El mundo del entretenimiento, que no las ha tenido muy buenas en los últimos tiempos por la pandemia, vuelve a convulsionarse. La trágica noticia que tiene como protagonista a Alec Baldwin, nuevamente, llama la atención sobre qué tan seguros son los sets de filmación.
Si bien no todas las muertes que se han dado han sido por causas trágicas, el solo hecho de pensar que ni siquiera lugares que se consideran medianamente seguros y supervisados están a salvo siempre supone una mancha para, en este caso, el cine.
Baldwin disparó el jueves un arma de utilería y sus balas segaron la vida de la directora de fotografía de la película Rust, Halyna Hutchins, de 42 años de edad, e hirieron al director del rodaje, Joel Souza. Aún no se ha dado el parte médico sobre su salud. El actor también es el productor ejecutivo de la cinta.
Hasta ahora ha trascendido que las autoridades están investigando el accidente fatal. Asimismo, todavía no se han levantado cargos contra nadie de la producción y las informaciones aseguran que el actor está, sencillamente, devastado. Que no para de llorar por lo sucedido.
Perder la vida en plena actuación
En 1984, Jon-Erik Hexum, un modelo y actor que estaba en pleno ascenso, era el protagonista de la serie de moda Cover-Up. Le tocaba hacer una escena en la que debía manipular un revólver. En uno de los descansos, comenzó a jugar con el arma, se apuntó a la cabeza, la disparó y, literalmente, se la voló. Nadie sabía que el arma estaba cargada. Fue llevado a un hospital donde falleció horas más tarde.
La de Rust no es la primera vez que algo así sucede. En 1993, Brandon Lee también perdió la vida durante una filmación. En ese momento la conmoción fue total porque con 20 años de distancia, Brandon, de tan solo 28 años de edad, murió igual que su padre en un set, Bruce Lee, pero en circunstancias distintas. Brandon, uno de los actores jóvenes favoritos de la época, se preparaba para estrenarse como protagonista. Cuando la filmación se encontraba casi al final, un disparo de lo que se supone sería un arma de utilería terminó con su vida. Nunca se aclaró cómo una bala real llegó a ella.
En Venezuela también está registrado un caso trágico, pero en el teatro. En 1981, durante la puesta de escena de una obra de teatro de Javier Vidal, su protagonista, Julie Restifo, disparó un arma de utilería que debía estar vacía. Pero en su interior tenía, por alguna razón, una barra de hierro. El actor Marco Antonio Ettedgui resultó mortalmente herido.
De este caso, se hizo una película, escrita por José Ignacio Cabrujas y César Bolívar, quien también la dirigió. El rol de Restifo lo interpretó Elba Escobar.
Otras muertes han sucedido en estudios de televisión o de cine, aunque no relacionados con armas de fuego. La del propio Bruce Lee, quien en 1973 se desvaneció en pleno set mientras hacía una escena de Juegos de la muerte.
En 1959, Tyrone Power estaba en España filmando Salomón y la reina de Saba. Tenía 44 años cuando en una escena de esgrima se desvaneció. Un infarto que le sobrevino acabó con su vida camino a un hospital de Madrid.
John Ritter, en 2003, conocido por la exitosa serie de los años 80 Tres son multitud, murió por una disección de la aorta mientras grababa una escena de su proyecto 8 Simple Rules For Dating My Teenage Daughter.