La brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo marca una diferencia de aproximadamente 10% al cierre de este del viernes 30 agosto. Mientras la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV) se cotizaba en 36,65 bolívares por dólar, la tasa promedio en el mercado paralelo se ubicaba en 42,50 bolívares por dólar.
Tamara Herrera, presidente y economista jefe de la firma Síntesis Financiera, explicó que «la ampliación de la brecha es una fuente de distorsión en los precios de la cadena productiva en un contexto de escasez relativa de divisas. Es decir, donde la demanda de divisas a precio oficial es superior a su oferta».
Por su parte, José Guerra, economista y miembro del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), coincide con lo planteado por Herrera y advierte que la diferencia entre el dólar oficial y el dólar paralelo continuará ampliándose.
«La brecha cambiaria se ha ampliado y se seguirá ampliando. La razón de esto es lo siguiente. En primer lugar, los venezolanos no quieren bolívares, quieren dólares. Entonces cuando le caen los bolívares, salen a comprar dólares inmediatamente», asevera.
En segundo lugar, señaló que el BCV no tiene capacidad en términos de reservas internacionales para calmar la demanda de dólares que existe en Venezuela. «Por tanto, esa brecha se seguirá ampliando en la medida en que el Banco Central no tenga esa liquidez en dólares para suplir el mercado».
Brecha cambiaria afecta al sector comercial
La brecha entre el tipo de cambio oficial y paralelo afecta directamente a los comerciantes a nivel de ventas, precios y consumo. «Aunque existe y se cumple la obligación de usar la referencia oficial, no toda reposición de inventarios se logra hacer con divisas adquiridas a precio oficial. Lo cual encarece la cadena completa», advierte Herrera.
Para José Guerra la diferencia en la tasa cambiaría afecta al consumo de bienes y servicios. «Por una parte, cuando hay devaluación se trasladan los precios casi que linealmente, uno a uno. Y, en segundo lugar, caen las remuneraciones de los trabajadores y asalariados. Además, al caer el consumo, los comerciantes venden menos».
Ambos economistas apuntaron que todavía no se puede determinar hasta cuándo durará esta brecha entre el dólar oficial y el dólar paralelo, debido a que todo dependerá de las acciones que tome el BCV.
«No se puede precisar un tope de la brecha porque está en manos de los hacedores de políticas públicas, de las decisiones que la pueden moderar, bien sea permitiendo que aumente gradualmente la tasa oficial o decidiendo dedicar más divisas a la contención del precio paralelo», dijo Herrera.
Para Guerra, aunque no se sabe en cuánto va a cerrarse esa brecha, «la experiencia en Venezuela indica que cierra devaluando el tipo de cambio oficial para que se acerque al paralelo, no para que el paralelo baje para acercarse al oficial».
Al ser consultado sobre cuál debería ser el monto de la tasa de cambio real actualmente en Venezuela, el economista puntualizó que «la tasa de cambio de equilibrio es la tasa de cambio del dólar paralelo. Alrededor de 40 bolívares por dólar, porque lo que determina el precio del dólar es lo que la gente esté dispuesta a pagar por el dólar».
«Si el público está dispuesto a pagar 46 bolívares por dólar, esa es la tasa de cambio. No veo la tasa de cambio en 36 bolívares por dólar, que es artificial y a esa tasa no se consiguen dólares», agregó el vocero del OVF.
A su juicio, «el Banco Central está renuente a devaluar» porque la única política que tiene o con que cuenta para estabilizar la inflación es el control del tipo de cambio.
«¿Va a devaluar? Nadie lo sabe, pero mientras más tarde en ajustar el tipo de cambio, más fuerte será la devaluación porque esta tasa de cambio en 36 bolívares empieza a afectar al gobierno negativamente, porque las cuentas fiscales del gobierno, cuando transforma los dólares a bolívares, recibe cada vez menos bolívares», aseveró Guerra.