Cuestionan estudio que vincula alivio de las sanciones con incremento de la migración venezolana por “falta de evidencia”

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En medio del giro de la política estadounidense hacia la estrategia de máxima presión contra Venezuela, la cual implementó Donald Trump durante su primer mandato, un estudio liderado por el economista Francisco Rodríguez, profesor en la Universidad de Denver, refuta los hallazgos de un trabajo reciente de Dany Bahar y Ricardo Hausmann que sugiere que el alivio de sanciones impulsó la migración venezolana hacia Estados Unidos.

Bahar y Hausmann, ambos conocidos defensores del uso de sanciones como herramienta de presión internacional argumentaron, en un working paper publicado por el Center for Global Development que mayores ingresos petroleros derivados del alivio de sanciones explican el aumento de los encuentros de migrantes venezolanos en la frontera sur de Estados Unidos.

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 Sin embargo, Rodríguez, junto con los investigadores Giancarlo Bravo y David Rosnick, del Center for Economic and Policy Research (CEPR) y la Fundación Petróleo por Venezuela, demostró que esta conclusión se basaba en un error de codificación: el estudio original utilizó una transformación estadística inusual —una duodécima diferencia— en lugar de diferencias interanuales convencionales. Al corregirse este error, la supuesta relación desaparece.

Además, los autores del nuevo estudio subrayan que Bahar y Hausmann omitieron controlar por las condiciones del mercado laboral estadounidense, que mejoraron sustancialmente durante el período analizado y que están fuertemente correlacionadas con los precios del petróleo.

“Lo que parecía un efecto causal de los ingresos petroleros venezolanos es en realidad una correlación espuria que refleja la influencia de factores de demanda en Estados Unidos sobre los flujos migratorios”, señaló Rodríguez.

Agregó que “afirmar que las sanciones reducen la migración con base en este análisis es metodológicamente insostenible: no solo hay un error de codificación, sino que no se considera el factor más obvio detrás del aumento migratorio, que es la recuperación del mercado laboral estadounidense”.

De acuerdo con David Rosnick, “basar decisiones de política pública en evidencia defectuosa o empíricamente débil puede llevar a conclusiones profundamente erróneas. Las sanciones buscan afectar economías. Es esperable que generen más pobreza y más migración. Un mal estudio no cambia esa realidad”.

El estudio de Rodríguez y coautores también advierte sobre otras “debilidades” en el análisis de Bahar y Hausmann: se basa en una muestra limitada de 48 observaciones mensuales de encuentros de venezolanos en la frontera suroeste de Estados Unidos, “un dato que no capta adecuadamente la relación entre condiciones económicas internas en Venezuela y la migración, dado que muchos de esos migrantes habían salido del país años antes”.

Actualizan estudio original, pero mantienen sus conclusiones erróneas

El viernes 11 de abril, Bahar y Hausmann publicaron una versión revisada de su análisis, en la que reconocen el error de codificación señalado por Rodríguez, Bravo y Rosnick. Sin embargo, siguen afirmando que sus conclusiones se mantienen.

Pero los nuevos resultados -según el trío de especialistas- cuentan otra historia: de seis especificaciones econométricas presentadas en la versión corregida, ninguna es significativa al 5 %, ni siquiera las que los autores consideraban más confiables. En ciencias sociales, esta ausencia sistemática de significancia estadística se interpreta como falta de evidencia de relación causal.

“Más allá de los problemas estadísticos, los datos utilizados no son adecuados: se trata de personas que cruzan la frontera ahora, pero que abandonaron Venezuela hace años. Es el conjunto equivocado de datos para medir el efecto de sanciones”, señaló Rodríguez.

A su juicio, “la política de sanciones tiene efectos reales sobre millones de personas. Debe estar basada en evidencia sólida y en análisis rigurosos. El estudio original de Bahar y Hausmann no cumplía con ese estándar. Su versión revisada tampoco lo hace».

Reducir la probabilidad de que investigaciones con errores

Este episodio también pone de relieve la importancia del proceso de revisión por pares en la investigación académica. El estudio de Bahar y Hausmann no fue sometido a revisión externa antes de su publicación, lo que permitió que errores metodológicos fundamentales pasaran desapercibidos, advirtió Rodríguez.

“El proceso de revisión por pares no es infalible, pero está diseñado precisamente para reducir la probabilidad de que investigaciones con errores sustantivos o conclusiones no fundamentadas influyan en decisiones de política pública”, señaló.

Considera que este caso demuestra “por qué es crucial que los análisis que aspiran a orientar políticas con consecuencias humanas profundas pasen por filtros rigurosos de evaluación académica”.

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