Venezuela sumó en noviembre cuatro años en hiperinflación, la segunda más larga en la historia después de la que vivió Nicaragua por cinco años. En ese tiempo se destruyó el poder de compra de los venezolanos, así como su capacidad de ahorro. Y si bien para algunos expertos era impensable superar esta espiral inflacionaria si la administración de Nicolás Maduro no daba un giro de 180 grados a su política económica, hoy tres economistas, José Guerra, Ronald Balza Guanipa y José Miguel Farías, coinciden en que todo apunta a que el país saldrá de la hiperinflación en 2022. Pero, aclaran, que esto dependerá de varios factores, los cuales analizan a continuación.
De acuerdo con datos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), la inflación en Venezuela en 2021 acumula un alza de 616,9% hasta noviembre, mes en el que los precios subieron 6%, es decir, que hubo una desaceleración con respecto a octubre -la inflación ese mes se ubicó en 8,1%- que se atribuye a la estabilidad del tipo de cambio.
Y con este resultado la inflación anualizada se ubicó en 769%, una disminución significativa en comparación con el mismo mes del año 2020 cuando se ubicaba en 4.087%.
José Guerra, quien también es miembro del OVF, explicó que el que Venezuela salga de la hiperinflación en 2022 va a “depender mucho si el tipo de cambio del bolívar con respecto al dólar se mantiene estable, como ha ocurrido en los últimos dos meses, porque ello está haciendo que la inflación disminuya, es decir, la estabilidad del tipo de cambio”.
“Si seguimos observando tasas de 6% o 7% mensuales es probable que entre los meses de febrero y marzo de 2022 podemos estar saliendo de la hiperinflación. Todo va a depender, pues de la estabilidad del tipo de cambio que a su vez depende del ingreso petrolero”, enfatizó el economista.
Sostuvo que todo indica que ese puede ser un resultado bastante probable, es decir, que Venezuela salga de la hiperinflación para el próximo primer trimestre del año 2022 si se continúa con la “senda que trae la tasa de inflación en los últimos meses”.
Dejar de financiarse con emisión monetaria
Por su parte, Ronald Balza Guanipa, también profesor universitario, afirmó que Venezuela no tenía por qué entrar en hiperinflación. Sin embargo, es de la opinión de que “ha podido salir de la hiperinflación hace ya varios meses e incluso ya años”.
“Y sí puede salir para el próximo año como consecuencia de la decisión de no seguir financiando con bolívares gastos que el gobierno ha hecho a través de Pdvsa y que todos desconocemos”, destacó.
Balza indicó que si el gobierno venezolano deja de financiarse con emisión monetaria en 2022 para los gastos que haya estado haciendo, la hiperinflación se detendrá. “Así como comenzó, así desaparecerá como algo que no debió haber sucedido si la política fiscal hubiese sido transparente, bien organizada y para el financiamiento no hubiese recurrido al Banco Central de Venezuela, algo que ya estaba prohibido en la constitución de 1999”, dijo.
Afirmó que para 2022 habrá “varias condiciones que cambiaron”: ha pasado un año desde la elección de la nueva Asamblea Nacional, se realizaron las elecciones regionales y municipales, la tensión que puede haber en términos políticos se mantiene de una forma diferente y toda la discusión de las sanciones está en un nuevo espacio todavía indeterminado.
“Durante los dos o tres años que han transcurrido en hiperinflación el gobierno permitió la circulación del dólar. No es necesario eliminar el bolívar para que la circulación del dólar haya significado un mejor ambiente para los grupos que podían hacer transacciones, que tenían algo que comprar y alguien a quien venderle en estos tiempos en el país”, agregó.
Indicó que es posible que nuevas actividades económicas florezcan durante el próximo año y que en algunos casos sean nuevas y con nuevos actores y en otros con “sobrevivientes” que han tenido que enfrentar distintas circunstancias dentro del país como las trabas que hubo durante mucho tiempo con los controles de precios, en controles de cambio, amenazas de expropiación y otros.
“Ya la fuente de divisas no será tanto del ingreso petrolero como lo fue antes, sino que podrán ser ahorros que entren en circulación de quienes todavía viven en Venezuela o que haya inversiones extranjeras que no sepamos de donde provengan”, dijo.
El profesor universitario comentó que la “aparente recuperación” del país en muchos casos es “anecdótica porque no se observan datos consolidados sobre una recuperación, sino que vemos aparecer una nueva tienda en alguna parte y puede generar la impresión engañosa de que Venezuela está saliendo de un problema muy grave”.
“Lo que vemos es que aparecen nuevas actividades y agentes en un país que está muy debilitado en términos generales y que el tema del empobrecimiento colectivo, de pérdidas y destrucción en general genera un deterioro muy marcado de la economía que tuvimos”, expresó.
Ronald Balza dijo que hay que estar pendiente de los próximos meses porque los nuevos agentes que pueden entrar y ser visible en el país puede ser solamente el reflejo de un inicio de nuevas redes, de nuevos vínculos entre empresarios, trabajadores y proveedores dentro y fuera de Venezuela que “alcancen a impulsar la economía venezolana que se encuentra critica desde hace mucho tiempo”.
“2022, un año no tan malo como los anteriores”
Para José Miguel Farías, “podemos comenzar el año 2022 saliendo de hiperinflación”, lo cual “sería algo bastante positivo, ya que se ha logrado “tener una política monetaria bastante inflexible”. “Al final del día creo que el gobierno ha tenido como meta este año ser lo más responsable desde el punto de vista fiscal y monetario para salir de la hiperinflación y lo está logrando”.
Aseveró que “2021 cierra como el octavo año consecutivo de contracción en Venezuela. El país no tiene una variación interanual positiva desde el último trimestre del año 2003. Son 8 años de contracción entre 80% y 85% de caída”, señaló.
Farías manifestó que Venezuela no es ni de cerca el país que era en 2012 o 2013, sin embargo, “este año, por distintos factores que van desde la misma dolarización transaccional e informal, que ha agilizado y flexibilizado la dinámica económica en Venezuela, la poca incidencia y el peso que ya no tiene tanto el Estado a la hora de realizar negocios en el país ha hecho que el privado se erija como la base principal que sostiene la economía venezolana”.
“Creo que el año que viene -y lo digo con base en la data de informes como el de Ecoanalítica- Venezuela va a crecer y no es que va a rebotar 20% o 25%. Va a crecer en torno a 7% o 10%, pero no significa que vamos a crecer aceleradamente porque el país no va a entrar en una fase de crecimiento orgánico hasta tanto tengamos un plan económico integral que permita equilibrar todas las distorsiones económicas que el país ha atravesado en la última década”.
El experto en finanzas enfatizó que hay que estar claro que si bien la dinámica pudiese parecer algo positiva, actualmente no podría estimar o proyectar que será algo que va a ser sostenible en el tiempo y exponencial a partir de este momento. “Se debe más a cosas coyunturales que, obviamente, ya estando en el foso no puede seguir cayendo más y para los que están haciendo negocios en el país pudiese ser al menos una bocanada de aire fresco”, sostuvo.
Puntualizó que desde el punto más pragmático “yo creería que el año que viene será difícil, por falta de un plan económico integral que permita equilibrar todas las distorsiones de Venezuela. Pero va a ser, por lo menos comparativamente, un año no tan malo como los años anteriores”.