Expertos advierten que ante el riesgo en el suministro mundial de petróleo es “estratégico” que Venezuela produzca más

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En medio de la guerra entre Rusia y Ucrania y el conflicto bélico entre Israel y el grupo Hamás en la Franja de Gaza, crece la preocupación por el suministro de petróleo y el impacto que podría tener en los precios. Una situación que -según expertos- hace inminente que todos los países productores de crudo, incluyendo Venezuela, contribuyan al abastecimiento global.

De hecho, según el Informe Perspectivas Petroleras Mundiales 2023 de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la demanda mundial de petróleo alcanzará un nivel de 110,2 millones de barriles diarios en 2028, lo que representa un aumento de 10,6 millones de barriles diarios en comparación con 2022, según publicó Petróleos de Venezuela en su cuenta en la red social X.

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«Cada gota de petróleo en el mundo puede hacer la diferencia. En los mercados petroleros los precios a veces se estabilizan luego de situaciones que generan nerviosismo. En el caso de Venezuela hay un mensaje que se está enviando y es que Venezuela va, poco a poco, normalizando su ingreso al mercado petrolero regional», afirmó Antero Alvarado, economista y director regional de la firma consultora Gas Energy Latin America.

Y si bien por ahora el suministro de petróleo no se ha visto afectado por los conflictos bélicos, como han señalado expertos, el riesgo está latente. “Estamos atravesando una época de poca certeza con guerras en el mundo, una transición y la necesidad de reducir emisiones, pero con tecnologías en desarrollo y algo más costoso que el sistema de legado de hidrocarburíferos. Por ende, seguimos con un mercado de petróleo frágil”, indicó Jeremy Martin, vicepresidente de Energía y Sostenibilidad del grupo de expertos del Instituto de las Américas de University of California.

Además de ello, otra señal que ha despertado preocupación entre los países consumidores de petróleo fue lo ocurrido el pasado 6 de noviembre cuando Rusia y Arabia Saudita ratificaron que mantendrán hasta finales de 2023 los recortes adicionales en su oferta de petróleo y en diciembre evaluarán si se profundizan los recortes o aumentan el suministro.

Esta situación, según el economista y experto en petróleo Francisco Monaldi, pone en aprietos, principalmente, a Estados Unidos y a países desarrollados de Europa. «Están un poco en las manos de Arabia Saudita en este momento porque ellos han vuelto a confirmar que van a seguir con su recorte de producción, incluso antes de la reunión OPEP, y esto le plantea a Estados Unidos una situación complicada en caso de que, por ejemplo, se extienda el conflicto en el Medio Oriente y, de alguna forma, involucre a Irán».

Recordó que los productores dos y tres del mundo son Rusia y Arabia Saudita y el resto de los países del Golfo Pérsico, incluyendo a Irán, que constituyen otro grandísimo productor si se ve en conjunto. “Es decir, las dos regiones más importantes del mundo petrolero, fuera de Estados Unidos, están en una situación de tensión, y eso genera una prima por riesgo, pero no es que en este momento hay un problema de suministro», aclaró.

El también director del Programa de Energía para América Latina del Instituto Baker de la Universidad de Rice en Houston explicó que, aunque el riesgo de que se interrumpa el suministro está latente, dependerá de si el conflicto en la Franja de Gaza se extiende a Irán, país que apoya al grupo Hamás y Hezbollah, por lo que «no está claro» cómo reaccionarían en esas circunstancias Arabia Saudita. «Eso es lo que hace que en el mundo haya una preocupación importante sobre el suministro (de petróleo)», aseveró.

La exviceministra de Energía y Minas, Dolores Dobarro, coincide con Monaldi en que hasta ahora no se ve riesgo inminente en el suministro: “El mercado -que es el indicador real- no lo está viendo puesto que los precios del crudo no han subido, hasta han bajado”.

Enfatizó que el conflicto Israel-Hámas no involucra directamente a ninguno de los grandes productores de crudo ni tampoco genera inseguridades en las vías de transporte, «salvo que se involucre directamente algún tercer país que pueda influir en la oferta de crudo o sus vías de transporte».

Así que para Alvarado, el riesgo de recesión en varias economías del mundo y de interrupción de suministro de petróleo «es latente y, por ello, la importancia de tener distintas fuentes de suministro de crudo», incluyendo la venezolana.

Contribución petrolera de Venezuela al mercado mundial

Francisco Monaldi destacó que en América Latina, una región que no está involucrada con los conflictos del Medio Oriente ni de Rusia-Ucrania, «básicamente hay tres productores que pueden incrementar su producción de manera importante» y dos ya lo están haciendo: Brasil y Guyana.

«El tercero es Venezuela, quizás seguido, pero en menor medida, por Argentina. Entonces, los ojos del mundo petrolero están pendientes de qué está pasando en Venezuela porque, a diferencia de otros momentos en que no ha habido tensiones en la geopolítica de esta naturaleza, hoy los precios están relativamente altos y las tensiones son significativas», expresó el economista.

A juicio de Jeremy Martin, por el momento, “Venezuela tiene la ventana para retomar su producción, pero no será de la noche a la mañana ni a un gran nivel. Pero con el aumento de la producción petrolera en Brasil y Guyana, menor en carbón y emisiones, la competitividad de los barriles de Venezuela en la próxima década, es decir a partir de 2030, no está bien clara si no hacen cambios e inversiones en cuanto a derrames, flaring, venting, eficiencias de operaciones”.

No obstante, Dolores Dobarro precisó que la contribución de Venezuela en el mercado petrolero mundial no se reflejará inmediatamente y dependerá de si mantienen o no el alivio de las sanciones económicas.

«El aporte de Venezuela al mercado internacional, como se ha repetido en numerosas oportunidades, no va a ser de inmediato y más aún si está condicionada a las inversiones que se hagan si la flexibilización de las sanciones se mantiene», sostuvo la experta.

Así y todo, «Europa y Estados Unidos siguen interesados en el petróleo venezolano”, aseguró Antero Alvarado. “Prueba de ello es que ya Estados Unidos compra a las empresas petroleras radicadas en Venezuela 175.000 barriles diarios de crudo».

Esto se debe, explicó Dobarro, a que Estados Unidos y Europa son mercados naturales para el crudo venezolano. «Siempre lo han sido. Así que si se produce un incremento en la producción y continúa la vigencia de la licencia (de la OFAC), es muy posible que nuestro crudo vaya en preferencia a esas latitudes, ya que es donde encuentra mayor realización», sin que esto signifique que “buena parte de la producción de petróleo venezolano deje de ir a China”.

Sin embargo, a criterio de Monaldi, «no es que Estados Unidos y Europa necesiten el petróleo venezolano, lo que necesitan es que el mercado mundial esté bien suplido… Sólo hay un gran mercado mundial petrolero y es el que fija el precio del mismo. Tanto a los europeos como los americanos lo que les beneficia es que haya mayor producción de crudo”.

El interés “no es que el petróleo venezolano necesariamente vaya a esos destinos, sino que haya más producción de petróleo de Venezuela y, en ese sentido, el levantamiento parcial de las sanciones si lleva a un incremento de producción, es positivo desde la perspectiva del mercado», puntualizó Monaldi.

Reiteró que Venezuela actualmente tiene muy poca capacidad de incrementar la producción petrolera en el corto plazo, por lo que los proyectos de expansión se podrán apreciar mínimo dentro de dos años. “No creo que nadie espera que Venezuela sea un importante productor o que tenga un importante incremento de producción en el próximo año», dijo.

Monaldi considera que Venezuela en los próximos dos años podría aumentar entre 200.000 o 300.000 barriles diarios de petróleo, «pero eso es apenas 0,2% o un poquito más, lo que no es particularmente relevante. Sólo para dar una idea: el recorte de Arabia Saudita fue de 1.000.000 de barriles. Es decir, Venezuela estaría cubriendo la cuarta parte de eso y estamos hablando de uno o dos años».

Insistió en que Venezuela no es una «válvula de ajuste» del mercado petrolero internacional, pero que para Estados Unidos y Europa es una situación de preocupación que los precios del petróleo suban y Venezuela esté fuera del mercado.

«Es algo que es valioso para ellos. Venezuela no va en el corto plazo a bajar el precio del petróleo ni a ayudar a que los consumidores paguen menos por la gasolina en Estados Unidos, pero sí en el largo plazo puede ser estratégicamente importante que Venezuela produzca más petróleo”, expresó Monaldi.

Recordó que las refinerías de la costa del Golfo de Estados Unidos y del Golfo de México «sí se benefician de contar con crudo venezolano, porque esas refinerías están diseñadas y han hecho inversiones importantes para procesar ese tipo de crudo. Pero eso en el corto plazo no afecta de manera significativa el precio. Es una apuesta más de largo plazo».

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