del 6 de diciembre, incluso no reconociendo el proceso como una elección, no resuelve la duda principal y es saber para qué se está boicoteando este proceso o para qué se está dejando de reconocer, indicó.
Precisó que las preguntas de la consulta digital planteada por la oposición estarían enfocadas en la continuidad del gobierno interino o la hoja de ruta que debe mantenerse en el año 2021.
Otro tema que pareciera ya está decidido dentro de la oposición y para el que se estaría buscando legitimidad, o respaldo de la sociedad venezolana, es considerar o evaluar la posibilidad de ahora sí abiertamente decir que el Estado venezolano debe ser declarado por la comunidad internacional como un Estado fallido, eso parte de la estrategia del todo o nada que se viene manteniendo desde el año 2019, señaló.
En cuanto a la participación en las elecciones de diciembre, Martínez aseguró que existe un debate dentro de la oposición, en el cual pareciera que se estarían fragmentando los apoyos internos del gobierno interino y del G4.
Hasta el día de hoy es muy sencillo evaluar el apoyo internacional del gobierno interino, incluso se puede recitar sin mayor problema: 60 países reconocen al gobierno interino. Sin embargo, cuando uno hace ese mapa de poder desde un punto de vista interno, la situación no es tan sencilla. En líneas generales, además de los partidos que integran la Mesa de Diálogo Nacional y sus liderazgos, hay un sector del liderazgo tradicional venezolano que busca marcar una distancia importante del G4 y del gobierno interino, explicó.
En este sentido, advirtió que no se puede hablar de una división de la oposición venezolana, pero sí son unas disidencias que se van a notar especialmente a partir del 6 de diciembre de este año.
Con respecto a la población que está convencida en participar el próximo 6 de diciembre y que tiene la convicción de que la oposición podría ganar si existe una movilización masiva de personas, explicó que, con las actuales condiciones, todas las proyecciones apuntan a que será el régimen de Nicolás Maduro el gran victorioso en las elecciones.
El 6 de diciembre si se repitiese la votación del año 2018, entendiendo que todo el que votó por Nicolás Maduro votará por los candidatos del PSUV y todos los que votaron por Falcón y Bertucci votarán por candidatos unitarios de la Mesa de Dialogo Nacional, estaríamos hablando que el resultado de la elección se estaría aproximando a 205 parlamentarios para el PSUV y apenas 72 para la oposición. Este número en el actual contexto de la AN de 165 diputados es un número bueno, pero 72 en una AN integrada por 277 diputados es un número malo, comentó.
Concluyó su exposición advirtiendo que los venezolanos en el mes de diciembre estarán en una gran encrucijada, porque tendrá que decidir entre participar en las elecciones o enfrentar una real posibilidad de contagio de COVID-19 porque, sin duda alguna, un proceso electoral podría convertirse en un gran foco de infección si de aquí a diciembre las autoridades aún no han controlado la pandemia.
La Mesa: no hay que perderla de vista
Por otra parte, el también periodista Alonso Moleiro afirmó que no se puede perder de vista a la Mesa de Diálogo Nacional, porque esta es una instancia que está jugando, a su juicio, un papel distinto al de la oposición y podría alterar el escenario político parcialmente.
De momento se ve difícil, pero si la gente no va a votar la Mesa de Diálogo Nacional tiene una responsabilidad en la convocatoria y en movilizar a la gente. No puede asumir ir y luego desplazar la responsabilidad a los que deciden no ir a votar. Luego hay que evaluar los costos de una derrota política en momentos como este, es decir, ir a unas elecciones legislativas y que la cosa no salga, que la oposición, aunque sean los de la mesa de diálogo, tenga una bancada de 80 diputados frente la mayoría del chavismo y que eso tenga una legitimidad internacional, señaló.
Al igual que Eugenio Martínez, Moleiro confirmó que existen disidencias en la oposición tradicional y se debe esperar las acciones o estrategias que tomará, por ejemplo, el excandidato presidencial, Henrique Capriles Radonski.
Debemos esperar con lo que pueda decidir Capriles Radonski. Si se concreta, hay un sector que está esperando para hacer un llamado enérgico y desesperado que produzca una situación sorpresiva, una corrida ciudadana, que no es fácil invocar. Se tienen que dar muchas cosas, es fácil imaginárselo, pero se tiene que dar un momento anímico donde incluso el abstencionista, la gente que esté más desencantada y triste de pronto diga: ´Yo voy a ir a votar´. Y hace falta algo más que la Mesa de Diálogo Nacional para que esto se concrete, dijo.
Aseguró que no ve una salida a corto plazo de Nicolás Maduro del poder. Sin embargo, explicó que podrían presentarse escenarios donde ceda algunas cuotas que permitan el inicio de algunos cambios que puedan modificar el escenario de crisis política, económica y social que está atravesando el país.
Elecciones pueden ser un gran fiasco
El economista y miembro del equipo de Coyuntura Venezuela, Leonardo Vera, explicó que las elecciones de diciembre podrían representar un gran fiasco para Nicolás Maduro.
Me voy a referir a cuatro aspectos críticos del proceso electoral. El primero de ellos tiene que ver con la participación que puede haber en un ambiente de COVID-19, es decir, el factor COVID-19 y la estamina social que puede haber en ese momento para genera una representación representativa y legitima. El segundo aspecto es el que tiene que ver con los recursos que va a tener el gobierno para la movilización, recursos que ya deberían estar poniéndose en práctica para generar una alta participación. El tercer aspecto tiene que ver con la logística y el tema tecnológico y el cuarto aspecto con la legitimidad internacional, detalló.
Al abordar el primer factor, Vera explicó que para el mes de noviembre Venezuela estaría, según las proyecciones de las academias nacionales, enfrentando el pico de la pandemia de la COVID-19 y con base en las experiencias como, por ejemplo, las elecciones en República Dominicana, esto podría convertirse en un importante foco de contagio, lo que afectaría la participación en la elección, que se traduciría en una gran abstención.
Indicó que, en materia de recursos monetarios, el gobierno de Nicolás Maduro, debido a la crisis económica y de los precios del petróleo, no tendrá el dinero suficiente para generar todas las ayudas expresadas en bonos que hemos visto en procesos electorales anteriores. Esto también podría impactar de manera contundente en el porcentaje de participación.
Finalmente, expresó que Maduro no podrá darle una legitimidad internacional a este proceso electoral, porque ya la Unión Europea señaló que no hay condiciones para un proceso electoral, transparente, inclusivo, libre y equitativo y, por otro lado, están las declaraciones del Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela, el cual rechazó de plano el nombramiento de los nuevos rectores del CNE por parte del TSJ. Por lo tanto, se puede presumir que desde este grupo tampoco habrá reconocimiento de las elecciones tal como están planteadas hoy en día.
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