Intratable, así es como ha lucido Pablo López con los Marlins de Miami, durante este primer mes de temporada. Esto no quiere decir que el lanzador esté teniendo actitudes negativas, dentro o fuera del terreno, para con sus compañeros o rivales.
O bueno, tal vez para los rivales lo que está haciendo el zuliano es visto como algo bastante negativo, debido al nivel de dominio desmedido que ha demostrado, en cada oportunidad que ha tenido el derecho de subirse a la lomita.
Han sido tres, las salidas de Pablo hasta el momento; en cada una de ellas ha brillado y lo más interesante es que parece ir de menos a más. Su primera apertura fue contra los Gigantes de San Francisco, a quienes les lanzó por espacio de cinco entradas, permitiendo tres imparables, una rayita y pasando a seis colosos por su afilado repertorio; sin embargo, se fue sin decisión.
Contra los Phillies de Filadelfia, seis días después, estuvo un tercio más en el morrito y aunque aflojó un poco, tolerando cuatro hits y regalando dos pasaportes, no permitió carreras, ponchó a dos cuáqueros y se llevó su primer lauro de la campaña.
No obstante, su actuación de anoche contra los –siempre difíciles e incómodos– Cardenales de San Luis es digna de enmarcar, ya que ‘El Doctor’ mostró un altísimo nivel en todos los aspectos del juego; control para atacar la zona de strikes, temple para salir de los momentos difíciles y carácter para dominar a una de las toleterías más peligrosas del beisbol actual.
‘Pache’ fue un poco más allá en esta presentación, de lo que había hecho hasta el momento, con trabajo monticular de siete entradas completas. Solo el inspirado Nolan Arenado –en par de ocasiones– y Dylan Carson pudieron conectarle de hit, mientras recetaba ponches por doquier al resto de los bates de Misuri.
Nueve, en total, fueron los abanicados que sumó el de Cabimas; además de no conceder bases por bolas, ni permitir carreras, el criollo se apuntó su segunda victoria del año, a la vez que su efectividad bajó notablemente (de 0.87 a 0.52), junto a su whip (0.75) y el promedio que le batean los contrarios (.164).
Como muestra de su dominio en el morrito, luego del segundo indiscutible de Arenado –que se fue de 4-3–, en la cuarta entrada, López tuvo una seguidilla de once bateadores retirados de forma consecutiva. Anoche, el protagonista de su repertorio, y su principal arma, fue el cambio de velocidad, pitcheo que le funcionó a la perfección y que supo mezclar de forma magistral.
En principio, estuvo combinando el cambio con una recta, que poco a poco fue reemplazando con un efectivo sinker; de vez en cuando, llegó a utilizar el cutter o recta cortada y la curva. De hecho, para muestra de lo incómodo que estaba resultando su trabajo en la toletería rival, apenas si pudieron sacarle la pelota del cuadro de infield.
Los nueve ponches de ayer significan la mejor marca de su carrera, emulando lo que hizo la temporada pasada en hasta cuatro oportunidades. Asimismo, su efectividad actual le sirve para liderar a los lanzadores de todas la Grandes Ligas, mientras que su whip es el cuarto mejor del viejo circuito, por detrás –entre otros– de su compatriota Carlos Carrasco (Mets), que también ha lucido en este primer mes.
Su actuación también repercute en la historia de su club, pues su efectividad, en tres salidas, es la tercera mejor marca de la franquicia, solo por detrás de Dontrelle Willis (0.00 en 2004) y Josh Beckett (0.45 en 2005).
Cabe mencionar que la temporada pasada, el derecho venía teniendo un muy buen año, hasta que –a mediados de julio– un esguince en el manguito rotador de su brazo de lanzar, lo dejó fuera de acción por casi el resto de la campaña; regresó en octubre, para una salida de 1.2 entradas.