Otorgar licencias a multinacionales contribuiría a la recuperación de la industria petrolera venezolana

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La industria petrolera venezolano no pasa por su mejor momento. Infraestructura deteriorada, falta de personal capacitado, problemas eléctricos y ambientales, un marco legal restrictivo y una deuda externa elevada son algunos de los problemas que afronta, además del impacto que las sanciones financieras y petroleras de Estados Unidos han tenido. 

Industria petrolera en revisión

Sin embargo, los expertos reunidos en el foro “Estrategias para recuperar la industria petrolera venezolana”, realizado por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en alianza con la fundación Konrad Adenauer Stiftung, ven viable su recuperación a corto y mediano plazo siempre y cuando se cumplan ciertas condiciones, entre ellas flexibilizar las sanciones, otorgar licencias a las empresas internacionales, lo que contribuiría a incrementar la producción, y regresar el servicio de la deuda a un nivel sostenible.

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En este quinto encuentro del programa “Propuestas para el presente y el futuro de la economía en Venezuela”, dirigido por la Facultad de Economía de la UCAB, participaron Pilar Navarro, economista egresada de la Universidad Central de Venezuela y especialista en mercados emergentes y petroleros; Igor Hernández, economista e investigador de la Universidad Rice en Houston; y Francisco Monaldi, director del Programa de Energía para América Latina del Instituto Baker de la Universidad Rice. Como presentador estuvo Ronald Balza y el moderador fue el economista Luis Oliveros.

Monaldi comenzó su intervención refiriéndose a los principales problemas que afronta la industria petrolera venezolana. Afirmó que, si bien tiene una infraestructura “muy importante” y “que no requiere ni de la exploración ni el desarrollo de la infraestructura básica”, está “muy deteriorada”. “Sabemos que esa infraestructura, en muchos casos, está pésimamente mantenida y en los últimos años ha habido un deterioro brutal y catastrófico”, aseguró.

Sumado a ello hay otros obstáculos que, a su juicio, se resumen en el marco institucional, las sanciones, los problemas eléctricos, ambientales y de recursos humanos. Resaltó que Venezuela, aunque es “superabundante en recursos extrapesados -tiene una reserva muy grande- tiene una gran intensidad de carbono y eso es uno de los temas para el futuro”. Sin embargo, aseveró, que los costos de extracción de Venezuela son relativamente competitivos, aunque no como en el Medio Oriente. “Los países alrededor del Golfo Pérsico tienen costos muy inferiores a Venezuela y, por supuesto, crudo de mayor calidad. Por tanto, Venezuela tiene que resolver, además, el problema de obtener diluyente para mezclar con el crudo extrapesado o tener plantas de mejoramiento. Hay unas que se hicieron durante la apertura petrolera, pero algunas están en situación de no plena operatividad”, agregó.

Frente a los problemas descritos anteriormente, Monaldi aseguró que para que haya una recuperación o mejoramiento en la industria petrolera venezolana debe haber inversión. “Los precios generan una oportunidad extraordinaria para atraer inversión. Además, sin sanciones y con un marco institucional, político adecuado y creíble habría una bonanza de inversión petrolera en Venezuela”, dijo.

Destacó que la “alta rentabilidad, asociada a un mayor flujo de caja de Pdvsa por los precios actuales, puede permitir un limitado incremento de la inversión y recuperación de la producción de 100 a 150 mil barriles diarios para finales de 2023”.

Incremento de la producción

Además, señaló que con licencias a las empresas internacionales se podría incrementar la producción de unos 250 a 400 mil barriles diarios en tres años. “También con cambios institucionales -incluyendo operación, procura y venta de crudo- por parte de socios privados necesarios de 5.000 a 6.000 millones de dólares de inversión por año”, apuntó.

Asimismo, enfatizó que una “recuperación significativa” requiere de un “cambio político institucional con credibilidad, que dé sustento a una apertura amplia y bien diseñada al capital privado, con levantamiento total de sanciones y cooperación internacional. Con 10.000 a 12.000 millones de dólares por año se pudiese incrementar la producción a 2 millones de barriles diarios para el fin de la década”, expresó.

Monaldi también mencionó que recientemente, la empresa energética WoodMac proyectó para Venezuela que “si hay una flexibilización de sanciones y precios altos, se podría llegar a 1,3 millones de barriles diarios en 2028, duplicándose así la producción en seis años”.

Señaló que la empresa energética sostuvo que el “incremento lo atribuyen a la faja (petrolífera del Orinoco) y requiere un total de 5.000 millones de dólares por año de inversión, incluyendo reparaciones de mejoradores”.

En tanto, para marzo de 2022 la producción petrolera venezolana estuvo en 700 mil barriles diarios, indicó Monaldi. “Hace falta una visión amplia del tema energético” Igor Hernández mencionó que más que el “corto plazo” es importante hacer énfasis a los aspectos de largo plazo y cuál puede ser el rol de la industria petrolera venezolana hacia el futuro.

“Debemos tomar en cuenta que debemos empezar a pensar más en la idea de competitividad como tal, más allá de lo que hay que hacer en el corto plazo”, dijo.

Indicó que cualquier esquema de reactivación pasa por el sector privado. “No es solo un problema de capital, va a un objeto más amplio de crear valor y ser competitivos. Tiene que haber ambiente para investigación e innovación”, expresó.

Para Hernández “no es solo un problema de sanciones. Hace falta una visión amplia del tema energético. El problema institucional va más allá de cambios regulatorios y pasa por generar mecanismos creíbles para la estabilidad”.

Sostuvo que otro aspecto fundamental tiene que ver con mejores prácticas y adquisición de la tecnología, pues Venezuela tiene una cantidad de campos que son muy heterogéneos, diferentes en términos del tipo de técnicas y de trabajo. 

30% de la deuda externa de Venezuela le corresponde a Pdvsa

Para Pilar Navarro el tema de la industria petrolera de Venezuela tiene tres aristas principales: “Uno, el tema de los planes de inversión para la recuperación de la producción. Dos, el tema de la reforma del marco legal de Venezuela. Y tres, la restructuración de la deuda. Estas son como unas condiciones base como para que haya una recuperación de la industria”, apuntó.

Indicó que la deuda externa de Venezuela está en alrededor de 170 mil millones de dólares y casi 30% de ese total le corresponde a Petróleos de Venezuela (Pdvsa), en bonos, deuda financiera y notas promisorias”.

“Hay que recordar de dónde venimos y es desde agosto de 2017 cuando el gobierno de Estado Unidos impuso sanciones financieras sobre el país, que impiden las transacciones con bonos de Venezuela en el marco secundario para personas y compañías estadounidense”, dijo Navarro en referencia a la deuda externa.

Explicó que, dada la complejidad de una futura reestructuración en Venezuela, “ello va a incluir probablemente un set de herramientas y de opciones como un buyback (recompra de accione), aunque están limitados por la cantidad de reservas internacionales disponibles, una securitization (transferencia de activos financieros) y un debt relief (condonación de deuda). Se estima, además,un importante descuento en una futura restructuración”.

Es de la opinión de que se necesitaría un “programa de financiamiento” para reconstruir las reservas, financiar las importaciones y reformar la economía, financiado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras multilaterales. “Para reconstruir la industria petrolera, estabilizar y aumentar los niveles de producción, Venezuela requerirá una inversión privada masiva en el sector petrolero”, sostuvo.

Asimismo, enfatizó que también sería importante tomar en cuenta aplicar en Venezuela un Debt-For-Equity Program. “¿Por qué es una buena opción un programa de canje de Debt-For-Equity? Porque es un mecanismo de mercado que puede ayudar a reducir el stock de deuda aprovechando el descuento en el mercado secundario.

Además, Venezuela tiene una gran cantidad de empresas en manos del gobierno que podrían utilizarse para reducir el endeudamiento externo sin afectar las reservas internacionales”.

A su juicio, las reservas de petróleo y gas de Venezuela también podrían utilizarse para reducir la deuda externa sin afectar las reservas internacionales. “Este tipo de programa podría ayudar a reactivar la inversión extranjera directa en el país”, afirmó.

Navarro puntualizó que en “cualquier proceso de recuperación, lo más importante es regresar el servicio de la deuda a un nivel sostenible, que permita mantener el crecimiento sostenido, a la vez que se cumplen los compromisos externos”.

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