Caminos a ninguna parte: nuevo documental de La Vida de Nos que revela el rostro humano de la crisis migratoria

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El sumario de una nota informativa, publicada el 9 de agosto de 2022, dio cuenta de la desaparición de tres venezolanos que habían tomado una embarcación en Colombia para ir a Nicaragua, pero ésta se volteó en altamar por sobrepeso.

En un ejercicio de íntima honestidad podríamos admitir que no es un hecho novedoso, y obviarlo después de haber leído dicho resumen.

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Así se van acumulando en el olvido cientos de sucesos desgraciados, terribles y dolorosos que de tanto ocurrir en nuestro país, de tanto repetirse, terminan provocando el desinterés del lector y, obviamente, una apatía que inmoviliza cualquier acción de protesta. Cualquier mínima defensa frente al abuso y la atrocidad.

Héctor Torres, narrador venezolano quien dirige junto a la periodista Albor Rodríguez el medio digital La Vida de Nos, sabe de duelos.

“¿Por qué leemos historias duras en tiempos difíciles?”, es una inquietud que se ha formulado con insistencia el también cronista, para luego explicarse a sí mismo y a otros, con detalle, que estos relatos nos permiten crear mundos posibles a partir de experiencias pasadas.

Esas historias serían, a su juicio, las antorchas que nos permiten atravesar la caverna oscura, y así nos preparan para la vida.

La Vida de Nos se propuso encontrar en ese río subterráneo de las historias de la gente común, el espíritu de la nación del presente para poder vislumbrar la nación del futuro, esa que se está haciendo en este momento, aunque muchos no se estén dando cuenta”, ha explicado.

Héctor Torres y la actriz y directora teatral Rossana Hernández en el estudio de grabación

Migrantes con rumbo incierto

Con ese norte bien claro: difundir historias que despierten emociones para incentivar la asimilación de la experiencia, el domingo 11 de junio en el Trasnocho Cultural, el equipo de La Vida de Nos presentó a la prensa el documental animado “Caminos a ninguna parte”.

El proyecto audiovisual cuenta los casos de seis migrantes venezolanos que salieron del país, por la crisis económica y social, para buscar un futuro más esperanzador.

Si hacemos una búsqueda en Google, en cuestiones de segundos, (si funciona el internet) podríamos saber quién es Jhonny de Jesús Romero, Freddy Lira, María Daniela y María Fernanda Camacho; José Manuel Rivas, Jaiglenis Guedez y Silverio Jesús Colmenares; pero nunca sentiremos ni de manera remota lo que ellos sufrieron en su travesía.

El documental logra llevarnos hasta allá, de una manera sutil, amable, delicada. Y es así como de pronto te encuentras dentro de la selva del Darién, con ganas de encontrar a Freddy Alejandro Lira Martínez.

Sin saber cómo te conviertes en ese dibujo animado de colores lila, que busca entre árboles verdes fluorescentes a ese exfuncionario policial que pareciera se lo tragó la selva.

O quizás te has perdido para siempre ahogado en el mar. Y ese mar que tanto has amado desde niña se convierte en un territorio amenazante e indescifrable.

Es un documental animado que pareciera contener dibujos inocentes para niños, con aleticas de tiburones, olas suaves y cálidas, cielos estrellados, botes, padres amorosos, muñequitos que hablan ante la cámara; pero debajo de ese velo ingenuo hay un reclamo.

Un alarido sordo, seco, que interpela al espectador. Como si todos esos muertos o desaparecidos, que son nuestros, nos pidiesen que no los olvidáramos. Nos advirtieran que por pura suerte no estamos hoy en su lugar.

De esa invitación inicial que hizo Albor Rodríguez a Héctor Torres para tomarse un café en un hotel de Caracas, cuando ella vino a dictar un taller de crónicas para periodistas, ya han pasado más de seis años. Ahora su medio digital cuenta en su haber con 700 historias escritas.

Son textos que integran los datos duros de la investigación con la narración de secuencias que se enriquecen empleando recursos literarios. Y quizás sea la maestría de ambos profesionales al abordar la realidad actual, desde dos orillas distintas del río, de donde proviene la serenidad del autor al explicar cómo se trabaja en La Vida de Nos.

El director de arte, Octavio Villegas, en una reunión con los ilustradores y animadores Carmen Helena García y Luis Esteves

_ ¿Cuándo surgió la idea de hacer el documental y por qué escogieron el tema migratorio? -pregunto a Héctor Torres-.

_ ¿Por qué particularmente la migración? Porque es un tema que conforme pasa el tiempo y crece, curiosa y paradójicamente tiende a normalizarse.

Cuando hablábamos de cuatro millones de migrantes esa cifra nos parecía escandalosa pero ya estamos hablando de siete millones, y la cifra sigue creciendo. Parece que sólo recordamos el tema cuando alcanza otro millón.

Cuando dejamos de ver noticias, y nos detenemos un momento, podemos comprender que eso que le pasa a esa persona, también nos pudo haber pasado a nosotros o a alguno de nuestros seres queridos. Ahí comenzamos a ver el tema en otra dimensión.

Es un proyecto que estábamos trabajando desde mayo del año 2022. Primero se reunió el equipo editorial, Cristina González, Albor Rodríguez, Erick Lezama y yo, para discutir el tema.

Luego, se les pidió a dos periodistas, Heberlizeth González y Edy Pérez, que hicieran una investigación sobre las historias para luego ponerlas sobre la mesa y ver con cuáles de ellas iríamos a trabajar.

Revisamos diez historias para ver cuáles podían tener distintas aristas del mismo tema. Escogimos cinco historias de esas diez que conformaban el arqueo inicial.

Inicialmente iba ser un cortometraje de 30 minutos aproximadamente, pero luego cogió cuerpo, apareció una sexta historia, y se decidió hacer el documental.

_ ¿Por qué hacerlo en animaciones?

_ Al principio fue por puras razones pragmáticas: una de las entrevistadas iba a viajar de nuevo, otra persona no estaba convencida de aparecer en cámara y así. Luego vinieron las razones estéticas.

Ya nosotros contábamos con un documental de testimonios: personas que contaban sus historias a la cámara y es duro. Eso es muy duro de contar. Son personas de carne y hueso contando sus tragedias.

Esto, en cambio, permitía la bondad de recrearlo y al hacerlo así podíamos contar la realidad, pero de manera recreada.

_ ¿Por qué las historias se cuentan de modo distinto al lineal?

_ Eso es algo que se llama multi-plot. En el cine estadounidense, figuras como Robert Altman dan muestras significativas de eso. La película mexicana “Amores perros” también es una historia multi-plot: va avanzando un pedacito por vez y luego, en algún momento, todas ellas confluyen.

No necesariamente todas se amarran juntas, pero tienen una razón de ser al estar allí reunidas. La película te va asomando las historias y todas van avanzando en paralelo para que ninguna se rezague.

Puedes entonces hacer la película de modo lineal, una detrás de la otra, como si fuera una antología de cuentos; o hacerla de otro modo: mezclándolas todas y que ellas vayan avanzando en paralelo poco a poco.

_ ¿Cómo lograron contar seis historias en hora y media, cuando sólo con una de ellas pudiera hacerse perfectamente una serie?

_ Ese es el estilo de La Vida de Nos. Contamos una historia en 12 mil caracteres. Y aunque nos concentremos en un episodio de la vida de alguien, contamos lo suficiente como para que se entienda bien ese episodio.

_ ¿Cómo subsiste un medio como La Vida de Nos en la realidad venezolana actual?

_Yo siempre digo que nosotros somos una familia con sueldo. Nuestro equipo es de doce personas, pero con un nivel de compromiso enorme.

Todos sienten el proyecto suyo y entienden que entre todos tenemos que remar para lograr que éste avance, porque no es sólo un medio de Albor y de Héctor. La Vida de Nos pertenece a un equipo que propone ideas, busca aliados y, además, cuenta con muy buena gerencia.

_ ¿Cómo lograron combinar unas historias tan tristes con unas animaciones que lucen hasta tiernas?

_ David Foster Wallace dijo que la función de la literatura era darles calma a los perturbados y perturbar a los que están en calma.

El arte vive de los contrastes y necesita del equilibrio para hacerlo digerible. Si vas a escribir una historia que es terrible y además pones unas ilustraciones igual de terribles, a eso le faltará contrapeso.

_ ¿Coinciden las historias de La Vida de Nos en un mismo patrón dramático?

_ No creo que eso sea cierto. De pronto las historias dolorosas se recuerdan más, pero también tenemos relatos de resiliencia. El Premio Lo Mejor de Nos es para contar historias de solidaridad y heroísmo. Son historias de alianzas entre personas que trabajan por los demás.

No podemos contar sólo historias bonitas porque de ese modo no reflejaríamos el país que somos en la actualidad.

Si tú dices “historias de todos contadas por cada uno”, que es uno de nuestros lemas, eso tiene que ver con el panadero que se hizo famoso en Francia y también con la historia del niño que se murió porque no le hicieron la diálisis. Todo eso es el país.

Además, nosotros nacimos en el año 2017. No podíamos negar todas las historias de represión que hubo en ese momento. Muy por el contrario, somos muy respetuosos del dolor, y el tratamiento que le damos es muy digno. No instrumentalizamos el dolor para echar nuestro discurso, ni fijamos posición política. Simplemente contamos vidas.

El actor Djamil Jassir dio vida con su voz a uno de los migrantes del documental Caminos a ninguna parte

_ ¿Han sentido miedo al realizar su trabajo?

_ Siempre hay riesgos, pero el documental “Caminos a ninguna parte” no es muy distinto a todo lo que hemos contado durante todo este tiempo.

Yo no soy periodista, así que la denuncia no me seduce ni es mi línea de trabajo. A mí lo que me interesa es que la historia sea contada con honestidad. Nuestro interés es contar la condición humana y que el otro se vea reflejado en ella.

Si eso tiene que ver, obviamente, con la ausencia institucional del Estado, bueno, esas son las condiciones; pero a mí, particularmente, me interesa la mirada mitológica sobre la realidad más que la mirada social.

Nosotros no hacemos noticias, nosotros contamos historias. Parte de nuestras reflexiones permanentes en el equipo es sobre el viaje del héroe. Ya tienen esa mirada internalizada. Esto se trata de darle foco a la persona y a su accionar frente a las adversidades que se le presentan, más que denunciar un presunto robo de los insumos de algún determinado hospital.

_ ¿Cuáles son sus proyectos a futuro?

_ Tenemos una plataforma formativa que se llama Aula E-Nos, y contamos con una pequeña agencia de storytelling social que se llama Emotio. Queremos que ambas iniciativas sigan creciendo, y que podamos continuar haciendo cosas que nos parezcan valiosas.

Contar el país de todas las formas posibles seguirá siendo nuestro reto permanente.

_ ¿Estás satisfecho con el documental y con el trabajo de La Vida de Nos en estos más de seis años?

_ Yo le digo siempre a los jóvenes escritores y periodistas que si quieren escribir historias y buscar adentrarse en la condición humana están en el país correcto. Porque es aquí, en esta vida tan tumultuosa, tan terrible, tan intensa; donde puedes apreciarla en toda su magnitud. Si quieres escribir, estás en el sitio.

Un ensamblaje creativo

Torres intuye que quizás las comunidades que están desasistidas en los servicios más básicos no se interesen tanto en leer sobre la realidad que ya viven a diario; por eso explica que La Vida de Nos se enfoca en hacer un registro de largo aliento para las generaciones venideras.

Es así como este martes 20 de junio en el marco del Día Mundial del Refugiado, proyectarán en la Sala Cabrujas de Los Palos Grandes, a las 4:00pm, el recién estrenado documental. Después, piensan llevarlo a otros espacios e instituciones que tengan interés en verlo, según anunció el día de la presentación a la prensa.

El escritor añadió que el documental no sólo implicó levantar la información y elaborar un guion con las historias.

Incluyó la grabación de las voces de los artistas que dieron vida a los personajes involucrados; el trabajo visual del director de arte, Octavio Villegas, junto a los ilustradores, Carlos Leopoldo Machado, Celina Guerra, Ivanna Balzán, Luis Esteves, Robert Dugarte y Walther Sorg; más el desempeño de animadores y músicos hasta que todo confluyera en un documental final.

Develando las estructuras

“Me llamo Luis Esteves y soy un diseñador gráfico que trabaja dentro del mundo editorial, sobre todo en el mundo digital. Para este proyecto tuvimos una serie de reuniones para conocer el contexto de las historias, y así precisar posteriormente cómo las íbamos a abordar.

El director de arte, Octavio Villegas, decidió que cada uno de los ilustradores abordaría una historia, y esto permitió que cada uno aportara su particular trazo y mirada.

Yo tuve relación con tres de las seis historias porque si bien ilustré sólo una, luego animé tres de ellas. El trabajo de ilustración lo llevé a cabo en dos meses, y el de animación en cuatro.

La idea es lograr la armonía entre la imagen y la voz de las personas que van apareciendo o se van nombrando.  Las animaciones, como todos saben, son los movimientos que se perciben en la pantalla, a diferencia de las imágenes planas.

Los ilustradores habían trabajado en imágenes estáticas. Por eso, hacerlo con animación implicó otras cosas, como, por ejemplo, dividir el cuerpo de la persona que representamos por partes, a través de un programa de computación, para poder lograr que éste se mueva.

Yo le digo marionetas, pero su nombre correcto es rigging. Son herramientas, como una especie de controladores, que utilizamos para manejar al dibujo animado: subir o bajar la ceja, parpadear, mover la boca, girar la cabeza, entre otros.

Después de esto, tienes que actuar como el personaje: escuchar las voces, darte cuenta de cuándo hablan de forma enojada, para entonces fruncir el ceño; o si se trata de una madre que sufre por su hijo, bajar la mirada.

Es decir, nosotros animamos en pantalla en función del personaje que construimos. Fue un reto grande, pero a la vez no fue un problema. Para ello trabajamos dos animadores: Carmen Helena García animó tres historias y yo estuve animando las otras tres.

Creo que hay algo maravilloso en La Vida de Nos, y es que cuenta con un equipo de ilustradores que ya tienen tiempo trabajando en sus proyectos. Eso ha permitido que se sensibilicen con las historias. Las cuales, al final, son las historias de todos nosotros.

Y si sigo en Venezuela es porque creo que acá todavía se pueden hacer cosas, y este documental es una prueba de ello. Este país necesita de personas que formen a los nuevos profesionales, y yo he tenido la fortuna de aportar a ello. Doy clases en el Instituto de Diseño Darias y a la vez contribuyo con la documentación de la memoria de este país en este momento”.

“Un país en crisis es el que más oportunidades te ofrece”

“Yo soy Paola Di Girolamo. Soy gocha, nacida en la ciudad de San Cristóbal, y junto a Santiago Zamora compuse la música del documental. Soy ingeniero civil y mecánica, de la Universidad Metropolitana; y ahora estoy haciendo una tesis en los estudios de ingeniería de sonido y producción musical.

Santiago Zamora y Paola Di Girolamo crearon la música del documental

Toco la guitarra desde los 9 años de edad, y formo parte de la banda de rock Los Delorean, que ganó el Festival Nuevas Bandas en su edición 2022.

Fui convocada por Santiago, quien sí trabaja de modo frecuente con La Poeteca. El primer acercamiento que tuvimos fue en el mes de octubre de 2022. Hicimos la música original, pero al tratarse de un documental animado tuvimos que reforzar mucho el audio.

No es como hacer una película que por lo general grabas a la gente y al audio de ambiente y ya. Nosotros tuvimos que hacer todos los ambientes y todos los foleys (especie de efectos de sonido recreados a partir de objetos, texturas y superficies; como, por ejemplo, el sonido de una silla, una puerta que se abre, o cuando uno de nuestros personajes limpia la cocina. Eso lo tuvimos que grabar).

Hicimos alrededor de seis o siete temas completos para el documental, en función de las emociones presentes en el guion; por ahí empezamos.

El primer tema lo nombramos “Náufrago”, y luego de tener el documental hicimos todo el montaje de ambientes y de foleys. Escogimos en qué momento pondríamos los temas y compusimos cortinas más cortas.

Primero partimos de qué sentimientos queremos evocar y de allí escogimos los acordes. Luego, al ver el documental, hicimos los ajustes.

En la historia de Silverio Jesús Colmenares, cuyo cuerpo todavía hoy está extraviado tras el naufragio en el mar, hicimos, por ejemplo, un ambiente que diera la sensación de caos.

Usamos cuatro capas distintas de mar: una que nace desde las profundidades, otra con el mar agitado, también el sonido de una lancha, así como de gente que grita. De los temas que usamos, fue uno de los que ya habíamos compuestos. Entonces lo ajustamos a la escena.

Considero que hicimos un trabajo respetuoso con los familiares de los desaparecidos y con sus respectivas historias. Al mismo tiempo, mantuvimos la atención de los espectadores durante la proyección del documental.

Para mí, Venezuela es un país hermoso con gente hermosa y creo que, aunque parezca extraño, un país en crisis es el que más oportunidades te ofrece para surgir.

En mí caso, días atrás viajé a ciudades del interior, a través de circuitos nacionales que organiza el Festival Nuevas Bandas; y fue muy gratificante ver cómo otras personas que no me conocían terminaron coreando mis canciones.

Así que mientras pueda seguir acá, haciendo lo que me gusta y lo que amo, continuaré apostando al país”.

“Mientras pueda formar para hacer teatro, acá seguiré”

“Mi nombre es Rossana Hernández y llevo 23 años dedicada al teatro como directora y actriz. Estudié Derecho y luego estudié en el Iudet, Instituto Universitario de Teatro. También estuve en el Taller Nacional de Rajatabla y me he formado con directores como Orlando Arocha y Diana Volpe, entre otros.

Actualmente soy la directora artística del grupo de teatro de la Universidad Metropolitana, y hace algunos meses dirigí “La monstrua”; una obra de Ariel Mastandrea que fue interpretada por Gledys Ibarra.

En este proyecto, me encargué del casting, así como también de la dirección de los actores que hicieron el doblaje.

Buscamos recrear a los personajes animados que aparecen en el documental sin acentuar su dolor, sino todo lo contrario: queríamos permitir que fueran ellos mismos quienes contaran su historia.

Como directora tengo cierto conocimiento de los registros, de los rasgos, de los profesionales del medio, y cuento con una especie de banco de actores.

Luego de leer el texto, sólo necesitaba escuchar las voces originales. Me interesaba mucho conocer las cadencias, los matices y colores de esas voces.

Fue allí cuando me di cuenta de que las personas eran del interior del país; y yo sé que muchos podrían hacer este trabajo, pero sería mucho más efectivo si llamaba a actores que vinieran también de la provincia.

Las actrices Bethania Yánez y Alma Romero dirigidas por Rossana Hernández

Más que el acento, me interesaba nuestra experiencia, lo que significa vivir en nuestros pueblos. Yo me crie en Carúpano y si bien las dificultades están en todo el país, las personas de la provincia la llevan mucho peor.

Pensé en esos autores que saben bien cómo es la vida fuera de Caracas y luego les dije que no queríamos nada sobreactuado. Todo lo contrario, que fueran lo más natural posible.

Así llamé a Bethania Yánez, Alma Romero, Djamil Jassir, Nakary Bazán, Rafael Monsalve y Vicente Quintero; profesionales que hacen un trabajo maravilloso.

En el caso de Lennis Rojas, por ejemplo, ella no es actriz. Sin embargo, tiene un trabajo con la palabra y reunía otras condiciones: viene del interior y tiene mucha dulzura en su voz. Era perfecta para el personaje de una madre cristiana que pierde a su hijo.

Sus intervenciones son muy puntuales pero esas pequeñas frases que dice, dejan ver un amor infinito. También tiene muchos matices, y yo sentía que, por ser mujer, y por ser madre, podría hacerlo. Ella entendió bien los parlamentos y supo hacer las pausas en el momento correcto, sin que yo tuviera que explicarle.

En realidad, con ninguno de los artistas hubo complicaciones. Son personas muy sensibles. Lo más difícil fue que no se dejaran llevar por la emoción; porque a todos les pasó en algún momento: se quebraban y había que detenerse para volver a grabar.

Yo siento que están ocurriendo demasiadas historias en este momento, que por las mismas circunstancias sociales no están siendo registradas.

Por eso es tan importante el trabajo de La Vida de Nos. En algún momento esas historias tendrán que ver la luz.

Acá hay mucha gente comprometida con el arte. Persistimos, resistimos, somos unos guerreros en distintos campos. No sólo en las artes. El estudiante que insiste en estudiar es, para mí, un héroe. Y en el fondo, lo que me pregunto es: “Si todos nos vamos, ¿quién se quedará para el trabajo que hay que hacer?; por eso mientras yo pueda hacer teatro y formar a las personas, acá seguiré”.

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