Oscar D´León dejó su alma en el escenario

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Fue un fin de semana de emociones. No solo para Oscar D’León quien celebró con dos funciones en el Teatro Teresa Carreño sus primeros 50 años en la música; como él mismo refiere. Que quiere cantar otros, mínimo, 50 años más.

En la segunda función, lloró de emoción. Para el sonero, que le broten las lágrimas no es algo nuevo. De hecho, tiene fama de llorón; algo de lo que él mismo se burla. Ya lo había hecho durante los primeros ensayos con la Sinfónica Simón Bolívar, según confesó en el encuentro con los medios.

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Al recibir durante dos días el cariño del público, a Oscar no le fue difícil que las lágrimas le brotaran. Dos noches seguidas con la taquilla agotada, en su regreso a la sala Ríos Reyna después de 20 años. Estuvo acompañado por más de 200 músicos en escena. Además de la orquesta, también estuvo la Coral Simón Bolívar y los músicos de su propia agrupación.

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Oscar D’León y su hija Iroska. Cortesía Lenys Martínez
Oscar D’León y su hija Iroska. Cortesía Lenys Martínez

A sus 79 años, Oscar D’León cantó por más de tres horas. Pero no solo se paró detrás del micrófono, sino que bailó, bromeó y hasta se dio el lujo de pedir a los músicos de la Sinfónica que también echaran un pie durante las veladas. Su hija Iroska también apareció en escena para bailar “La Mazukamba”.

Momentos emotivos hubo muchos. Uno de ellos cuando llamó a su corista Johnny Silva, quien lo ha acompañado por más de 40 años. “Creo que le estoy exigiendo mucho hoy”, dijo al tiempo que el cantante le hizo un gesto de agradecimiento. “Taboga” impregnó la sala no solo de romanticismo, sino de recuerdos de La Dimensión Latina; la gran ausente de la fiesta.

Las lágrimas de Oscar D’León

Otro se vivió cuando se preparaba para despedirse: hizo un popurrí con Caballo Viejo y Alma Llanera, mientras la coral y la orquesta lo acompañaban en los coros.

Era un falso final. Y así lo entendió el público que no tardó en pedir otra. Salió y tras marcar a su orquesta, interpretó Rebelión y el bolero Idilio de amor. Su icónica Llorarás fue la encargada de cerrar dos noches no solo de salsa, sino de buena música. Sin duda, el mejor espectáculo no solo de 2022, sino de muchos años.

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