Uno de los símbolos del leve cambio económico producido durante la pandemia en la zona metropolitana de Caracas, ha sido la apertura de un número importante de restaurantes en la zona del sureste. De un momento a otro la oferta gastronómica se fue multiplicando. Sin embargo, en las últimas semanas muchos de ellos han comenzado a presentar problemas financieros por la ausencia de comensales.
La razón tiene que ver con los malos cálculos sobre la concurrencia real a estos lugares que está íntimamente ligada al poder adquisitivo de la población. De hecho, hay cifras de la firma Ecoanalítica que establecen que los visitantes asiduos a restaurantes corresponden al 6,2% de la población; mientras que los eventuales pueden llegar a 11,3%.
Una fuente ligada con el sector de restaurantes que prefirió mantenerse bajo reserva, señaló al Exclusivas Económicas que sobre todo en los últimos fines de semana la presencia de comensales ha disminuido y se ha concentrado en los establecimientos tradicionales y mucho menos en los nuevos.
Si bien algunos explican que esto tiene que ver con que agosto es un mes de poca demanda por las vacaciones, también influye que la audiencia típica prefiere ser más conservadora en sus gastos y va por lo que ya conoce. Asimismo, el factor precio/valor pesa una vez que la “novedad” de conocer el nuevo establecimiento ya ha pasado.
Lo que sí es un hecho es que muchos de los nuevos restaurantes han sido abiertos para una audiencia que es reducida. En cambio, los sectores C,D,E no tienen una oferta tan variada y de allí que aquellos que se han arriesgado a invertir en estos sectores están teniendo más éxito que aquellos que apuntan su target a las clases más pudientes.
Esto es, según se comenta, un error de planificación por parte de los dueños de restaurantes que pensaron que había demanda para tanta oferta dentro de una economía que apenas está viendo luz.