Ana Rosario Contreras: “Celebro la lucha de la mujer venezolana, contestataria y resteada”

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Nacida en San Fernando de Apure, en el llano venezolano, hace 57 años, Ana Rosario Contreras no solo celebra el reconocimiento mundial a la lucha de las enfermeras, sino también a las mujeres venezolanas en la construcción de “un país de libertad y democracia”. “Celebro a la mujer venezolana, a esa mujer contestataria, luchadora y resteada, que siempre sale adelante”, afirmó.

La presidenta del Colegio de Enfermeras de Caracas, que próximamente será condecorada por el Departamento de Estado de Estados Unidos, durante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, como reconocimiento a su coraje, contó en entrevista exclusiva para HispanoPost que la pasión por su profesión le nació de ver a su mamá ayudar a los demás y, posteriormente, a una vecina que se desempeñaba como enfermera cuando ella apenas tenía cinco años de edad.

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“Nací en San Fernando de Apure, mi padre era de Táchira y madre oriunda de Apure. Como mi papá era militar cuando lo transfirieron a Apure conoció a mi mamá. Soy la segunda hija de seis hermanos: un varón y cinco hembras, somos una familia de predominancia femenina”, recordó.

Siguió contado su historia a paso acelerado, sin detenerse ni para tomar aliento: “Mi pasión por la enfermería nació de ver a mi madre, una mujer bondadosa y siempre generosa, que siempre trataba de ayudar y cuidar a quien estuviese enfermo, pese a que no contaba con los estudios de enfermería”, dijo. Aseguró que ver esa dedicación maternal la hizo sentir la necesidad de ser como ella.

Dijo que a los cinco años de edad su familia migró del llano a Los Andes y se residenciaron en Rubio, estado Táchira. “Ahí teníamos una vecina que vestía todos los días con mucha pulcritud y que siempre estaba dispuesta a ayudar y acompañar a los vecinos. Así me fui enamorando de la enfermería. Mientras mis hermanos jugaban a ser maestros e ingenieros, yo jugaba a ser la enfermera que iba inyectando a todos los miembros de la familia”.

Su pasión fue tal que en el año 1982 se graduó como bachiller asistencial, mención enfermería, a nivel de técnico medio en la Escuela Técnica Industrial Gervasio Rubio de Táchira. Desde entonces comenzó a ejercer su profesión y esto la motivó a buscar la licenciatura, la cual obtuvo a titularse bajo Las Nubes Acústicas de Calder, en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela (UCV), poco después.

Pero esto parecía no ser suficiente para Contreras y en el año 1996 volvió al auditorio más afamado del país y esta vez vestía con toga y birrete de Escuela de Derecho de la UCV. “El derecho siempre ha estado ajustado a buscar la justicia. El ver las injusticias contra las enfermeras, me hizo considerar necesario formarme en esa búsqueda de la justicia, para luego ejercer la actividad gremial en el Colegio de Enfermeras del Distrito Capital en 1990”, dijo.

El currículo de esta mujer humilde y llena de coraje no se queda ahí. Comentó que también cursó estudios superiores en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), así que además de ser enfermera y abogado, también es especialista en gerencia de servicios de salud y en derecho administrativo.

“Aprendí a amar, defender y respetar al gremio de enfermería, porque la enfermera es la columna vertebral de un equipo salud y hay muchas personas que no lo entienden o no lo ven así. La enfermería venezolana, actualmente, está a nivel de doctorado y en ocasiones somos consideradas solo a nivel operativo”, expresó.

Luchando juntas

Al mismo paso acelerado con el que hace sus reclamos y solicitudes en cuantas protestas públicas está convocado el gremio de los enfermeros o de la salud, Rosario destacó el valor de la lucha conjunta para alcanzar el reconocimiento a su labor y a los derechos de las enfermeras.

“Creo que ya es hora de que dejen de ver al enfermero como esa persona que está ahí solo vestida de blanco, ayudando. Cuando hago una visión retrospectiva me siento orgullosa de ser enfermera. Nuestra labor impacta en cada vida que puede cuidar para disminuir el miedo del paciente, y queremos desarrollar la parte humana de la enfermera”, dijo.

Contreras aseguró que una de las razones que los llevó a participar en esta lucha fue “darle la importancia que tenemos en la vida de los venezolanos”. “Un sistema de salud deteriorado, que genera afectación a los derechos humanos y laborales no solo de los pacientes, sino también de nosotros los trabajadores de la salud, nos llevó a asumir la posición de defensa para buscar justicia”, añadió.

De esa manera, la presidenta del Colegio de Enfermería de Caracas fue explicando por qué se esforzó tanto para cursar distintas carreras, que al final del camino se entrelazan en lo que ella llama un “solo objetivo”. “Estamos condicionados a garantizar el derecho de la salud. La enfermera es la madre, la amiga, es la abogada que va a defender los derechos de los pacientes y conocer esa importancia que tenemos en el desarrollo de la vida de los venezolanos. Esto nos ha forjado el carácter”.

Aseguró que vivir y desempeñar a plenitud la carrera en la que se formó por amor y vocación le ha hecho perder el miedo. “He aprendido a no tener miedo. Hemos aprendidos a ser hombres y mujeres resilientes, para usar las adversidades como motores que nos ayuden a avanzar”.

Recordó la convocatoria nacional a paro laboral del gremio de enfermería en 2018 pasado: “Eso nos ayudó a demostrar que somos importantes y demostramos que tenemos carácter. Hoy tenemos que llorar porque nuestras compañeras no tienen cómo alimentar a sus familias. Lloramos a las más de 60 enfermeras que han caído por COVID. Muchas veces sentimos miedo a ser detenidas o agredidas para silenciar nuestra voz, pero eso solo ha demostrado que la enfermera y la mujer venezolana es resiliente. Hemos convertido el miedo en una fuerza que nos impulsa hacia adelante”.

Honor y causa

La ceremonia de condecoración del próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, donde Ana Rosario Contreras recibirá el Premio Internacional Mujeres de Coraje, se realizará de forma virtual y el anfitrión será el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. Se pudo conocer que el discurso de reconocimiento será pronunciado por la primera dama de ese país, Jill Biden.

Contreras agradece este reconocimiento y lo eleva al resto de las mujeres venezolanas. “Decirte que no me emocioné por este premio es mentira. Por supuesto que como ser humana me emocioné, pero lo hice mayormente porque me di cuenta de que el trabajo que hemos hechos las enfermeras venezolanas y todas las mujeres del país es reconocido”.

“Este trabajo no lo he hecho yo sola, es un trabajo de todas las enfermeras que a lo largo y ancho del país hemos estado trabajando y luchando sin descanso. Es, también, un reconocimiento a la mujer venezolana. Esa mujer contestataria y resteada. Es algo que me estimula porque nos dice que nuestra lucha y labor trascendió las fronteras y nos recuerda que tenemos que seguir, que tenemos que avanzar”, apuntó.

Mujer de fe y convicción, con fuertes creencias en el trabajo en equipo, no se toma para sí sola las victorias. “Soy una cristiana, fiel creyente de Jesucristo y siempre me esfuerzo por cumplir su mandamiento: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo´. Creo en el trabajo en equipo y muchas veces voy más allá de mis posibilidades. Me sacrifico más allá de mi tiempo para alcanzar un objetivo colectivo: construir un tejido social que nos permita crecer como persona y profesional”.

Insistió en que su dedicación a la lucha gremial es para que “más nunca tengamos que ver a madres salir a las puertas de los hospitales a exigir los derechos de sus hijos, para que más ninguna enfermera tenga que abandonar su profesión para ejercer otra práctica porque le da más poder económico”. “Esta lucha me llevó desde muy niña a transitar estos caminos para la construcción de estos sueños y la calidad humana”, indicó.

Hoy Ana Rosario Contreras, al preguntarle sobre su vida sentimental, responde orgullosamente que vive en un hogar de matriarcado. Madre de dos mujeres (una abogada y otra administradora) y abuela de dos niñas y un varón, aseguró que se encuentra feliz y dispuesta a seguir luchando porque se hagan realidad sus sueños. “Este premio representa tener más compromiso en lo que hago porque soy una apasionada de la defensa de los derechos humanos y de mis colegas. No voy a descansar hasta alcanzar un objetivo: lograr las venezolanas nos podamos desarrollar como personas y profesionales”.

“El éxito en cualquier gestión en un 35% depende de la participación activa de la mujer. Somos iguales ante la ley, no hay ninguna diferencia con los hombres, salvo la fuerza natural. Hoy más que nunca no solo hay un reconocimiento, sino también un compromiso: alcanzar en Venezuela la libertad y la democracia”, concluyó Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermería del Distrito Capital.

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Keissy Bracho
Keissy Bracho
Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo Audiovisual Especializada en Comunicación Política, Opinión Pública, Marketing Político, Gestión de Políticas Públicas. Aprendiendo de Género

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